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domingo, abril 29, 2007

Hay emociones que no se pueden explicar hasta que las vives

-Siempre he querido adelgazar sin darme cuenta que los kilos los llevo por dentro. Pensaba que al adelgazar todo sería perfecto, pero eso era una ilusión. Ahora ya no es una cuestión de kilos. Estoy delgado pero todo sigue hay dentro, pero estoy aprendiendo a trabajarlo, a limpiarme interiormente, a que mi vida no me duela. No podía pretender que mi vida se solucionara sola con adelgazar, hay muchas mas cosas en mi experiencia vital que no puedo controlar controlándome a mí. Ahora se que solo puedo vivir adaptándome a las cosas lo mejor que pueda según como vengan para disfrutar cada momento.

-Con no llamar por teléfono el que he perdido he sido yo. Esta es la enfermedad del autoengaño y el aislamiento. Mentirme a mi mismo y soledad. La manera de romper esto es con el contacto con otras personas del programa, que pueden ver las mentiras que me digo a mismo, como puede ser creerme que estoy abstinente cuando no lo estoy, que un alimento no es compulsivo cuando si lo es etc. Y por supuesto el contacto con otras personas del programa mata la soledad.


-Mis defectos de carácter me llevan a la locura, a la obsesión, me dan mucho placer pero es un placer efímero, como la comida, que cuando se es doloroso. Es el camino rápido y fácil. Es más fácil odiar a alguien que examinar el problema y solucionarlo. Dejarme llevar por la ira, le envidia, etc, etc; que ver que he hecho yo y hacer mi parte para solucionar el problema. El subidon de adrenalina, el desaire de las peleas a gritos. Muchas personas se desfogan asi. Yo no, a mi eso me pone extremadamente sensible emocionalmente. Me duele demasiado, ya no me enfado hasta llegar a esos puntos. Prefiero hacer las cosas bien, tratar a las personas correctamente, solucionar los desacuerdos. He aprendido que ser pacifico y conciliador es un seguro para evitar desbarajustes emocionales que puedan hacer saltar el mecanismo enfermo de los atracones en mi cabeza.


-vivir en la solución, no en el problema.


-desde que estoy en oa no tengo que hacerlo todo yo solo. Ahora tengo la ayuda de personas que son como yo, que comprenden lo que me pasa por que lo viven en propia piel. Eso no significa que pueda responsabilizar a otros de mi recuperación, pero si que puedo preguntar como lo han hecho otros para recuperarse y seguir su guia, hacer lo que ellos hacen y que les funciona. Pero tengo que hacerlo yo.


-miedo a mi mismo: a lo que soy capaz de hacer llevado por mis defectos de carácter, de perderme a mi mismo, de ver espejismo, de creer cosas que no son, de montarme películas. Me doy miedo yo mismo y me dan miedo mis defectos de carácter, sobre todo aquellos que entran en juego en mi relación, por miedo al dolor emocional, que es lo que me lleva a recaer.


-se cuales son mis defectos de carácter, los admito y asumo, y tengo que aprender a trabajarlos. Ya no me dejo llevar por ellos. Soy imperfecto, pero mejorando.


-ya no tengo el orgullo de creerme el recuperadísimo de la muerte. Mi recuperación no es mia, me la ha dado dios. Sucede a su ritmo, no al mío. Yo solo hago mi parte dia a dia, lo mejor que se y puedo. Escribo, leo, llamo, medito, y los resultados vienen por su parte. La recuperación es un camino, un viaje, que hay que recorrer que no tiene fin. Es un viaje espiritual de búsqueda interior. No un alta medica ni una perdida extrema y radical de kilos.


-El orgullo de no ser menos que los demás es un mal motor para hacer las cosas, ya que es pura envidia, yo procuro hacer las cosas motivado por mi mismo, yo soy el motivo. Ya no me pregunto por que todos mis amigos tienen pareja y y no. Ya no me siento menos. No comparo mi abstinencia y mi recuperación con los de otras personas. Yo soy único, ni mejor ni peor que los demás. No dejo que el egocentrismo sea el motor de mi vida. No quiero ser el mejor, simplemente lo hago lo mejor que puedo. Mi recuperación es una trayectoria que va mejorando con el paso del tiempo, cada vez estoy mejor que antes, aun con las recaídas. Y cada vez aprendo mas de mi, de mi enfermedad y de cómo funciona.


-la culpabilidad: toda mi vida me he dicho a mi mismo que era un mediocre, ahora lo hago lo mejor que puedo. Ya no me juzgo a mi mismo y no me siento culpable por ser quien soy. Me siento afortunado por todo lo que he aprendido sobre mi. Ya no me siento menos que nadie ni mas que nadie, me conozco mucho mejor y he visto que tengo puntos buenos y puntos malos.


-oa es como el aire, no voy un día y me falta la vida. Lo necesito para respirar, para vivir. Tengo miedo de no estar en los grupos.


-La lujuria es un defecto de carácter que es el motor de mi enfermedad. La lujuria es un riesgo por que ponen en peligro mis emociones y puede convertirse en si misma en otra adicción. Me rindo ante mis defectos de carácter, en especial ante la lujuria, puedo renunciar a la lujuria.


-oa me ha dado la vida que nunca tuve.

-cuanto mas herramientas uso mejor me siento.


-yo he aprendido el programa siempre recayendo a base de palos, con un padrino o madrina aprendo de su experiencia. Soy consciente de que necesito quien me apadrine y me guie en mi avance en el programa.


-el apadrinamiento es rendir cuentas, salir del autoengaño a través de los ojos de otro, es lavar los secretos que me hacen daño.


-estoy en la época post Crl, bienvenida Vv ¿Por qué tengo siempre que buscar a alguien? ¿no puedo ser feliz sin pareja? Ya no estaré solo nunca mas, tengo oa y a los grupos.


-mi chica será una mujer especial, y tendrá mucha suerte de tenerme a su lado, le habrá tocado la lotería, por que yo soy un premio un regalo, soy guapo, me siento atractivo, soy tierno, dulce, cariñoso, me preocupo y hago siempre lo correcto, las cosas de buenas maneras y me han dicho que soy un caballero en mi trato cercano. A ella le diré “tienes mucha suerte de conocerme” y realmente la tendrá, será muy afortunada.


-dios es grande. El lo puede todo. Tiene la voluntad que yo no tengo. Si le pido que me guie el me lleva a buen puerto y cuida de mi.


-ojo a mi lujuria y egocentrismo. Practico la abstinencia emocional, me abstengo de emociones negativas. Soy impotente ante mis emociones y mis defectos de carácter.


-buscar la parte positiva del dolor. Convertir cada palo de la vida en una oportunidad para superarme y crecerme ante a la adversidad. El dolor hay que sentirlo y trabajarlo para superarlo, no anestesiarlo con mi adicción.


-silencio, concentración, meditación, como herramienta de abstinencia emocional. Para llevar una vida tranquila, para no llevar una vida llena de sobresaltos y de golpes emocionales. Para tener el corazón lleno de paz.


-tu te olvidas de oa, pero oa nunca se olvida de ti. Recuerdo las personas que he conocido han estado en oa una temporada y se han ido. Lo han dejado y se han perdido en la compulsión por la comida, que es una enfermedad que mata degenerativamente. Ojala vuelvan y dejen de sufrir, y se liberen de la esclavitud a la comida.


-dios dame fuerzas para afrontar los retos que hay ahora en mi vida: encontrar piso, recuperarme, encontrar pareja si tu lo quieres, mejorar mi situación económica y profesional.


-dios es inmediato si se lo pido. Comprobado. Le pido que haga lo mejor para mi y si lo pido de corazón y honestamente, pasa lo mejor para mi, aunque no fuera lo que yo esperaba.


-la soledad y la perspectiva de soledad me han llevado a la lujuria: yo no me sentí querido como hijo y trato de llenar ese vacío. Quiero vivir la familia que no tuve aunque sea como padre. Me siento impotente ante la soledad y la lujuria. Tengo mucho amor sincero y cariño que dar y compartir, pero no control u obsesión con ello. Pero me duele sentirme vacío y recurrir a la lujuria. Yo quiero ser feliz sin pareja, feliz solo, sin dependencias emocionales ya que no me va bien que me hagan daño, ni basar mi felicidad en otra persona.

martes, abril 24, 2007

Abstinencia y lujuria

Había olvidado lo que es luchar por estar abstinente, el tener que rendirme y derrotarme ante la comida cada momento. No me gusta la palabra luchar. Prefiero la expresión “trabajar” por mi abstinencia. Ahora me lo tengo que currar mas, y ano tengo una abstinencia ni tan limpia ni tan cómoda. Puede que me este pasando con las cantidades y con los hidratos. Y que. Me da igual, se lo dejo a Dios. No esta en mi mano. Hoy he tenido tentaciones de pesarme pero no lo he hecho para no entrar en la locura y empezar a querer controlar yo mi comida en función de mi peso.

Emocionalmente me siento al borde de una recaída emocional. Trabajo mentalmente por reprogramar mis pensamientos a positivo, pero me cuesta. Es un sentimiento agridulce. En mi vida hay siempre motivos para ser feliz o para deprimirme, soy yo quien ha de escoger como quiero sentirme.

Yo tengo que ser feliz hoy, disfrutar de las pequeñas cosas, de los árboles, de la primavera. No puedo ponerle condicionales a mi felicidad. NO puedo condicionar mi felicidad a tener una buena abstinencia o a tener pareja. Además no existe una felicidad perfecta, yo soy lo mas feliz que puedo hoy, sin apoyo de nadie, ni dependencias.

Me duele, me fastidia, tener implantado el mecanismo en mi cabeza de que seré feliz cuando encuentre pareja. Eso es lujuria. Busco llenar el vacío de afecto que siento, iniciado en mi niñez por que no me sentí querido como hijo (creci en una familia a mis ojos fría y disfuncional), y continuado en mi adolescencia al ser rechazado por todas las chicas que me gustaron. ¿Por qué no puedo ser feliz yo solo independientemente? ¿Por qué tengo que buscar llenar mi vacío con otra persona? Me hace ser tan vulnerable y dependiente que no me gusta. Además me hace sentir inquietud, miedo, envidia, y muchos celos. Por estar solo. Por la perspectiva de haber conocido a alguien y temer no ser correspondido, por miedo a que yo no le guste, a que la pierda por que se vaya con otro. Miedo a que no sea la persona correcta.

