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lunes, octubre 29, 2007

El proceso de crecimiento interior que he sufrido durante todo este tiempo asistiendo a comedores compulsivos anónimos

El paso uno me dice que soy impotente ante la comida y que mi vida se ha vuelto ingobernable. El paso dos me dice que solo dios tal como yo lo concibo puede devolverme el sano juicio.

Afronte el paso uno desde la perspectiva de haber tocado fondo con la comida. Había usado la comida como droga durante algún tiempo y había destruido con ella. Muchas personas piensan que la comida es inofensiva. Total, solo son unos kilitos de más.

Yo, como muchos, viví, abandonado a los brazos de la obesidad, en esa dulce inconsciencia de los kilos y la depresión, sabiendo que yo era diferente, que había algo mal en mí, pero no sabiendo que era.

Solo un empujoncito convirtió mi “inofensiva” obesidad en una destructiva compulsión por la comida. Una manera de comer adictiva. Si lo comparo al alcohol, comía cuando salía con mis amigos, comía en eventos sociales, dándole a la comida el poder de agilizar mis relaciones con otras personas. Comer era el centro de mi vida social. Incluso tenía borracheras de comida, atracones, tras los cuales vomitaba “por que había comido demasiado” o por que “algo debía de estar en mal estado”.

Así poco a poco fui descendiendo al infierno de la compulsión por la comida.

La comida pasó de ser alcohol para mí, para pasar a ser igual que la cocaína o la heroína. Empecé a hacer verdaderas locuras con la comida, propias de un adicto que sabe que lo es pero que no puede dejar de serlo. Cosas totalmente denigrantes como comer a escondidas, comer comida congelada en mal estado, tirar comida a la basura, condicionar el sexo a la comida siendo lo mas de lo mas el usar comida en mis relaciones sexuales. Comer en exceso hasta terminar en el hospital. Competir con otros hasta ver quien podía comer más. Comer en el coche a altas velocidades con riesgo de sufrir accidentes de tráfico.

Llego un momento que toque fondo de verdad. Mi vida se apago y solo había comida. Me despertaba comía y volvía a la cama. No hacia ni sentía nada mas. Era un adicto que dejaba pasar los días ejerciendo su adicción y durmiendo, esperando el triste final de una muerte lenta.

El alcohol mata, las drogas matan. La comida me anulo como persona, la comida mata lentamente.

Me volví huraño, huía de las personas, usaba la comida para no sentir nada, ni que nadie pudiera herirme. Cuando comía, yo desaparecía y no sentía nada, ni alegría ni dolor. Estaba perdido en la adicción, y los kilos seguían subiendo y subiendo. Años antes podía haber adelgazado, pero mi cuerpo sabía bien lo que era engordar a pasos agigantados. La perspectiva de la obesidad mórbida, el morir de un infarto, embolia, u operación era una cercana realidad.

A menos que yo quisiera despertar y salir de los brazos de la enfermedad.

Y así lo hice. Con mucha ayuda. Puse un pie de verdad en comedores compulsivos. Al principio solo iba, hablaba mucho, pero no trabajaba nada más.

Esta fase me ayudo a ver que había otra perspectiva en aquellas personas, que había otra manera de vivir. Que no podía seguir así, que había algo más que comer litros de helado tirado en la cama.

Tuve que admitir que mi vida hasta aquel momento, tal como yo la había llevado, no tenia sentido, por que me había llevado a destruirme con la comida. Tuve que darme cuenta que era impotente ante la comida, por que la comida me destruía hasta tal punto de llevarme a encerrarme en mi habitación y tirar la llave, o a ponerme nervioso o irritable por la sola idea de comer. Como un drogadicto que espera su dosis.

Fue así con el primer paso que pude constatar que era impotente ante la comida (por que esta me destruía como persona), y que mi vida se había vuelto ingobernable (mi manera de vivir había acabado encerrado en mi cuarto solo para escaparme a la cocina a devorar todo lo que hubiera)

Cuando comprendí esto, sabiendo que había otra manera de vivir, por que lo había visto en los compañeros y compañeras de oa que lo habían logrado cuando me decidí a hacer tabula rasa con mi vida, a empezar de cero.

