ESCRIBE AQUI EL TEMA SOBRE EL QUE QUIERES LEER EN MI BLOG:
Búsqueda personalizada

sábado, septiembre 23, 2006

GRACIAS

Gracias. Agradecimientos. Diez diarios. Es algo que mi padrino de oa me ha puesto como deberes. Al principio no comprendo por que. Ahora si. Al dar gracias por cualquier cosa, por cosas pequeñas, o por cosas grandes. Estoy en contacto con mi lado positivo, veo las cosas buenas de la vida. Y asi no pienso solo en lo malo de la vida. Si no que veo las cosas con mucho mas optimismo. Es genial, es una manera increible de poder vivir sin que te duela el respirar. Escribir esto me hace estar mucho mejor conmigo mismo, y la depresion desaparece, ese sentimiento ya no esta en mi vida, desde hace mucho tiempo.

Pero no hay que confiarse, tres simples galletas y todo regresa...


-gracias al cielo por que me gusta mirarlo y hacerlo me relaja.

-gracias a mi cuerpo por que ya no lo odio, cada vez me gusta mas, y me siento mejor con el.

-gracias a mis amigos, por darme una vida social, comprender mi problema, estar ahí en los momentos malos, e incluso hacerme parar de comer.

-gracias a la música, los periódicos gratis, y todas esas cosas que hacen que tenga la mente distraída y no me obsesione.

-gracias a la recaída por hacerme ver que aun tengo mucho que trabajar, y por hacerme cojer el programa con mas ganas.

-gracias a oa por existir, por salvarme la vida por darme una opción distinta a la depresión y los atracones.

-gracias a las ofertas de trabajo llovidas del cielo justo cuando mas lo necesito.

-gracias e ella, por devolverme mi autoestima como hombre, por hacerme ver lo terrible que puede ser la enfermedad, y por haberme sentido querido.

-gracias por que una amiga que fue mi ahijada ha logrado perder peso y poder vivir con la enfermedad, gracias a oa y a tratamiento medico.

-gracias por que me siento afortunado por haber vencido a la obesidad y la depresión, al menos hoy día, ya que muchos otros están perdidos en eso y no pueden salir solos.

-gracias por ser comedor compulsivo, por que se cual es mi problema / enfermedad y se cual es el camino para poder vivir con ello día a día.

-gracias por que solo por hoy he podido decir que no a las tentaciones, ya que se que esos alimentos y esa forma de comer me destruyen.

-gracias por un buen día soleado después de una temporada de lluvia.

-gracias por una buena elección a primera hora de la mañana ante una tentación.

-gracias por perder el abono transporte y encontrarlo después en una tienda donde lo perdí y me lo guardaron.

-gracias a mi ultimo resbalón, por hacerme ver que tengo que comer mas a mediodía para no seguir bajando de peso. Por hacerme ver que no puedo llevar una vida normal. Gracias al resbalón por hacerme dame cuenta que aun no me he derrotado ante la enfermedad, que aun no he soltado riendas ante la comida, que aun quiero seguir conservando cierto libre albedrío a la hora de decidir que comer.

-gracias por escuchar la oración de la serenidad en un video de Eminem, o en una serie de televisión (anatomía de grey, una serie de médicos) por que me recuerdan que he de trabajar los pasos, y dedicarme al programa.

-gracias a ella, por ser comprensiva y cariñosa aun tras haberlo dejado.

-gracias por tener la oportunidad de hacer una buena acción, hacerla y no esperar nada a cambio.

-gracias a la escalada por que al final pude encontrar un deporte que puedo practicar a pesar de ser un negado para cualquier actividad fisica desde siempre.

-gracias a que ya no tengo que huir de la comida, si no armarme espiritualmente ante ella, y con la ayuda de mi fe podre estar ante ella y no desear comer mas de lo que debo.