Las mujeres para mi son como la comida. Unas son alimentos compulsivos que una relación con “ella” me haría tanto daño que me destruiría. Y luego están las que son como la comida sana, que me hace mucho bien, pero son las mas difíciles de encontrar. El truco creo que esta en tomarme el tiempo necesario, no querer ir deprisa, y construir relaciones emocionales sanas y duraderas.

jueves, abril 19, 2007

Primer paso, de nuevo....

PRIMER PASO

Soy impotente ante la comida por que:

-solo se comer dándome atracones, o para Vivir a dieta, no se comer para mantenerme estable de peso. Cuando he de comer para mantenerme de peso la duda y la incertidumbre se apoderan de mí. Habré subido, habré bajado, y eso me lleva a pesarme más.

-no puedo comer a la vez que recibo muchos estímulos externos, por que relajo la alerta sobre mi Modo de comer.

-no puedo comer mientras hablo o discuto de un tema que me implique emocionalmente, ya que me altera, estoy al tema de conversación y no a como estoy comiendo.

-prefiero sacrificar un hobby o afición, para no tener que enfrentarme ala comida o a viajes que me alejen de mis reuniones de oa.

-tengo miedo de comer, mejor dicho de comer de una manera que no sea sana para mi. De pesar más o menos del k yo considero mi peso ideal.

-Durante años he vivido preso de un sobrepeso excesivo que me causo muchos problemas emocionales y de salud.

-He sido incapaz de controlar mis emociones, y he acudido a la comida para apaciguar mi dolor, en vez de enfrentarme a los problemas, las situaciones o las personas.

-He vivido obsesionado con mi peso y mi aspecto físico, pesándome de forma compulsiva, una, dos y tres veces al día, creyendo que cuando adelgazara todos mis problemas se solucionarían, ligando mi estado emocional a mi peso.

-He clasificado a las personas según su manera de comer, y me he alejado de aquellas cuya manera de comer no me gustaba, por miedo a que sus hábitos se me pegaran.

-En cuanto a comida no tengo una percepción real de las cantidades. No se lo que realmente es poco o mucho, o cuando estoy saciado o no.

-He asociado el hambre a mi bienestar. Sentía alegría al tener hambre, por que asociaba el hambre a adelgazar.

-He intentado vomitar cuando he comido demasiado y me he sentido culpable por haber comido tanto.

-He sentido resentimiento hacia mi madre por ofrecerme comida y por su manera de alimentarme durante los años de mi niñez en que mi alimentación dependía de ella, y por la educación nutricional que me ha dado.

-soy impotente ante la comida, que yo siempre quiero comer, que necesito frenos barreras, excusas, coartadas, para no comer, como que la comida no sea mía, no llevar dinero para comprar comida ,etc.

Mi vida se ha vuelto ingobernable por que:

-No puedo vivir con mi familia, su trato hacia mi me generan tales sentimientos, que huyo hacia la comida.

-no puedo faltar a una de mis tres reuniones semanales de oa, si falto recaigo, ya me ha pasado dos veces.

-confundo el sentimiento de compañerismo de oa con la atracción, cuando se trata de compañeras.

-no se manejar mis emociones cuando hay comida, familia o mujeres de por medio.

-prefiero no ver a mi familia en navidades antes que enfrentarme a todas las emociones que me genera visitarles, y antes que enfrentarme ala comida que se come allí.

-si he de vivir sin hacer planes a largo plazo, viviendo solo al día, aplicando el solo por hoy a mis otras facetas de la vida, no puedo pensar en que hacer con mi vida, ergo yo no controlo mi vida. ¿es esto soltar riendas? ¿o es que mi miedo a la comida controla mi vida?

-si las emociones me superan y las tapo con comida he de cuidar mis emociones, ergo no no puedo sentir emociones fuertes para huir de los atracones. No puedo tener broncas en el curro, peleas con la novia, y en un futuro peleas con hijos. Ergo la comida, o el huir de las emociones malas que me llevarían a la comida, controla mi vida y mi futuro. El no poder pensar en mi futuro me agobia.

No podría soportar p ej la presión de ser cabeza de familia.

-No soy capaz de comer solo un poquito de ciertos alimentos, yo lo quiero todo.

-He rehuido eventos y reuniones, por que sabia que allí habría comida peligrosa para mi.

-Cuando he estado presa de la comida, esta me ha anulado totalmente, y yo solo quería comer y dormir, mi vida desaparecía, y mi rendimiento en el trabajo disminuía.

-No tengo unos hábitos de comidas normales, los míos están alterados a extremos. O como muy poco, o como excesivamente.

-He creído que solo encontraría pareja cuando venciera esta enfermedad y adelgazara x kilos, cosa totalmente falsa.

-Soy impotente ante mis viajes a Málaga. Yo no puedo decidir cuando ir allí o no, eso no depende de mi es superior a mi. En Málaga la voz de la enfermedad es mas fuerte y cuando vaya allí tendré que ir de la mano de oa(con compañeras, para una convención, o convivencia) para compensar que la fuerza que coje la enfermedad allí. No puedo comer o alojarme en casa de mi madre, por que su trato para mi es peligroso, mas bien la manera de tratarme con la comida, y la comida que hay en aquella casa. Los hábitos con la comida que hay en casa de mi madre. Allí no hay freno ninguno, mi madre me va a ofrecer comida siempre por que piensa que estoy muy delgado, y siempre va a haber compulsivos, quiera yo o no quiero. Yo solo puedo adaptarme, es decir si viajo alli (cuando dios diga, no cuando yo diga), pues tengo que ir allí ya comido, y no alojarme en casa de mi madre.

Comentario de texto sobre el primer paso:

Primer Paso:

"Admitimos que éramos impotentes ante la comida y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables."

"En comedores compulsivos anónimos comenzamos nuestro programa de recuperación admitiendo que éramos impotentes ante la comida.

Recuerdo la sensación de impotencia ante la comida las semanas antes de entrar a OA. Cuando toque fondo del todo, que no fue la ultima vez que lo hice. Estaba tan hecho polvo, subiendo peso de una manera descontrolada. Me maldecía a mi mismo porque apenas un año antes había podido bajar de peso totalmente y en aquel momento no podía siquiera controlar lo que comía.

He vivido en mi la impotencia ante la comida, el no poder parar de comer. El atravesar mi ciudad andando y comerme un helado, luego meterme en un supermercado. Ir huyendo de los establecimientos y luego no poder parar. Comérmelo todo y luego, con odio, tirar el resto. Planear atracones. Ser incapaz de llevar dinero suelo y pasar por delante de una maquina de comida, y cuando las monedas no te ajustan para comprar algo, dar gracias a dios por que esa vez no he caído. Tal es la impotencia de la comida en mi.

Muchos de nosotros nos rebelamos cuando nos desafiaron a admitir la derrota para controlar nuestra forma de comer. Cada cierto tiempo en el pasado o periódicamente fuimos capaces de hacerlo. Insistíamos en pensar: Nuestra manera de comer puede estar fuera de control en este momento, pero algún día tendremos la fuerza de voluntad suficiente para controlar nuestros excesos en el comer, y ese día, ya no la volveremos a perder.

Antes de entrar a oa, me di un ultimátum. Dije “voy a intentarlo por ultima vez, si no puedo iré a comedores compulsivos” Tenia claro que lo mío era compulsión, adicción. Eso si lo tenía claro. De hecho encontré Oa en Internet buscando en por “compulsión por la comida”. Aun así en los primeros meses de entrar en oa pensaba que yo aun podía con la comida como había podido cuando perdí los 40 kg que perdí, que simplemente estaba allí para refrescarme la memoria. Que yo no necesitaba aquello tanto. Aun no me había dado cuenta de todo lo que se hoy. No quería ver la verdad. Que había un problema mas grave de la comida. Y sin embargo lo tenía ahí, la comida había mantenido mi vida al ralentí en una depresión durante años, y se había agravado cuando había tenido cambios emocionales fuertes, como cuando trabaje en marbella para una persona adicta a la cocaína, o como cuando fui dejado por una mujer.

Mi libre albedrío esta infectado por la enfermedad. Yo no tengo ni control ni mesura con la comida. Yo siempre quiero comer, y quiero comer dulce, y quiero comer mucha cantidad. Sin embargo la rebeldia ha jugado en mi favor, por que ha sido siempre mi madre la que ha ido en mi contra: cuando estaba gordo para que no comiera, cuando estaba delgado para que comiera. Y yo siempre hacia lo contrario. Ahora que estoy delgado cuando la tengo cerca me dice que coma, que se preocupa mucho por mi alimentación, y me ofrece alimentos compulsivos. Me los guarda, me los prepara. Piensa que me hace bien, pero me esta ofreciendo veneno. Y yo no puedo controlar eso, tengo que aprender a ponerle limites, o adaptarme para que no se de esa situación, es decir estoy dispuesto a renunciar a volver a comer en casa de mi madre, para romper con los viejos hábitos de comida y aquella cocina que para mi es tan compulsiva, con su barra americana y su ausencia de puerta.

Sin embargo, para muchos de nosotros, los días de comer controladamente se fueron volviendo menos numerosos y mas lejanos, hasta que al fin, recurrimos a CCA en busca de una nueva solución."

Recuerdo mi última época antes de mudarme a Madrid. Cuando toque fondo de verdad. En recaída pero en OA. Fueron unos 15 o 20 días de estar de la cama a la cocina, y de la cocina al ordenador, y vuelta a la cama. Todo se desdibujaba, dejaba de tener sentido. Trabajaba a horas extrañas, de noche (trabajaba en casa). Era un ermitaño en mi cuarto. Me aislaba de mi familia. Sin embargo me llamaron a Madrid (por que estaba fallando en mi trabajo) y esa fue el principio de mi nuevo despertar, conocer los grupos de aquí, y tener la oportunidad de vivir aquí. La propia comida me hizo cambiar mi destino.

"En CCA aprendimos que no es la falta de fuerza de voluntad lo que nos convierte en comedores compulsivos. De hecho, los comedores compulsivos a menudo demuestran poseer una cantidad excepcional de fuerza de voluntad.

Yo tengo una terrible fuerza de voluntad. Una gran valentía y decisión, a veces incluso temeridad. Es un rasgo de mí que aprendí en la escalada. Yo quiero ir del punto a (en el suelo), al punto b (a 30m de altura). Y tengo que tener fe en que puedo llegar, en que el equipo aguanta mi peso, en que no me voy a caer y no me voy a matar. Y voy a subir allí quiera la gravedad o no quiera. Si entras con dudas no subes, así de simple. Aprendí que cuando quería algo si me convencía de que podía lograrlo tenia la mitad del camino hecho. Cualquier cosa que me propuse, lo conseguí. Incluso adelgazar. Pero con la comida llego un punto que perdí el control. No se decir que no. Es superior a mí.