Aquello no era una dieta mas, ni era un compromiso conmigo mismo, ni con un medico o dietista. Era una cuestión de pura y llana supervivencia. La comida me estaba matando y tenia que salir adelante fuese como fuese. Y como sabia que yo solo no podía, necesitaba toda la ayuda que pudiera conseguir, de mi familia, de mi grupo, de mis amigos, de mi propio y personal dios (aunque por aquel entonces aun no creía como lo hago hoy).

Cuando admití que no sabía como salir de mi adicción y que mi vida era un callejón sin salida, estuve dispuesto a escuchar la solución que me proponen en comedores compulsivos anónimos. Solo nunca había podido liberarme de la esclavitud a la comida. Con ayuda quizás si pudiera.

Escuche a los que lo estaban logrando y los imite. Hice lo que ellos hacían, poco a poco, de manera natural, sin giros radicales. Vi poco a poco como pequeños cambios en mi conducta un día a la vez, daban resultados. No me sentí agobiado ni presionado, lo hacia por que lo necesitaba, por que sentía que lo tenia que hacer, no por que nadie me obligase o por que me lo impusieran.

Empecé a creer que los grupos de comedores compulsivos podían funcionar en mí según iba viendo cambios a mejor en mi vida, en mi personalidad, en mi conducta, y en mi manera de comer.

Ya lo había probado todo antes, dietas, gurus de la nutrición, pastillas, ayunos y mil locuras más. ¿Qué podía perder? No tenia nada que perder y si mucho que ganar. Tenía muchas ganas de vivir. Me sentía joven y con muchas ganas de vivir una vida, que la comida me había arrebatado. Ya no era solo una cuestión de kilos, era una cuestión de supervivencia y de mejorar mi calidad de vida. Era una cuestión de dejar de rebotar de depresión en depresión preso de mis desbocadas emociones, a buscar una nueva manera de vivir mejor, ya que yo había perdido el sano juicio.

Escuche lo que me proponían en Oa, y poco a poco comencé a vivir así, primero un poco, luego entregue cada vez mas aspectos de mi vida. Vivir mi vida previa eliminando aquellos aspectos de mi vida que me llevaban a comer compulsivamente fue para mí un descubrimiento. Renací de las cenizas de mi mismo, mas vivo y mas esperanzado que nunca. Todo el proceso de redención me había mejorado a mi mismo. Me sentía mejor persona que aquel yo que comía tirado en la cama. La depresión había desaparecido. Había nacido de nuevo.

Creía en el programa. Antes la comida era mi dios, ahora el programa de doce pasos era mi dios, por que me lo había dado todo, una nueva vida, un nuevo yo, una alegría, un sentido a mi existencia.

Donde había dolor ahora sentía alegría. Donde había miedo a relacionarme con otras personas, ahora había en mi compresión, empatía, carisma, sinceridad y facilidad para socializar. Desde el primer día que me decidí a hablar en un grupo todas estas cosas se fueron cultivando en mi interior. Escribir sobre mis emociones me ayudo a saber que sentía cuando antes solo quería estar empachado de comida para no sentir nada.

Mi vida mejoro y empecé a recuperarme. No solo perdí una gran cantidad de peso que no he recuperado, si no que además mi interior floreció de una manera espectacular. Otras veces que había adelgazado, mi yo de entonces no había sabido gestionarlo y había vuelto al refugio de la comida ante tantas emociones que mi nueva delgadez me presentaba.

Pero esta vez, con 50 kg de menos que el primer día que me decidí a adelgazar y 20 kg menos desde que entre en los grupos, estaba preparado por que había trabajado mi yo interior, mi paz espiritual. Ya no necesitaba comer para paliar un dolor, por que ya no sentía dolor alguno. Ahora sabia como evitar el comer para tapar el dolor de mi vida, y era construyendo una vida mejor para mi.