-gracias a haber aumentado la cantidad de comida a mediodia, por que asi no paso hambre en el trabajo ya que el hambre me lleva a comer compulsivamente.

-gracias por haberme dado cuenta que el hambre es mi enemiga, por que me lleva a repetir, y eso a comer compulsivamente. Gracias por haberme dado cuenta que no debo saltarme comidas, ni comer menos de lo que necesito.

-gracias a las caminatas nocturnas, y a las duchas matutinas por que me despejan.

-gracias por comprender por que los compañeros toman notas en las reuniones.

-Gracias al metro por que me lleva y dentro hacer calorcito

Resbalón por tres galletas

Estoy asustado. Muy asustado. Veo la recaída desde el borde.

Tengo una abstinencia basada en escudarme de la comida. Y así, antes o después llegara un momento en que no podré huir más de la comida. He de encontrar otro método de mantener la serenidad. Sobre todo buscar una motivación, la gasolina para mi alma. Algo que me de fuerzas para continuar con esto. Por que últimamente he sentido que desearía ser una persona normal, un comedor normal, en cuanto a lo que comida se refiere. Y eso es peligroso, muy peligroso, por que me lleva al pensamiento de sentirme marginado, apartado, raro. Y a pensar que por que no voy a poder yo comerme un poquito de eso si todos esos pueden. Si ellos pueden, no están enfermos. Pero yo no puedo, por que soy un comedor compulsivo y estoy enfermo. Terriblemente enfermo.

Me duele ver comida, me duele ver alimentos compulsivos para mi. No se decir que no, me tiran del pecho de la boca del estomago. Me alteran, me quitan la serenidad. Cada visión de comida o de personas comiendo alimentos compulsivos, va minando mi fortaleza hasta que acabo jugueteando con el desastre.

Este fin de semana.

El viernes cumpleaños. Fue un cumpleaños de niña pequeña. Me sentí mal por que ella me gustaba y se fijo en otro. Mucho picoteo. Se supone que aquello iba a sustituir a la cena. Para mi allí solo había aceitunas. Se esforzaron e intentaron ofrecerme algo, pizza de espinacas, pero yo si lleva harina no lo tomo. Gracias al poder superior tome la decisión correcta. Luego ni siquiera me ofrecieron tarta. Quede mal. Y que. Salvaguarde mi abstinencia. Pero me quede con mucha hambre.

Tome la desacertada decisión de quedarme en casa de ellos por que estaba cerca de mi grupo y no tenia sentido de volver hasta casa para luego volver. Dormí poco y mal.

Tras la reunión del sábado por la mañana me tuve que enfrentar a una comida en grupo. La comida era buena para mi, pero el problema fueron las cantidades. Yo cocino para mi, yo que cantidad es buena para mi. Aquí pusieron una olla grande y me saque lo que quise. Como venia con hambre, repetí. Además como teníamos que esperar a que llegase una cuarta persona me sacaron picoteo. Y me ofrecieron dulces, que rechacé. Pero los pistachos no por que se supone que ahora debo comerlos para no bajar mas de peso y por las proteínas por ser vegetariano.

Tras eso empieza la partida en si. Llegaron personas inesperadas que trajeron comida y picoteo. Me llegaron incluso a ofrecer chocolate. Me puse fatal. Mi fortaleza decrecía por momentos. Iba cuesta abajo y sin frenos. Me lleve un chasco tremendo, por que aquello fue lo contrario a lo que me esperaba. Me había confiado pensaba que iba a pasar aquella tarde sin tener que preocuparme de la comida y de repente me vi en la primera línea de fuego, con tentaciones a cada rato. Me salía al balcón para mirar al cielo y tranquilizarme, pero aun así me seguían. Comían al lado mía, me ofrecían. Yo no sabia donde meterme. Me puse muy deprimido, pero sin llegar a tocar nada. Eso si el mal rollo que tenia se me notaba. Incluso me preguntaban que me pasaba.