Comer Compulsivamente es una enfermedad que no puede ser controlada por la sola fuerza de voluntad. Ninguno de nosotros escogió tener este desorden más que si hubiera decidido tener cualquier otra enfermedad. Podemos dejar ahora de CULPARNOS O DE CULPAR A OTROS a causa de nuestra forma compulsiva de comer.

No fui consciente de que esto era una enfermedad de verdad, hasta que la vi en un escrito a la misma altura que la bulimia y la anorexia. Con todos sus síntomas, y reconocida clínicamente. Y señalada como una enfermedad mental. Hasta que he sabido que otra compañera ha atacado la enfermedad con ayuda de médicos psiquiatras y medicación.

Ya no culpo a mi madre, ni a mi padre, ni a su familia, ni a mi herencia genética, ni a la sociedad, ni a mi mismo, ni a la comida, por esta enfermedad. Se que yo soy un resultado de todos estos factores, y he de vivir con ello. Doy gracias por saber lo que me pasa, por que otros muchos no lo saben, y viven perdidos.

Se perfectamente que el carácter compulsivo se hereda, e investigando en mis recuerdos me he remontado hasta el origen. Hasta la persona cuya vida fue un infierno y que se apoyo en la comida para poder vivir. Esa persona fue mi abuelo (antes de mi padre) pero no le culpo por ello por que vivió circunstancias totalmente superiores a el, y de las que no se puede culpar a nadie. Fue criado por una hermana suya que era prostituta ya que sus padres habían muerto en la guerra civil. El sufrió mucho y le surgió el carácter compulsivo que en parte es el origen de mi enfermedad. ¿Pero quien tiene la culpa de esto? ¿La guerra civil? ¿Franco? Es absurdo culpar a la historia de España o a mi abuelo de mi enfermedad. Yo solo puedo hacerme cargo de la circunstancia actual y vivir lo mejor que pueda con esto.

La enfermedad de la comida compulsiva es de tres naturalezas: FISICA, EMOCIONAL Y ESPIRITUAL.

Físicamente la enfermedad se ha manifestado en mí de las siguientes maneras:

La enfermedad ha destruido mi salud y mi cuerpo. Tengo estrías a docenas, flacidez, y una barriga vacía que jamás desaparecerá y por la que siempre me veo gordo. Tengo la columna desviada por que de niño me inclinaba para ocultar mi barriga, por que tenia complejo. A parte tengo cinco puntos en una mano por una vez que rompí un cenicero por que mi madre no me dejaba comer mas. Acabe en el hospital con un cólico por un atracón. He vomitado por comer demasiado. He sufrido dolores de estomago, gases, mal sabor de boca. He intentado provocarme vómitos. He estado días sin comer. Después de haber adelgazado tantos kilos me he quedado algo débil.

Emocionalmente:

Mi personalidad ha sido presa de la marginación, discriminación, maltratos y acoso de otros chicos de niño por ser diferente y gordo, lo que marco mi personalidad y mi desarrollo como persona.

Siempre he tenido complejo de mi cuerpo. Miedo a enseñarlo, a quitarme la camiseta. He estado veranos enteros sin pisar una piscina o la playa por vergüenza de mi cuerpo, a pesar de vivir en la costa con veranos de seis meses.

Siempre tuve la autoestima por los suelos. Viví la mayor parte de mi vida preso de una depresión continua. Cuando estaba mejor lograba estar solo melancólico.

Todo esto ha generado en mi cierta incapacidad emocional para relacionarme con personas del sexo opuesto. Con la autoestima por los suelos, y un aura de depresión a mí alrededor, nadie se iba a acercar a mí. Yo era (o soy) incapaz de atraer a nadie si no me quiero a mi mismo. Esa aura de negatividad se me notaba, y ellas la rehuían.

No quería salir de noche ni divertirme Ni celebrar mi cumpleaños ni nada. Simplemente no le veía color a la vida. Pensaba que jamás podría gustar a una mujer, así que las actividades que se hacen para relacionarse con mujeres, yo las obviaba. Pensaba que no eran para mí, de que me iban a servir. Así que yo hacia otras cosas diferentes.

Mis emociones están tan dañadas que estas tienen picos, suben y bajan, como un carrusel. Y no lo controlo. Lo mas mínimo me altera y me pone en el cielo o en el infierno. Mi cabeza es un hervidero de obsesiones y fantasías, que solo logro detener a rachas.

Espiritualmente:

Intranquilidad, paranoia, miedo a la comida, miedo a mis emociones, miedo a salirme de la rutina. Solo he conocido momentos de plenitud, de realización y de paz de la mano de oa, durante el tiempo que he estado abstinente.

Comer compulsivamente no se origina simplemente de los malos hábitos alimenticios aprendidos en la infancia, ni a causa de problemas y desajustes, ni únicamente por amor a la comida, a pesar de que estos tres factores pueden influir en su desarrollo. Es posible que muchos de nosotros hayamos nacido con una predisposición física o emocional para comer compulsivamente.

Mi familia paterna tiene un alto grado de obesidad mórbida y antecedentes de enfermedades nerviosas. Mis tíos por parte de padre, incluso mi padre, han tenido que estar todos en psiquiátricos durante su adolescencia. Mi padre perdió una vez la cabeza con 40 años por una adicción a un fármaco y al ejercicio físico. Crecí en una familia emocionalmente rota por infidelidades de mi padre. A los 20 años sufrí un divorcio. Crecí rodeado de relaciones personales enfermas y dolorosas. Mi madre me ha educado lo mejor que ha sabido, ha sido la mejor madre que ha podido. Para ella eso significa que “niño gordito, niño feliz” por que se crió en un ambiente de hambruna y penurias en la posguerra en el campo andaluz.

Cualquiera que sea la causa, la realidad hoy es que, en lo concerniente a comida, nosotros no somos como la gente normal."

Se que no soy una persona normal, hoy lo acepto. No puedo mantener libre albedrío a la hora de decidir que comer, dentro de mis alimentos permitidos “no compulsivos” por que mi voluntad esta enferma, solo puedo decidir que comer de manera sana al final del día cuando ya estoy lleno y tranquilo.

Después de tantos años perdido en la obesidad, ahora que he perdido todos lo kilos, quiero vivir. Se que no puedo vivir como un comedor normal, ya que la comida me ha robado parte de mi vida, de mi desarrollo como persona. Pero he aprendido que debo disfrutar cada momento de vida que le robe a la enfermedad por que puede ser el último, y vivir agradecido es mejor que vivir asustado. Dar gracias por lo que se tiene y no llorar lo que no se tiene. Si me cuesta vivir agradeceré lo que logre, y no llorare lo que no tengo. Por la comida he tenido que sacrificar muchas cosas. Pero es un proceso para cambiar y vivir de una manera diferente, mejor, mas sana para mí.

Ciertamente mi manera de comer y de relacionarme con la comida no es como la de una persona normal. Una persona normal no se tira años comiendo solo una vez al día. Una persona normal no se salta comidas, se tira días en ayuno. Ni se pega atracones de miles de calorías.

Igual que los comedores compulsivos, los comedores normales en alguna ocasión encuentran placer y evasión de los problemas de la vida consumiendo comida en exceso. Los comedores compulsivos, sin embargo, a menudo presentan una REACCION ANORMAL: cuando abusamos, no podemos detenernos.

Yo cuando empiezo a comer, no se parar, y como todo lo que haya por delante. He usado la comida como droga para anestesiarme de dolor de la vida. He comido por aburrimiento y por soledad. Y por perspectiva de soledad en el futuro. La comida es un placer fácil lo tienes a mano, y te proporciona un placer rápido. Es mucho mas fácil no solucionar un problema, no sentirlo, que afrontarlo. Sin embargo cuando se pasa la anestesia, el problema sigue ahí, y quieres volver a seguir anestesiado. Es un círculo vicioso. Aprendí en oa que si tienes un problema y comes, tienes dos problemas.

Ahora se que tengo que solucionar los problemas según van surgiendo. No guardarlos y callarlos, por que se acumulan en mi interior y eso me lleva al malestar, y la depresión, a la acumulación de negatividad. Y con el tiempo todo me sobrepasa y huyo a la comida como manera de sedarme, de anestesiarme, de no sentir el dolor que es esta vida.

También he usado la comida para mitigar situaciones de cansancio físico o mental extremo, y también he comido por pura hambre física a nivel extrema. El ejercicio me da mucho miedo por que me abre el apetito, y yo no soy capaz de ajustar mi alimentación según el ejercicio que hago.

Un comedor normal se siente lleno y pierde interés en la comida. Nosotros, los comedores compulsivos, ansiamos más. Algunos de nosotros, inclusive, tenemos una reacción hacia determinados alimentos: mientras otros pueden sentarse confortablemente y comer porciones sencillas, nosotros nos sentimos impulsados a comer otra porción después de terminar la primera.... y otra mas.... y otra mas.

Yo he comido cantidades ingentes de comida, y sin poder parar. He intentado vomitar por que no me entraba más en varias ocasiones, sintiéndome terriblemente culpable después. Luego esto lo alternaba con periodos de ayuno “para compensar” preso de mi culpabilidad. Sensación de saciedad tengo, pero muy distorsionada. No se realmente lo que es poco o mucho comida. Ahora creo que cuando como bien me quedo igual que como estaba antes de comer antes de comer igual que después de comer, con la misma sensación. Odio sentirme muy lleno y pesado, por que me trae recuerdos de los atracones y me hace sentir mal.

Para mi la comida buena y abstinente es aquella en la que me siento igual antes de comer y después de comer. Mi sensación de hambre y mi cabeza no varían, con lo que puedo seguir viviendo sin peligro hasta la siguiente comida.

No todos los comedores compulsivos podemos identificar estos alimentos determinados que nos causan problema, pero muchos si podemos hacerlo. Lo que todos nosotros parecemos tener en común es que NUESTROS CUERPOS Y NUESTRAS MENTES parecen mandarnos señales acerca de la comida, que son muy diferentes de los que reciben los comedores normales.

