ESCRIBE AQUI EL TEMA SOBRE EL QUE QUIERES LEER EN MI BLOG:
Búsqueda personalizada

lunes, agosto 27, 2007

Para recuperarnos, necesitamos una fe que trabaje bajo todas condiciones.

Ninguna persona podría creer en dios y desafiar a dios también. Esto es propio de personas que no tienen una clara aceptación de dios. Sienten que dios es un concepto inescrutable que les impone una religión opresora con oscuros designios y que desea interferir en sus vidas.

Sin embargo la fe logra que eso no sea así para mí, y creo que para otras personas como yo que también tienen fe. Para mi aceptar a dios y tener fe, ha significado el no sentirme agredido por la idea de dios, por que oa me daba el poder de poder definir mi propio dios. Entonces dios para mi ya no era una idea impuesta, si no que era como yo quería para mi, como yo lo necesitaba. Dios podía ser como yo quisiera para mi. Ya no me lo imponían. Y así pues ya no podía discutir o estar en beligerancia con ese dios, por que era mi propio dios, creado por mi según mis necesidades. Era lo que yo había escogido para creer en ello. Rebelarme en contra de mi propio concepto de dios era rebelarme en contra de mi mismo. Así pues el conflicto interior de la beligerancia hacia dios desapareció, y se alejaron de mi todas las ideas preconcebidas sobre otras religiones que son las que pueden causar controversia acerca de la fe.

Aunque no estoy en conflicto con mi fe, siento que mi fe falla cuando la compulsión se activa en mí y deseo comer. Es en esos momentos cuando mas necesito que mi fe este ahí, y que dios cuide de mi. Y así lo hace dios, cuida de mi y me quiere. Dios me desea abstinente. Es mi mente la que sin darme cuenta se olvida de dios y deja de tener fe por momentos, que son los resquicios que aprovecha la comida para introducirse en su psique.

Yo rezo, o hablo con dios, a diario. Le pido que me de fuerza y esperanza, y le pido que ayude a los que están solos y perdidos. Le pido lo mejor para aquellos que me han hecho daño.

Necesito que mi fe este activa en mi 24 horas, 7 días a la semana, 365 días al año. Si mi cabeza se llena de fe y de programa, no hay sitio para la compulsión. Cada vez que trabajo el programa, mi fe se renueva. Cada vez que salgo a la vida y hablo con personas normales, con actitudes no de programa de 12 pasos, la compulsión va erosionando mi fe y abriéndose paso hacia mi. Es como si mis acciones pudieran ser controladas por la fe o por la compulsión y ambas lucharan en mi interior por tomar el control. La fe me lleva hacia la abstinencia de comer compulsivamente, y la compulsión me lleva a donde ella me quiere: solo, aislado, deprimido, y dándome atracones.

Yo trabajo continuamente para mantener mi fe y para estar conectado con el programa de 12 pasos. En los momentos bajos el trabajo da sus frutos y dios cuida de mi. Muchas veces cuando he estado compulsivo acariciando la idea de comer, dios ha llevado la ayuda hasta mi. Una compañera me ha llamado por teléfono, o he visto una señal que me ha hecho recapacitar y ya no he deseado comer compulsivamente. Es por esto que necesito estar en contacto con el programa y con la fe activa, para sentirme protegido, seguro y a salvo de los atracones.

Cuando viajo toda la protección que dios ha construido a mi alrededor se debilita, por que me alejo de las reuniones, y pierdo el contacto en parte con las personas con las que estoy en comunión habitualmente. Este hueco dejado por la fe y el trabajo del programa, lo aprovecha la compulsión para introducirse en mi.

Pero siempre hay maneras y maneras. Hace tiempo que aprendí que como comedor compulsivo para mi son muy importantes los comos. Mi enfermedad me ha hecho ser mejor persona en una serie de cosas, pero me limita en otras. Y es en esas otras cosas en las que me siento limitado, como el viajar, donde es muy importante el como las haga. No es lo mismo viajar a solas, arriesgando mi fe y mi abstinencia, que viajar a una convención de oa, o viajar con compañeros de oa, que sabemos que el programa va a estar ahí continuamente.

Creo que el programa no solo me ha enseñado a comer, si no a vivir, a vivir con fe. Eso incluye relacionarme de manera sana con otras personas, a quererme, a tener una mejor calidad, y a creer en algo y sentirme realizado y tener una causa, cuando antes no creía en nada, me sentía solo y vacío, y no tenia nada por lo que me mereciera la pena vivir. Ahora me toca aprender a viajar, y el recaer continuamente cuando viaja, significa que no lo estoy haciendo bien, y que debo o no viajar, o viajar de la mano de oa, a convenciones y con compañeros, de manera que asi mi abstinencia no se sienta amenazada.