Fue salir de su casa, dejar de ver comida y ponerme de mejor humor.
En el cine me ofrecieron palomitas. Dentro de la gravedad del asunto, eso no fue nada.

Luego fuimos a cenar a un restaurante. No entre a cenar, preferí saltarme la cena y quedarme fuera hablando por teléfono. Fue la manera de reconducir la cuesta abajo sin frenos hacia la recaída.

La abstinencia cuesta, duele, es muy sufrida. En los primeros momentos hay que superar el mono de comida.

El lunes me quede sin comida en casa. El martes por la mañana entre en una tienda. Logre dejar de lado todas las tentaciones y comprar una bandeja de 6 manzanas. A la tarde solo llegaron vivas dos, cuando yo normalmente solo me como una al día.

Además en mis continuos ires y venires del baño, me encontré con la tentación en la cocinita del trabajo que esta justo frente a la puerta del baño. Alimentos de desayuno allí abiertos. Una compañera se ríe de mi. Me dijo “mira voy a comer esto y voy a estar mas gordita”. Y yo le respondí con educación “que aproveche”, y otra tercera dijo, “ya dices eso pero seguro que no lo piensas.” Automáticamente pase del tema. Se que en el trabajo tengo que estar quedando como el rarito, por que ellos comen todos juntos y yo como aparte. Y que. Me da igual. Mi abstinencia lo primero.

Pues en estos ir y venir del baño, vi allí el paquete de galletas casi a terminar. No se por que me dio por coger una. Por que mi voluntad venia minada después de todo el fin de semana de altibajos. Por que esa mañana me estaba resultado especialmente dura, o no. Un jefe me estaba dando por saco. Había perdido una buena oportunidad para cambiar de trabajo. Pensaba que me había cargado un ordenador (luego lo arregle), y encima me veía otra vez teniendo que ir a la ciudad de donde me fui para cerrar un cliente. Además en el cumpleaños sentí por primera vez el querer ser un comedor normal, me sentí preso de una injusticia. ¿Por qué no podía yo comer una simple galleta? Comí primero dos. Luego empecé con las manzanas. Y al final de la tarde comí otra galleta.

Además no logre juntar fuerzas para llamar a mi padrino. Al final de la tarde logre llamar a una compañera y comprometer con ella mi cena. Pude entrar en un supermercado y no comprar nada compulsivo para mí. Tres manzanas, tres galletas, y una comida de tarro de campeonato. Por haberme fallado. Estaba masticando y estaba pensando en escupirlo. Ya no reaccionaba como la semana antes que cuando veía una de aquellas galletas las tiraba a la papelera.

Aquella cocinita pequeña se ha convertido para mi en muy compulsiva. Así como el piso de mi amiga, por el continuo ir y venir de gente, por tener barra americana, por tener la nevera en el salón, por tener un mueble despensa con la comida al aire.

Pero yo también me lo he buscado: por hacer compras mínimas y permitir que la comida se me acabase. Por saltarme comidas. Por pensar que estaba preparado para salir a la vida, y enfrentarme a la comida. Que esta ahí esperándome, astuta, sigilosa, taimada, en la sombra, esperando a que yo me descuide para hacer presa en mi.

Además yo mismo me busco la recaída. Como allí ahora tienen cosas de desayuno, y yo estoy todo el día a base de agua, mis idas al baño son continuas. Si no bebiera tanto agua no iría al baño. Podría ir al baño fuera de la oficina, bajar al bar a mear. Se que suena ridículo. Oye este es otra vez el escudo ante la comida. Tengo que tener la suficiente fortaleza para poder pasar por allí y no querer tocar siquiera una de esas galletas.