A mi el comer determinadas cosas o de determinada manera me manda a un estado mental alterado parecido a la depresión, donde mi mente se cierra y no veo nada a los lados, no veo las cosas con claridad y me siento fatal. Los alimentos compulsivos los tengo claramente definidos y han ido evolucionando con el tiempo, según ha cambiado mi enfermedad y mi abstinencia. Pero no solo son los alimentos compulsivos, si no la manera y las situaciones de comer ciertos alimentos:

LISTADO DE ALIMENTOS COMPULSIVOS.

-Dulces y chucherías en general.

-Helados (en especial haagen das sabor vainilla macadamia)

-Quesos, yogures y lácteos envasados (pero si van cocinados en un plato no me dan problema)

-Leche (por que me recuerda a desayuno, a galletas y magdalenas)

-Pasta

-Pan

-Patatas fritas, tanto de bolsa, como hechas en plato.(pero las patatas hervidas no me dan compulsión)

-Cualquier cosas que lleve harina o azúcar o su combinación.

-Snacks y picoteo, frutos secos, y en especial las pasas. (Sin embargo el sésamo no me da compulsión, eso si usado como aderezo de ensaladas y verduras)

-Cierto tipo de zumo cuyo edulcorante es muy fuerte.

-Espárragos blancos de lata.

-Cualquier cosas que venga a granel y se coma con la mano.

-Cereales de desayuno. (si embargo el salvado muy fino y sin azucar no me da compulsión)

-Bebidas gaseosas o energéticas.

-Mermeladas (aunque hay una marca o dos de mermeladas Light sin azucar que no me dan compulsión)

-Puré de patata.

-tortilla de patata: cualquier combinación de plato que lleve huevo y patata, o patata y harina.

En general cualquier alimento que venga en bolsa a granel y se coma con la mano me es compulsivo. Cualquier cosa que venga en una unidad grande y haya que cortarlo en porciones más pequeñas para servirme yo. Incluso botellas y cartones tetrabrik. Tengo muchos problemas con el tema de los formatos, yo no puedo decidir acerca de cantidades por que siempre me pondré una cantidad peligrosa para mi.

Comportamientos compulsivos:

-Comer de pie a nevera abierta.

-Comer entre o fuera de horas.

-Saltarme comidas.

-Beber directamente de los cartones tetrabrik.

-comer comida que no es mía, que es de otras personas.

-comer mientras cocino. (Ahora mientras cocino me como primero el postre que ya esta incluido en mi plan de comidas)

-comerme las sobras de otra persona.

-comer en el coche.

Hemos descubierto a través de muchas experiencias compartidas, que no importa por cuanto tiempo nos abstengamos de comer compulsivamente, y no importa cuan aptos nos hayamos vuelto para enfrentar los problemas de la vida, nosotros siempre tendremos estas tendencias anormales. Aquellos de nosotros que hemos regresado a nuestros comportamientos de comida compulsiva, aun años después de habernos recuperado, hemos descubierto que detenernos se vuelve más difícil que nunca.

La recaída ha hecho que lo que sabia del programa se me olvidase. Compañeros y compañeras me han tenido que recordar cosas que yo ya sabia. La enfermedad hace que el programa se olvide, se deje de trabajar y me abandone a los brazos de la comida, a su dulce inconsciencia y que al final me niegue como persona.

De la recaída también he aprendido que todo lo que dice el programa es verdad, por que lo he visto cumplido en mi, y eso no ha hecho otra cosa mas que aumentar mi fe en el programa y en la recuperación, en el estilo de vida que es vivir en recuperación.

Definitivamente, si queremos liberarnos de la esclavitud de la comida compulsiva, tenemos que "abstenernos de todos los alimentos y patrones de conducta en la alimentación que nos causan problemas."

Creo que aun no estoy rendido del todo. Quiero seguir manteniendo un cierto libre albedrío a escoger lo que quiero comer dentro de mis alimentos permitidos. A veces toco algo de mis alimentos compulsivos en pequeñas cantidades por que es la única manera que se de no adelgazar mas. Lo de erradicar los comportamientos o malos hábitos como el comer de pie, o no comer deprisa me cuesta mas. Comer solo me ayuda por que puedo concentrarme en ello. El desayuno con las prisas me desata el comer de pie y el picoteo. Durante un tiempo no he logrado hacer un plan de comidas por escrito, pero si tengo una manera de comer más o menos fija. A veces puedo decidir con antelación que voy a comer. Al año y medio de programa por fin logre escribir por adelantado lo que voy a comer, y aun así a veces lo altero para meterle siempre algún alimento más, pero luego escribo lo que he comido de más. Me parece que he comido de menos, o que mi comida es poca, y por eso siempre acabo comiendo algo más, pero lo apunto, y lo asumo, y apunto como me he sentido al comerlo.

La recuperación es un nuevo estilo de vida. Vivir en recuperación. Con la recaída he aprendido que no puedo repetir patrones de conducta de mi vida anterior, por que si es así recaigo. Tengo tan asumido ese mecanismo de dolor placer mediante la comida, como implantado en la cabeza, que volver a los mismos sitios, a las mismas personas, y a los mismos hábitos de entonces, me llevan a comer. Estoy dispuesto a renunciar a todo, a construir una vida nueva, y renunciar a mi pasado para ser libre de la compulsión por la comida. Mi vida de antes solo la puedo tocar con cuenta gotas, por que si no recaigo.

"Si nunca comemos en exceso, no dispararemos la reacción que nos hace ansiar mas. Pero esto también se ha comprobado que es imposible de conseguir solo por el poder de la fuerza de voluntad.

Yo tengo mucha fuerza de voluntad, pero no puedo luchar contra mi vida entera en un solo segundo, puesta en una balanza. Por que no es cuestión de que pueda o no pueda parar de comer. Yo soy incapaz de tomar decisiones sobre mi manera de comer por que mis hábitos de alimentación están alterados a extremos. Solo se comer de dos maneras. O darme atracones, o restringirme las comidas a muerte para perder peso. No se encontrar un termino medio para mantenerme equilibrado. Con otras cosas de mi vida he logrado siempre lo que me he propuesto, pero con la comida no. Por que mi problema con la comida, mi enfermedad, es superior a mí.

Además no puedo pensar en términos de si nunca, o hasta que me muera, por que el pensar que nunca mas voy a volver a comer un alimento me marea, me hacer cuestionar mi salud. Y solo pienso en hoy y punto. Mi futuro es hoy, mi vida es hoy, el presente es todo lo que puedo gestionar, el resto me da igual, por que no puedo hipotecar mi vida con condicionales ni “cuandos” , e “y si”. Mi futuro es demasiado amplio para encerrarlo. Me va mejor cuando no pienso en mañana ni en pasado, ni en seis meses vista, si no adaptándome, fluyendo por mi vida.

Antes de encontrar CCA, cada dieta o periodo de control era seguido por un periodo de comida descontrolada. Esto era a causa de que nuestra enfermedad no es solamente de naturaleza física, sino también emocional y espiritual.

Ahora lo se. Ya soy consciente de que los atracones me surgen de mis emociones, de todos mis traumas del pasado. La época en que estado bien conmigo mismo, no he usado la comida como anestesia. Sin embargo cuando mis emociones, y mi vida en general, me han superado, he usado la comida como droga para no sentir nada, autodestruyéndome en el proceso, una espiral de comida y depresión.

Aunque soy consciente de que no he de olvidar la parte física de la enfermedad, la deformación del sentido del hambre, la adicción pura y dura a la comida, el placer por el sabor, el carácter psicoactivo de muchos alimentos como el azúcar o el chocolate. Yo he recaído por puro hambre física, sin recaída emocional, y era por cansancio y por hambre, tras una jornada agotadora de ejercicio físico, donde sin embargo me lo había pasado muy bien y fui feliz. Descuidar una de las tres facetas de la enfermedad, puede llevarme a la recaída. Ahora lo se. Ni demasiado solo, ni demasiado cansado, ni demasiado hambriento, ni demasiado deprimido, etc etc etc.

Estábamos OBSESIONADOS con la comida, y no había cantidad de auto-control o pérdida de peso suficiente para curarnos. A causa de esta OBSESION, siempre llegaba otra vez el día cuando de nuevo, el exceso de comida, nos parecía tan invitador, que no era posible resistirlo, y nuestras firmes resoluciones eran olvidadas. Tarde o temprano comenzábamos de nuevo a comer en exceso, y gradual o rápidamente, la compulsión empeoraba hasta que quedábamos completamente fuera de control.

La obsesión para mí en mi vida, primero, fue un ansia voraz por comer todo lo que pillaba. Mis kilos y la comida era lo único que tenía. Me volqué en el trabajo por que no tenía afectos ni de familia ni de pareja. O era lo que yo sentía en aquel momento.

Luego se convirtió en un odio hacia mi mismo por haberme hecho mucho daño con la comida, por haber destruido mi físico durante tantos años.

Después fue el no poder parar de comer, el miedo a la comida. Huir de sitios y reuniones sociales por la comida que había, escoger amistades en función de su manera de comer. Hasta tal punto estaba yo obsesionado por la comida.

Mi cabeza no para de bullir con fantasías, obsesiones, y toda clase de pensamientos que no vienen a que.

La obsesión por la comida me ha hecho caminar por la calle deseando entrar en todos los supermercados, hechar dinero en todas las maquinas de comida, querer parar a comprar comida en todas las gasolineras. Y también he tenido antojos repetidos como si fuera una embarazada. Eso es lo que muchas personas en oa llaman el mono. Querer comer pero estar tratando de no hacer lo en un trabajo interior constante que era un comedero de cabeza continuo que requería mucho esfuerzo mental. Tal era la obsesión. La liberación de esto fue lo mejor que me ha dado oa, cuando el ruido en mi cabeza para. Pero a veces vuelve, por que esta enfermedad es crónica. Pero hay esperanza, se puede detener.

Esta OBSESION MENTAL era algo de lo que no podíamos liberarnos por la sola fuerza de nuestra voluntad humana. Otro poder mas fuerte que nosotros tenia que ser encontrado para liberarnos, si deseábamos detenernos en nuestra carrera de comida compulsiva y mantenernos abstinentes."

Recuerdo el no poder parar de pensar en comida, en dialogar con ella, como me atrapaba me envolvía. Como de repente no veía nada a mi alrededor y todo era comida. Esta obsesión mental también se manifiesta en mi como una especie de radar. Siempre me doy cuenta cuando alguien esta comiendo cerca de mi, aunque sea a mi espalda, o a 20 metros, o solo sea un leve masticar por debajo de la música de un restaurante. Así pues mis sentidos y mi libre albedrío están alterados por la enfermedad, infectados, dentro de mi hay una bestia voraz que lo único que quiere es comida, y que yo tengo que acallar con fe, y paz espiritual. Si camino por la calle siempre se en un barrio donde hay comida y donde comprar. Es el sexto sentido que me da la enfermedad, que me dice siempre donde esta el objeto de mi adicción.

Mi poder superior siempre esta ahí. Soy yo el que a veces no quiere ponerse en contacto con el, soy yo quien no le dedico tiempo, a el. Me ayuda a parar la obsesión. Pienso en él, que haría el en mi situación, y si estoy en sintonía, me viene la respuesta.

También poner decisiones importantes en sus manos me funciona, aunque no sean de comida, y aceptar el resultado tal como venga, por que es la voluntad de dios y yo no puedo hacer nada, solo aceptarla, adaptarme y vivir con ella. Así las cosas que no puedo hacer en mi vida no me pesan, se que dios me quiere, me protege y yo le quiero también, por que somos uno. Cuando se abre el canal entre los dos, y siento su paz, somos uno, y entonces estoy abstinente, y no quiero dañarme con la comida, por que no siento dolor en mi alma, que es lo que en el fondo lo que me lleva a comer.

"Muchos de nosotros nos negábamos a aceptar que teníamos esta enfermedad.

En CCA se nos dio el valor para echarle una buena mirada a nuestra manera compulsiva de comer, a nuestra obesidad y a todas las cosas autodestructivas a las que hemos recurrido para evitarla: las dietas, el ayuno, el ejercicio en exceso o los laxantes. Una vez que somos lo suficientemente HONESTOS para examinar nuestra historia, ya no podemos negarlo por mas tiempo: nuestra manera de comer y nuestras actitudes hacia la comida no son normales, tenemos esta enfermedad."

Admitir que soy enfermo es el primer peldaño para mi para empezar a subir la escalera de mi recuperación. A día de hoy he aceptado esto en mi vida. A veces He recaído por que me auto compadecí de mi mismo por no comer poder igual que las personas normales, y eso me llevo a comer. No soy una persona normal, tengo una enfermedad grave, degenerativa, crónica e incurable, que se manifiesta en mi a nivel físico, emocional, y espiritual. No puedo comer lo mismo que una persona normal y sana, no puedo hacer muchas cosas que hacen las personas normales. Y he de aceptarlo y vivir con ello.

En el pasado he hecho de todo para autodestruirme con la comida, para tapar el dolor de mi vida con la comida, con lo que no solucionaban mis problemas, y añadía uno más a todo el conjunto, la obesidad. He comido en exceso, he vomitado, he dejado de comer, he hecho excesivo ejercicio, he tenido pataletas por querer comer más y no me dejaban. Mis hábitos de comida están alterados a extremos, y solo por hoy busco el punto medio en mi manera de comer, y en mi manera de terminar el día, por que los extremos son malos. Como con cualquier droga, la comida, produce extremos en mi persona como adicto, de colocon y depresión.

"La segunda parte del Primer Paso, " admitimos que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables", también ha sido muy difícil para muchos de nosotros aceptarla. Pensamos que hemos manejado muy bien nuestra vida a pesar de los problemas con la comida y el peso. Somos personas responsables en el trabajo y manejamos nuestros hogares con éxito razonable. Tenemos buenos amigos, y muchos de nosotros hemos hecho matrimonios bastante buenos. Que nada de esto nos hiciera felices, se debía seguramente al hecho de que éramos o nos sentíamos gordos.

Mi vida se volvió ingobernable cuando empecé a controlar la comida de tal manera que se modificara mi físico. Cuando empecé a rehuir a la gente y a los eventos sociales a raíz de su manera de comer, o de si iba a haber comida. Entonces mi vida empezó a ser más solitaria, y empecé a vivir con miedo de la comida, esquivándola. Temiendo el dolor que me causa comer de manera autodestructiva para mía.

También mi vida es ingobernable por que hay muchos aspectos de ella sobre los que yo no puedo decidir por que si lo hago me arriesgo a la recaída. Uno es arriesgarme a volver a los lugares y personas de mi vida anterior, por que su trato o revivir todo me pueden llevar a recaer. No puedo vivir deprisa, trasnochar demasiado, saltarme comidas, por que eso puede alterar mis ciclos de hambre y comida y exponerme a un atracón.

Y no puedo decidir sobre asuntos importantes por que si no tomo la decisión adecuada luego la culpabilidad puede provocarme un dolor que no necesito acumular ya que el dolor emocional y espiritual me lleva a recaer. Gracias a dios he aprendido a dejarle esa clase de decisiones a el, a mi poder superior.

Además necesito cierto tiempo para las reuniones, que me recargan las ganas de continuar trabajando por mi recuperación, así que ese tiempo es para oa, igual que el tiempo que dedico a escribir, a leer y a llamar. No dispongo de todo mi tiempo para hacer con el lo que quiera. Pero ese tiempo que sacrificio me hace que ser libre el resto del tiempo. Prefiero vivir libre una parte de mi tiempo, trabajando oa el resto del tiempo, que vivir preso de la comida y los atracones el 100% de mi tiempo. Eso es la muerte en vida, la negación total de mi yo por la enfermedad.

Si solo consiguiéramos alcanzar el peso ideal, la vida seria perfecta.

Adelgazar no es la panacea. He cambiado en el proceso. Mi vida ha cambiado, pago el precio que cuesta. Nunca volveré a ser el mismo, ni podré hacer las mismas cosas. He elegido vivir libre de la comida solo por hoy. Antes elegía vivir comiendo lo que quería, pero haciendo lo que quisiese, incluido hacerme daño. Yo estaba ciego, creía que la comida y mi obesidad para mi no eran un problema, hasta que un revés de la vida puso mis nervios al limite, y vi que si lo era. Y entonces empezó el viaje hasta hoy. No me arrepiento de nada, por que mi vida ha mejorado, creo que ha merecido la pena. Solo que ya no puedo hacer las mismas cosas que hacia antes con comida de por medio, por que volvería a mi anterior estado, de obesidad y depresión.

Definitivamente, seria exagerado decir que éramos incapaces de manejar nuestras vidas. Probablemente necesitábamos algo de ayuda para controlar nuestra comida compulsiva, pero en los demás aspectos de nuestra vida, lo estábamos haciendo muy bien.

Yo admito que mi vida era un desastre que no tenia ni pies ni cabeza, solo tenia un futuro de depresión, soledad, obesidad y problemas de salud. Afortunadamente mi vida ya no es asi. Por que adelgacé.

Aunque adelgazar no es la panacea. He cambiado en el proceso. Mi vida ha cambiado, pago el precio que cuesta. Nunca volveré a ser el mismo, ni podré hacer las mismas cosas. He elegido vivir libre de la comida solo por hoy. Antes elegía vivir comiendo lo que quería, pero haciendo lo que quisiese, incluido hacerme daño. Yo estaba ciego, creía que la comida y mi obesidad para mi no eran un problema, hasta que un revés de la vida puso mis nervios al limite, y vi que si lo era. Y entonces empezó el viaje hasta hoy. No me arrepiento de nada, por que mi vida ha mejorado, creo que ha merecido la pena. Solo que ya no puedo hacer las mismas cosas que hacia antes con comida de por medio, por que volvería a mi anterior estado, de obesidad y depresión.

De nuevo una HONESTA mirada a nuestro alrededor nos ayudo a aceptar el Primer Paso.

¿Realmente hacíamos un trabajo excelente o solamente para salir del paso? ¿Nuestra casa era un lugar agradable para vivir o habitábamos en medio de una atmósfera de depresión e ira? ¿Nuestra infelicidad crónica, a causa de nuestros problemas con la comida, no habían afectado nuestras amistades y nuestro matrimonio? ¿Estábamos en verdadero contacto con nuestros sentimientos, o enterrábamos nuestro miedo y nuestra angustia bajo una falsa alegría?

La comida afectaba a mi vida. Toda mi vida estaba (y esta) mutilada por mi adicción a la comida. El enemigo, el objeto de mi adicción esta en todas partes, y yo soy tan débil que no puedo enfrentarme a el continuamente, por que la comida se que siempre gana.

Si me paro a pensar todo lo que la comida me ha robado de hacer, todo el tiempo que me ha robado, me da puro vértigo, por que son años de vivir perdido en la compulsión por la comida y la depresión. Pero ahora se que no debo centrarme en lo que he perdido, si no en lo que tengo. Ahora tengo a Oa. Tengo esperanza, fe, compromiso y recuperación. Dios me ha dado una segunda oportunidad para volver a vivir de otra manera. Si me obstino en volver a mi vida anterior, lo que me espera es la comida y la recaída. Por eso mi vida es ingobernable. No puedo vivir como antes, vivir como antes es vivir en activo en la compulsión por la comida.

He elegido vivir de una manera mas plena, feliz y digna. He pasado de vivir como las primeras partes de las preguntas, a vivir como dice las segundas partes de estas preguntas. Es un nuevo modo de vida. Pero cuesta mantenerse en este modo de vida por que todo lo que me rodea me fuerza a vivir de mi anterior manera, haciéndome daño. Solo la fe, la introspección y la búsqueda espiritual y la meditación me ayudan a mantenerme viviendo de esta manera.

Algunas veces reconocimos que teníamos problemas, pero sentíamos que la vida seria más fácil si solo pudiéramos controlar nuestra forma compulsiva de comer. Sin embargo, cada vez que nos detuvimos, descubrimos que vivir sin exceso de comida era insoportable. Aun alcanzando el peso deseado no lográbamos curar nuestra infelicidad. Muchos de nosotros creíamos que nuestras vidas serian mejores si aquellos que nos rodeaban hicieran lo que queríamos. Pensábamos que todo mejoraría si nuestro jefe reconociera nuestro valor; o si nuestros esposos nos dieran la atención que necesitábamos; si nuestros hijos se comportaran bien, o si nuestros padres nos dejaran en paz. Nuestras vidas también se convertían en incontrolables cuando la computadora se echaba a perder, o cuando nuestra cuenta de cheques no balanceaba. Sufríamos a causa de la vida incontrolada de otras personas o a causa de nuestra mala suerte. ¿Que otra alternativa nos quedaba? Comíamos para aplacar el miedo, las ansiedades, la ira, las decepciones. Comíamos para escapar a la presión de nuestros problemas o al aburrimiento de la vida diaria. Posponíamos todo, nos escondíamos y comíamos.