Solo tres galletas y el movidon que me monto en la cabeza. Cuando me di el atracón hace un mes estaba fatal. Noto que cada vez estoy peor. Que la enfermedad es progresiva.

jueves, septiembre 14, 2006

La obesidad causa en España cerca de 30.000 muertes tempranas al año

La obesidad causa en España cerca de 30.000 muertes tempranas al año

SANTANDER, 14 (EUROPA PRESS)

La obesidad constituye hoy en día la segunda causa de muertes tempranas "potencialmente evitables", con cerca de 30.000 al año en España, según indicó hoy en Santander el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA) del Ministerio de Sanidad y Consumo, Félix Lobo.

Lobo, quien estos días dirige en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) el curso 'Investigación en seguridad alimentaria', en el que se aborda está cuestión entre otras, señaló en rueda de prensa que esta cifra se basa "en cálculos fundamentados" de expertos, que revelan que la obesidad el segundo mayor problema de salud pública, únicamente por detrás del tabaquismo.

El responsable de la AESA apuntó a la "preocupante" incidencia de la obesidad infantil en España, que se sitúa en torno a un 13%, mientras que otro 12% de los niños españoles estarían en situación de sobrepeso.

"Esto supone que en España, hasta los 18 años, podemos tener
cerca de un 25% de personas con más peso del que deberían tener", dijo Lobo, quien en este sentido advirtió que un niño o joven obeso "tiene muchas más posibilidades" de padecer esta enfermedad en la vida adulta.

Añadió que la obesidad es causa, a medio plazo, de patologías graves, como la diabetes Tipo 2, la artritis o las enfermedades cardiovasculares. Para paliar este "problema", se refirió a la estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física, Prevención de la Obesidad y Vida Saludable), que está desarrollando desde hace un año el Ministerio "con buenos resultados", sobre todo "en concienciación".

De esta manera, Lobo insistió en que la obesidad es "un problema de salud pública importante", y en que España "está comparativamente mal" en relación con otros países, de modo que nuestro país "está tres veces peor" que, por ejemplo, Finlandia.

ESCUELAS
Preguntado si el Ministerio piensa poner en marcha medidas como las que ya está impulsando el Gobierno inglés en algunos centros educativos, en comedores escolares y de retirada de máquinas expendedoras de refrescos, Lobo señaló que España "no va a la zaga de los ingleses" puesto que, en el ámbito de la alimentación en los colegios, "las comunidades autónomas están trabajando mucho", dijo.

Así, subrayó que ya existe un acuerdo del Consejo Interterritorial de Salud que aprueba unas "directrices" de alimentación en los comedores escolares; y recalcó que por lo que se refiere a máquinas expendedoras en colegios, "el problema en España es mucho menor que en Inglaterra", porque el número de estos dispositivos "es muy escaso".
"En colegios de Educación Secundaria en España únicamente había 80 máquinas" de una bebida gaseosa, explicó Lobo, quien reiteró que, en este sentido, "el problema en España era menor".

viernes, septiembre 08, 2006

Perdido en su ombligo

Es tan difícil definir como me siento ahora mismo. La espiral de emociones encontradas, el montón de cosas que me pasan todas juntas y a la vez. Solo decir que estoy abstinente y no he vuelto a comer mal, pero la abstinencia es lo que tiene, que se sienten las cosas en viva piel. Por que ya no uso la comida para tapar las emociones. Y me siento sereno con la mente clara.

No puedo estar con ella. Somos demasiado diferentes. Además no puedo ser la tabla de salvación para nadie, y junto a ella solo veo dolor, por que su vida ha sido dolor. No es la persona adecuada. Aun así no siento que haya sido un error.

Por que por fin he sentido que alguien me ha querido. Por que he recuperado mi autoestima y mi hombría. Y por que he pasado por todo el trance emocional sin comer. Y por que me ha servido para dar un paso más en mi compromiso conmigo mismo, con mi recuperación.

Además con esfuerzo, voy saliendo al paso de los conflictos laborales. Es época de incertidumbre y de cambios. Pero hablando se entiende la gente y comprendo lo poderosa que es la herramienta del dialogo.