Vivir sin comida es duro. La vida duele. Yo he usado la comida para no sentir dolor por vivir. La comida era lo único que había en mi vida. Mi sobre peso excesivo fruto de mi manera insana de comer me mantenía con la autoestima baja y en una depresión continua. La vida sin comida duele igual, incluso mas por que ya no se tiene el apoyo de la comida para tapar el dolor, y hay que vivir día a día encarando la vida de frente y afrontando los problemas en vez de drogándose con comida para no sentir nada. Yo no sabia vivir, solo sabía no sufrir anestesiándome no comiendo. El programa me ofrece una nueva manera de vivir para minimizar el dolor de mi vida al mínimo.

El peso no da la felicidad, igual que el dinero tampoco. Adelgazar no es la panacea, pero si es bueno. Yo pensé que mi vida se solucionaría cuando adelgazara, pero no es así. Sigo teniendo problemas, pero ya no me destruyo con comida. He decidido vivir en vez de morir en vida, he aceptado que no puedo controlarlo todo y que me tengo que adaptar a la vida como venga, a las cosas buenas y a las cosas malas.

Aun hoy cuando la vida me duele tanto que me sobrepasa aun ese viejo mecanismo de huir a la comida sigue en mí. Y tengo que tener mucho cuidado para ver cuando se activa o no. Tengo que vivir en paz conmigo mismo y con los que me rodean. Por que cualquier variación de la llama de mi vida me altera y no quiero volver a comer para no sufrir. Al menos no hoy.

Elijo vivir de una manera que no me haga daño a mi mismo, para no necesitar anestesia ni colocon de comida. Solo que cambiar mi vida entera es un proceso lento y complicado, pero fructifero. El volver a ver a personas o lugares de mi vida anterior me expone al peligro de recaer. He de ser muy cuidadoso. Mi vida anterior me sobrepasa y me puede. Me llevo a los atracones. Solo puedo volver a mi vida anterior con cuentagotas y cogiendola con pinzas. El truco esta en ver como otras personas lo hacen.

"Antes de que llegáramos a CCA y comenzáramos a discutir nuestras experiencias con otros comedores compulsivos, no nos dábamos cuenta cuanto daño nos habíamos hecho y le habíamos hecho a los demás, al intentar controlar cada detalle de la vida. No fue sino hasta que comenzamos a recuperarnos que nos dimos cuenta del infantil egoísmo que regia nuestras obstinadas acciones.

Al tratar de controlar a otros a través de la manipulación o la fuerza directa, habíamos lastimado a aquellos a quienes amábamos.

Aun quiero conservar ciertas partes de mi vida anterior. Las partes buenas, aquellas que no me causaban dolor, mis aficiones. Pero me cuesta por que es difícil conjugarlo con la paz espiritual. Esas aficiones son compartidas por personas que están en la locura de la vida diaria, que viven inmersas en la comida, que viven haciéndose daño los unos a los otros. Yo no puedo entrar al trapo en los juegos emocionales de otras personas. Ver un grupo de amigos y saber quien se ha liado con quien, quien esta enfadado con quien. A mi eso me desestabiliza, me resulta molesto, es como una espina clavada. Quiero rehacerme de nuevo, rendirme y empezar de cero, la cuestión es si tengo que sacrificarme en el proceso, si estoy dispuesto a pagar el precio que sea necesario por mi recuperación. Ahora ya se que no puedo hacer lo que quiera, solo puedo hacer mi parte y que el resto del mundo y dios me devuelvan los resultados, que están mas allá de mi control. Elimina mi egocentrismo, que tengo como enfermo, como obeso adelgazado que quiere sacarle a la vida hasta el ultimo instante de vida que no tuve. Pero vivir demasiado me daña. No puedo controlar mi vida, esta se ha vuelto ingobernable. Yo solo puedo hacer mi parte, y con los demás igual. No puedo controlarles, yo solo puedo hacer mi parte.

Además se que no puedo mezclarme demasiado con ciertos tipos de gente. Personas que viven comiendo alimentos compulsivos para mi y que ver sus simples hábitos a mi me duele cuando estoy sensible. O personas que viven haciéndose daño emocional a si mismos y a las personas que les rodean, a mi incluido. He desarrollado una cierta aversión a las personas negativas. Y no puedo controlar quien me rodea. Yo me adapto. Cuando una persona negativa me trata mal y su maltrato me produce ganas de comer, rezo por ella, la trato bien, y ese trato positivo suele hacer que la negatividad de esa persona cambie hacia positivo al menos en su relación hacia mi. Ahora se que discutir, encabezonarme en llevar la razón y otras actitudes negativas son la puerta hacia la recaída, por que producen malos sentimientos que se van acumulando.

Cuando tratamos de controlarnos a nosotros mismos terminábamos completamente desmoralizados. Aun cuando lo conseguíamos, no era suficiente para hacernos felices. Nos escondíamos de nuestro dolor comiendo, y nunca pudimos aprender de nuestros errores; nunca crecimos."

Mi anterior manera de vivir, exigiéndole a la vida, con el sueño infantil de que yo algún día seria rico, creyendo que yo podía lograr lo que quisiera, era errónea. A donde me llevo a depresiones y atracones. No avanzaba, me caía en un pozo cada vez más fondo. Ahora solo quiero crecer como personas, conocerme más, y estar en paz conmigo mismo. Ahora quiero vivir solo por hoy según el modo de vida de los doce pasos.

“Algunos de nosotros nos resistíamos a aceptar el Primer Paso porque nos parecía que era pensar negativamente. Si nos decíamos a nosotros mismos que éramos impotentes ante la comida, entonces, razonábamos !Que nos programaríamos para dirigirnos directamente hacia el comer compulsivo!!

No. Cuando admito que soy impotente ante la comida, admito que no puedo controlarla, que tengo un problema con la comida, que es una enfermedad, y que necesito ayuda. Que mi manera de comer es reflejo de mi estado interior, y que si yo estoy mal, estaré mal con la comida, y que por lo tanto necesito tener mi mente, emociones y espíritu en paz, para no estar mal con la comida.

Cuando admito que tengo un problema se lo digo a otros para que no me ofrezcan comida, y así trabajar para evitar tentaciones innecesarias y peligrosas.

Más tarde descubrimos que lejos de ser un factor negativo, la admisión de nuestra impotencia ante la comida, abría la puerta hacia un increíble y recién encontrado poder.

Me descubre que soy débil ante la comida, y que solo no puedo. Que necesito toda la ayuda que puedo, de mi mismo, de mis compañeros de oa, de dios, para enfrentarme a la comida y a sus efectos en mí. Toda ayuda es poca, ya que yo solo no puedo, por que soy impotente ante la comida.

Por primera vez en nuestras vidas reconocimos, descubrimos, y aceptamos la verdad acerca de nosotros mismos. Somos comedores compulsivos. Tenemos una enfermedad incurable.

Tengo una enfermedad degenerativa, crónica e incurable. Necesitare tratamiento constante y diario mientras viva. Mientras tenga que seguir comiendo. Soy adicto a la comida. La compulsión esta en mi y nada la va a sacar. Solo puedo detenerla, vivir con ella, y no dejar que me sobrepase. También he de ser consecuente con esto y saber que muchas cosas que hacen las personas normales yo no puedo hacerlas. Yo no puedo comer como cualquier persona, yo no puedo ver mucha comida junta, no puedo maltratar mis emociones como lo hace cualquiera en la vida, por que el dolor a mi me lleva a destruirme con la comida.

Y es crónica por que tengo que comer tres veces al día, y mientras coma siempre existirá el peligro. Es doloroso tener que practicar una forma controlada de mi adicción para vivir.

Los diabéticos que necesitan usar insulina a riesgo de quedarse ciegos o morir, a menos que admitan la verdad sobre su condición diabética, lo aceptan, y toman la medicación prescrita. Sucede lo mismo con nosotros los comedores compulsivos. Mientras nos neguemos a reconocer que tenemos esta debilitante, terminal y fatal enfermedad, no nos sentiremos motivados a UTILIZAR EL TRATAMIENTO DIARIO QUE NOS DARA LA RECUPERACION. La negación de la verdad nos conduce hacia la destrucción. Solo el admitir honestamente ante nosotros mismos la realidad de nuestra condición, nos puede salvar de la comida destructiva."

Necesitare oa mientras viva. Sigo viniendo. Sigo con ganas e ilusión de vivir en recuperación. No hay curación final, y luego te vas. Hay vivir en recuperación. Y para eso he de trabajármelo a diario. Agradecimientos diarios, escribir a diario. Y usar las ocho herramientas por que las necesito todas, por que la enfermedad no me va a dar tregua ni cuartel y necesito toda las defensas y apoyos que pueda contra ella. Tengo fe y esperanza, puedo vivir hoy con esto, y no tirar más días a la basura.

Trato de vivir cada día de la manera mas plena posible. Trato de ser feliz hoy. No le pongo condicionales a mi felicidad. Yo voy a ser feliz hoy, no cuando adelgaze, cuando me case, cuando me pase x cosa. Yo voy a ser feliz solo por hoy, por que la felicidad viene de mi interior, no del exterior. Viene de la apreciación de las pequeñas cosas, de disfrutar de lo que hay a mi alrededor inapreciable para otros que viven inmersos en su egocentrismo y en sus vidas. Trabajo por construir con ayuda de dios mi felicidad que no me la va a dar nadie.

"Solo el admitir honestamente ante nosotros mismos la realidad de nuestra condición, nos puede salvar de la comida destructiva.

No puedo olvidar que la comida me destruye, si lo olvido estoy perdido. No puedo caer en comer lo mismo que los comedores normales, por que esa clase de comida para mi es veneno. Es el objeto de mi adicción. Yo soy adicto a la comida. He de ser consecuente con lo que me pasa. Lo admito, y vivo con ello. Y no es ningún drama. Lo que me pasa a mi, le pasa a muchas otras personas que viven en recuperación. Yo también puedo vivir así, solo he de quererlo. Estar en guardia y alerta, aprender del ejemplo de otros que lo han logrado.

Este mismo principio se aplica a nuestras vidas incontrolables. Mientras nos mantengamos creyendo saber que es mejor para nosotros, permaneceremos aferrados a nuestras actitudes habituales de pensamiento y acción. A pesar de que estas formas de pensar y de actuar fueron las que nos condujeron a la situación dañina e infeliz en la que nos encontrábamos cuando llegamos a CCA. En el Primer Paso reconocemos la verdad acerca de nosotros mismos.

He sido realmente consciente de esto. Mi anterior forma de vida no me vale. Cuando tuve un poco de recuperación me confíe y volví a vivir como antes, y eso me hizo daño. Quiero afianzar mi abstinencia y para ello voy a cambiar mi manera de vivir, con la ayuda de dios tal como yo lo defino, mi fe en el y mi despertar espiritual. Por que yo lleve mi vida al callejón sin salida de la depresión y los atracones.

Nuestros sistemas para manejarnos no han tenido éxito, y necesitamos descubrir un nuevo enfoque de la vida. Habiendo reconocido esta verdad seremos libres para cambiar y aprender.

Mi anterior manera de vivir no me vale. Me llevo a la autodestrucción en una espiral de comida y depresión. Voy a construir una nueva manera de vivir. Voy a dejar de mitigar el dolor de la vida con el sedante de la comida. Elijo conscientemente vivir una vida con la ayuda de dios que no me produzca dolor. Para ello voy a dejar toda clase de actitudes, comportamientos, hábitos y personas que me produzcan dolor. Por que el dolor a mi me lleva a comer. Elijo vivir sin comida, elijo vivir una vida mejor, en la que la fe y la esperanza de vivir en recuperación sea el norte de mi existencia hoy.

Una vez que nos hemos convertido en PERSONAS RECEPTIVAS, podemos abandonar viejos patrones de pensamiento y de conducta que nos fallaron en el pasado, comenzando con nuestra comida y nuestro peso.

El patrón consumista de “ten mas dinero, ten el mejor trabajo, ten el mejor coche, y ten a la chica mas guapa, y pisa al de al lado para lograrlo” mezclado con los patrones enfermos de conducta que aprendí de una familia rota y disfuncional, a mi no me han servido, por que me han llevado en conjunto con otros factores a la enfermedad de la compulsión por la comida. Necesito una nueva manera de vivir que no me haga daño, en la que no termine destruyéndome a mi mismo.

Es curioso el término persona receptiva. Siento que soy sensible a las emociones de otras personas. Sobre todo si son negativas. Soy muy sensible, casi empático. Por en mi recuperación, he de trabajar para construir relaciones personales positivas, por que no puedo vivir rodeado de locura, negatividad, agresividad y enfado.

Una HONESTA apreciación de nuestra experiencia nos ha convencido de que no podemos manejar la vida únicamente con nuestra obstinada voluntad. Al principio ADMITIMOS esta verdad INTELECTUALMENTE para finalmente llegar a ACEPTARLA EN NUESTROS CORAZONES. Cuando esto sucede hemos aceptado finalmente el Primer Paso y ya estamos listos para avanzar en nuestro programa de recuperación."

Hoy se en lo mas profundo de mi que no puedo vivir como viven las personas normales dependiendo solo de si mismos. No solo es que necesite una nueva manera de comer, necesito una nueva manera de vivir. Mi libre albedrío esta infectado por la enfermedad y siempre tiendo a caer en conductas destructivas hacia mi, con la comida y en otras decisiones. Siempre quiero comer más. Siempre quiero hacer lo que me daña mas. El placer a corto plazo y dolor a lo largo. El camino rápido, el atajo. Es mas fácil anestesiarme, drogarme con comida que afrontar el problema que sea, o mi vida entera.

Soy impotente ante la comida, soy impotente ante mi vida, y no puedo controlarla. Dios, la fe, mi espiritualidad, son la guía que he de aceptar en cada segundo de mi vida, en ese preciso instante como norte para vivir. Por que admito que yo no sabia vivir y me estaba destruyendo a mi mismo y de seguir viviendo como lo hacia podría haber acabado muerto o algo peor, perdido en la locura y la desesperación.

Hoy admito que este programa de recuperación de 12 pasos es lo que necesito y deseo en mi vida. Que estoy enfermo, que solo no puedo, que dios si puede, por que el es grande y yo creo en el. Que mi dios esta siempre hay para mi y que a veces soy yo el que no le escucho.

Ahora me digo, Dios mi ayúdame por que yo no se que es lo bueno para mi, no se que hacer. Tú si lo sabes, tú tienes la respuesta. Si es tu voluntad muéstrame el camino. Y funciona. Dios me responde de maneras sorprendentes con cosas que me pasan, pequeños milagros, que son buenos para mí.

Primer Paso: "Admitimos que éramos impotentes ante la comida, y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables"

1.- ¿De que manera mis batallas con el comer compulsivo o con el peso me han preparado para hacer el primer paso?

La comida me ha golpeado duro. Cada vez que me he confiado ella ha ganado. Me ha hecho tragarme mi orgullo e hincarme de rodillas. He visto que la enfermedad es progresiva en mi, por que aunque en el ultimo atracón que me di, fue menos cantidad de comida que otras veces, mi estado emocional fue mucho peor. Por que a la siguiente recaida me he visto haciendo cosas que nunca habia hecho como preparar atracones comprando solo alimentos compulsivos en supermercados.

Si yo no estoy abstinente no puedo vivir por que la cabeza se me va. Si trato de controlar mi vida o a otras personas, al no poder, mi frustración será tal que no podré soportar el dolor y querré comer. Quiero hacer planes como una persona normal y no puedo, hay cosas que no puedo hacer. Si me junto con personas normales me influyen en sus comportamientos, y mi recuperacion se tambalean. Y es peor aun cuando vuelvo a ver a mi familia, por que alli siguen todos patrones de conducta enfermos y yo no puedo hacer anda.

No puedo vivir como antes. Por que eso me llevo a estar muy mal, con depresión y atracones. Yo necesito mucha paz y tranquilidad, necesito el programa, me trago mi orgullo, agacho la cabeza antes dios y mis compañeros de oa, y admito que necesito ayuda, que solo no puedo.

2.- ¿Que significa para mí ser impotente ante la comida?

La comida y la báscula tienen poder sobre mi. Ciertos tipos de comida provocan en mi que no pueda parar de comerlos, o que a corto o medio plazo caiga en el atracón. Que me engañe para comerlos. Que me obsesione en extremo con ese alimento y el comerlo. Con lo que ese alimento tiene poder sobre mi.

La báscula es mucho más peligrosa por que tiene efecto inmediato y aplastador. Mi obsesión por el peso ha llegado a ser tal que si peso de menos me asusto por miedo a la anorexia, quiero comer más y eso me lleva a sentirme muy lleno y a atracarme. Y si peso de mas me lleva a restringirme, lo que me hace pasar hambre, lo que tras mucha hambre, no puedo aguantar y acabo atracándome.

Ahora se que tengo que prepararme con antelación para pesarme hablando de ello con quien me apadrine, y que tengo que pesarme en ciertas circunstancias, que tiene que ser una vez al mes y en farmacia. La báscula es para mí otro alimento compulsivo más.

Ademas al ser impotente ante la comida, se que esta siempre gana. Si empiezo con el “me lo como, no me lo como” estoy dialogando con la comida y esa conversación mi cabeza siempre la va a ganar la comida. No puedo tener la menor duda o caere. Solo le pido a dios las fuerzas necesarias para ello, para detener el exceso de tiempo en mi cerebro para la comida.

¿Creo que la respuesta a mi comer compulsivo consiste en controlar la comida?

La formula para dejar de comer compulsivamente para mí es la siguiente:

Plan de comidas + control de mis emociones + despertar espiritual= abstinencia (dejar de comer compulsivamente)

Plan de comidas:

Soy comedor compulsivo y como tal estoy alterado a extremos. Solo se comer o dándome atracones o restringiéndome la comida, de una manera muy sana vegetariana. Me cuesta comer hidratos de carbono. Por fin he logrado comer tres veces al día, llevarme un taper al trabajo, hacer un plan de comidas la noche antes, y si como más o de lo que pone ahí apuntarlo y ser honrado conmigo mismo. Creo que apunto de menos siempre por que mi tendencia es a restringirme. Pero ya he logrado comer tres veces al día, y que una de estas comidas no sea solo fruta, sino algo consistente de verdad.

El hacer un plan de comidas para mi ha sido una manera de rendirme ante la comida y la enfermedad, el verme tan mal me ha hecho ver que necesitaba hacerlo que no estaba trabajando el programa correctamente y que necesito esto como el que más.

Control de mis emociones:

No puedo controlar mi vida por que soy incapaz de dominar a otras personas. Me van a pasar cosas buenas y malas y tengo que admitirlo. Las personas harán cada uno lo que quieran, y yo no podré hacer que nadie haga lo que yo quiera. No puedo hacer que mi madre cambie su manera de hacer la compra o su manera de comer, no puedo obligar a que una chica que me gusta se enamore de mi, no puedo hacer que alguien se de cuenta de que tiene un problema. Estas son cosas internas suyas, y yo no tengo que meterme, ni puedo controlar la vida de nadie ni sus acciones en mi beneficio. Tengo que aceptar las cosas y las acciones de las personas como son. Así no me sentiré frustrado ni dolido por que las cosas no son como yo quiero, que son mucho mas dolorosas. Ya no espero nada de la vida ni de nadie, todo lo que viene me viene como un regalo. Lo bueno y lo malo. Por que las cosas malas, las soluciono, las afronto, no me las guardo, y las convierto en una oportunidad para crecer como personas ante una adversidad.

Como se que el mecanismo de mi adicción funciona haciéndome a huir a la comida cada vez que me duele la vida sobre manera y que mis emociones me sobrepasan, trabajo a la preventiva para no tener emociones fuertes. Ni malas ni buenas. Necesito mucha paz y tranquilidad. Necesito construir a mi alrededor un ambiente emocional sano, sin relaciones destructivas.

Se que la vida me va a dar embites y yo no lo puedo evitar ni controlar. Pero puedo tratar de minimizarlos, tratar de que no haya malos sentimientos en mi vida. Invertir el flujo de negatividad del mundo hacia mi, y convertirlo en un flujo de positividad de mi hacia el mundo, empezando por como hablo, como trato a otras personas, como trabajo. He elegido vivir positivamente.

Sin controlar mi vida ni las cosas que me pasan, ni a otras personas, yo solo puedo controlarme a mi mismo, con la ayuda de dios, la oración y la meditación, las herramientas, oa y los compañeros, para conseguir ese estado mental de serenidad, paz y alegría que es la abstinencia.

¿Que sucedería si dejo de controlar y acepto mi impotencia respecto a la comida? ¿Que haría diferente?

Que me llegaría el don de la abstinencia, y mi vida cambia a ser mucho más feliz, consciente de mi mismo, mis limitaciones, y mi enfermedad. En esos momentos la paz inunda mi alma y soy mucho más feliz, por que estoy mas tranquilo y estoy mas sereno. Puedo disfrutar de los pequeños momentos, de la luz del sol, de las plantas, de la vida en general. Asi llega el despertar espiritual

3.- El primer paso dice: Admitimos que éramos impotentes ante la comida" ¿Existe alguna diferencia entre admitir algo y aceptarlo? ¿Cual es la diferencia para mi?

Para mi admitir es permitir y sufrir. Admito mi enfermedad pero no lucho contra ella, se que algo me paso pero no hago nada por salir de la depresión y los atracones. Estar a merced la comida. Le dejo a ella que haga lo que quiera conmigo. La comida es mi dios.

Al aceptar que soy comedor compulsivo asumo resignadamente mi enfermedad, se que va a estar siempre ahí, pero que puedo vivir con ella. Soy consciente de la situación de mis tres niveles, físico, emocional, y espiritual. Y intento buscar ayuda en otros como yo, en dios, en mi yo interior, para salir de una situación que me esta destruyendo.

4.- ¿De que manera me afecta el comer compulsivo? ¿Es solo el impacto en el peso, el tamaño y la apariencia? ¿Que otras áreas de mi vida son afectadas por la enfermedad del comer compulsivo?

Comer compulsivamente me afecta de manera que todo a mí alrededor se derrumba. No se lo que hago, no veo lo que estoy haciendo, no tengo el mas mínimo control de mi mismo y todo es comer, dolor y malas emociones concentradas en ese atracón.

Antes comer compulsivamente me destruía por mi baja autoestima, por que odiaba mi cuerpo y por que, bueno, logre estar mucho mejor con mi físico, y el atracarme era como destruir todo lo que había logrado. Basaba mi bienestar en gustarme, y cuando comía me daba miedo subir peso y pensaba que me estaba suicidando.

Ahora cuando como de manera destructiva me pierdo todo mi yo. Dejo de existir y solo existe la comida y el dolor. No puedo pensar. Me siento pequeño y con miedo, impotente ante mi autodestrucción. Soy incapaz de disfrutar de las cosas que me ofrece la vida que merecen la pena de verdad.

Mi vida esta partida en dos por mi adicción a la comida y mi carácter compulsivo. No puedo hacer muchas cosas que antes si podía por que no me importaba el daño que me hacían. No puedo ver mucha comida. El olfato lo tengo supersensible y me ataca en las tentaciones.

Los dos ejes que hasta hoy han conducido mi vida han sido la comida y las mujeres, entrelazadas con lujuria, falta de autoestima, autocompasión y soledad o perspectiva de soledad.

5.- ¿Como seria para mi la recuperación del comer compulsivo? ¿En que seria distinta la vida?

No hay recuperación ni curación definitiva. Algo en mi cabeza esta roto y va a seguir así. Es superior a mí y por lo tanto necesito mucha ayuda, una fuente de ayuda superior a mí también. La enfermedad de la compulsión por la comida es degenerativa crónica e incurable. Pero puedo detenerla, contenerla, vivir con ella, teniendo ciertas precauciones. Y sabiendo que necesitare ir a las reuniones siempre. Por que soy adicto a la comida, el comer es mi droga. Y necesito drogarme tres veces al día para poder vivir, y mientras tenga que comer, estará el peligro de que vuelva la enfermedad. Y la bestia encerrada durante un tiempo vuelve con mucha mas fuerza. La enfermedad es degenerativa, estaré o mejor o peor. No quiero pensar en el futuro, quiero pensar en el hoy, por que mañana no se como voy a estar. Tengo fe en que estaré bien y que dios cuidara de mi.

Para mi vivir sin compulsión, es vivir abstinente y en recuperación. No tener miedo de la comida, ni de mis emociones, y ser libre y vivir de manera que no hay dolor, ni sufrimiento, ni conflicto en mi vida.

Mi recuperación es como el bip de una maquina que mide el pulso de un corazón, un pulsímetro. Cada bip mide cuan bajo caigo o cuan alto llego en mi recuperación. A cada periodo de bajada ha seguido uno de subida y mantenimiento con un largo periodo de abstinencia.

Yo no tengo una recuperación como esas personas que llegan a OA y están abstinentes desde el primer día. YO tengo una progresión paulatina. Al principio no aguantaba abstinente días, luego semanas, luego un mes, y ahora meses. Parece que hay un patrón en mis recaídas. 6 meses de abstinencia, finalizando el 4 paso, y viaje a mi tierra rememorando todo el dolor que allí viví. Ahora solo pienso en romper esa ecuación, pero me da miedo el ponerle tiempos a mi recuperación. No puedo vivir de 6 en 6 meses, yo necesito consolidar mi abstinencia y mi recuperación, pero ya se como lo voy a hacer siguiendo el ejemplo de otras personas en OA. Minimizando o sacrificando si hace falta las visitas a lugares o personas que me causen compulsión por que pertenecen o me reviven mi anterior vida, lo que me pone en peligro de recaer.

6.- ¿El Dr. Silkworth dice en el libro Grande de AA. que un alcohólico experimenta "el fenómeno del deseo vehemente" cuando se le dispara la alergia del cuerpo al tomar el primer trago. ¿Puedo aceptar la idea de la manifestación física de la enfermedad? Si es así, creo que tengo "comidas alcohólicas" ¿Cuales son esas comidas alcohólicas?

Hay comidas que me provocan tirón. Esa sensación en la boca del estomago de querer comerlas ya. Comidas que solo verlas o imaginármelas, las quisiera comer ya hasta hartarme sin parar. No tengo concepto de hambre o no hambre. Comer estas cosas es cuestión de pura y llana adicción, del placer que causan en mi justo después de ingerirlas. Y a veces me engaño, pienso que ¿seré yo de los que puedo controlar x alimento? ¿me estoy haciendo daño al no comer tal alimento? ¿lo necesitara mi cuerpo? He de comer un poquito mas por que hoy he comido poco… Esta es la enfermedad del mentirme a mi mismo.

Además se que ciertas comidas, o tipos de alimentos, están modificados para que sean adictivos, por que el negocio de las grandes compañías alimentarías es que se coma y mucho. Por que es comida barata, rápida y fácil. El azúcar corre por las venas e induce a un estado de saciedad, bienestar y placer que es adictivo. Sobre todo cuando el resto de tu vida es dolor concentrado.

Sobre las comidas alcohólicas, tengo un listado de alimentos compulsivos. Pero he de decir que también tengo personas cuyo trato hacia mi me provoca compulsión, y lugares compulsivos. Y hábitos y formatos. Maneras de comer, y formatos en los que vienen presentadas los alimentos.

Ahora, los alimentos compulsivos evolucionan. Cambian. Algunos dejan de serlo. Otros pasan a serlo. No es una lista estática. Evoluciona como evoluciona mi enfermedad, y he de estar muy alerta. Sobre todo no me puedo permitir el experimentar con alimentos dudosos, o alimentos nuevos. He de consultarlo antes con quien me apadrine, con otros compañeros de oa.

7.- Muchos de nosotros creemos que no tenemos comidas alcohólicas, mas bien hemos identificado conductas o acciones alcohólicas cuando de comer se trata. Estas acciones nos llevan hacia o están regularmente conectadas con el atracón. ¿Tengo conductas alcohólicas? ¿Cuales son?

Comer de pie, y rápido.

Comer en estados emocionales alterados.

Revisar armarios

Coger comida que no es mía.

Comer de madrugada o después de haber llegado a casa de madrugada, después de una noche de insomnio.

Saltarme comidas.

Aceptar comida que me ofrezcan que no esta en mi plan de comidas.

Comer en el coche.

8.-El libro Grande dice:"el fenómeno del deseo vehemente se limita a esta clase y nunca ocurre en el bebedor moderado promedio. Estos tipos alérgicos nunca pueden usar el alcohol en forma segura de ningún modo" ¿Anida en mi la creencia de que puedo comer mis comidas alcohólicas personales? ¿He tratado de trabajar el programa mientras continuaba comiendo esas comidas? ¿Estaría yo dispuesto a abstenerme de mis comidas y conductas alcohólicas por un periodo de tiempo? ¿Porque si, o porque no?

Voy a hacer lo que sea por mantener mi abstinencia. Ningún sacrificio es poco para estar abstinente. Oa y el compromiso por estar abstinente es una prioridad en mi vida. Dejare de comer lo que sea, haré lo que sea, me reharé a mi mismo de la nada. Lo que sea para no volver al infierno de la comida. Ya se lo que hay allí, y no quiero volver. Voy a vivir de una nueva forma que no me haga daño.

He estado en recaída mucho tiempo y yendo a reuniones. Pero no lo trabajaba bien, solo iba. No era mi momento. Necesite mucho tiempo, y renunciar a las partes de mi que me causaban dolor que me llevaba a comer. Reconstruirme, recuperarme.

9.- ¿Cual es el efecto que la comida y/o el comer compulsivo me producen?

Me pierdo a mi mismo como persona. La comida me anula totalmente. No puedo pensar cuando estoy comiendo compulsivamente. Solo pienso en comida. Busco continuamente comida. La compro, la devoro, y luego viene la culpabilidad y la depresión. Y tiro comida compulsiva para no consumirla.

¿Existe alguna situación especifica donde la comida este haciendo algo por mi? ¿Cual es esa situación y que es lo que la comida hace por ti que tú no puedes hacer por ti mismo?

No. La comida nunca me ayuda. Solo agrava el problema. Hace que no pueda manejar las situaciones, y los problemas. He usado la comida como anestesia o sedante para no ver los problemas. Pero no los ha solucionado. Ante un problema o situación lo mejor que puedo hacer es solucionarlo, en vez de comer.

10.- ¿Como actuó cuando estoy a dieta? ¿Son esas acciones diferentes cuando estoy trabajando un programa de 12 pasos? ¿Cual es la diferencia?

A dieta me obsesiono con mi peso y con mi aspecto físico. Me peso varias veces al día. Me mato de hambre, me salto comidas, y el hambre es mi amiga.

Esto cambia trabajando el programa de oa. Pienso en estar emocionalmente, en paz y serenidad, por encima del culto al cuerpo.

La diferencia es que estando a dieta estoy solo, en conexión con la enfermedad hablándome directamente. En Oa estoy en contacto con otras personas que me comprenden, que saben lo que he sufrido, y en comunión con mi poder superior.