El programa me hizo despertar y empezar la búsqueda de un mejor yo y de una mejor vida para mi, poniendo mi vida en manos de aquello que yo veía que funcionaba en otras personas y que poco a poco daba resultados en mi. El programa de 12 pasos de comedores compulsivos anónimos.

jueves, octubre 18, 2007

El testimonio de sol y daniel: un asunto de angustia y peso

Articulo extraido de: http://www.gordos.com/defaultSecciones.aspx?ID=1428

Muchas jóvenes se exponen a extremosas medidas con tal de lucir flacas, aunque ese deseo no les quita su gran adicción por comer. Pero los trastornos alimenticios no son exclusividad de las mujeres, los hombres también los padecen.

Las modas, los estereotipos sociales y, en ocasiones, los mismos padres crean una presión tan grande en sus hijos por comer o dejar de hacerlo, que los convierte en víctimas de la anorexia, bulimia o, simplemente, en un comedor compulsivo.

Desde que Sol era una niña, en casa de sus padres el aspecto físico era un tema importante. La gordura era sinónimo de rechazo. Ser delgada era ser aceptada entre cierto círculo social. El resultado es que, en sus 35 años de existencia, ella ha librado una lucha intensa por combatir su adicción a la comida y bajar de peso. Ha tenido una larga historia de intentos y recaídas, probando todas las dietas, aunque ninguna daba resultado. La depresión la sumía pero llegaba el consuelo después de un supuesto “último” atracón para comenzar un nuevo día con otro intento fallido.

Desde hace tres años Sol forma parte de un grupo de Comedores Compulsivos Anónimos (CCA), el cuál es parte de la organización Overeaters Anonymous (OA).

Es entre esta comunidad de personas que comparten ese problema que Sol lucha aún por encontrar equilibrio en su vida. Ella junto con otros de sus compañeros latinos, han fundado el grupo CCA con charlas en español que, hasta el momento, OA no ofrecía.

Los integrantes de CCA desean que los latinos con este problema —y que se sienten mejor hablando en español— tengan la oportunidad de encontrar una solución. “Hay esperanza, lamentablemente muchos no lo queremos ver de esa manera”, comenta Daniel, quien tiene más de 20 años participando en OA y, aunque se rehusaba a pensar que un día dejaría de ser obeso, desde hace seis años comenzó su transformación.

El comer compulsivamente es un síndrome que se describió como enfermedad, por primera vez, a mediados de los años 80. Una persona con este problema presenta episodios llamados atracones en los que se ingieren grandes cantidades de comida. Esta acción es acompañada de la sensación de pérdida del control sobre la cantidad y el tipo de alimentos que se ingieren, expresada como una necesidad imperiosa de comer, aunque físicamente ya no se tenga hambre.

Los comedores compulsivos suelen comer hasta sentirse incómodamente llenos y con frecuencia lo hacen solos por pena de que les vean. Acompañados de los atracones, vienen los sentimientos de culpa, depresión y enojo consigo mismo.

Los factores que desencadenan este trastorno son el estrés, la herencia de padres obesos y los malos hábitos alimenticios.

La anorexia y la bulimia tienen un trasfondo psíquico y biológico indudable. Sin embargo, otros factores externos, como los medios de comunicación y los amigos, pueden favorecer la aparición de estas patologías en adolescentes.

A diferencia de la bulimia, en los comedores compulsivos no se presentan conductas compensatorias, es decir, acciones que contrarresten los efectos del exceso de alimento como pueden ser vómitos, abuso de laxantes o diuréticos, sobreejercitarse, etc. Sin embargo, hay personas que pueden ser comedores compulsivos y tener bulimia. Ése fue el caso de Sol.

Entre el querer y el rechazo

La madre de Sol llevaba una vida de constantes dietas, y con su abuela pasaba lo mismo, pero además, era adicta a los laxantes y diuréticos.

“A los cinco años comencé a notar que tenía una gran compulsión por la comida”, cuenta Sol, quien ahora es una profesional y se encuentra sumergida en el reto de derrotar esa adicción por los alimentos a través de terapias.

El régimen de alimentación en su casa era rígido, pero ella se las arreglaba para conseguir comida. La niña comenzó a crecer en edad y peso. La preocupación de los padres y los comentarios de las amistades comenzaron a presionar. “Decían que con esta cara no podía estar comiendo tanto”, recuerda.

A los 8 años de edad su madre la sometió a una dieta y a los 13, esta preadolescente ya consumía pastillas —por prescripción médica y autorización de la madre— para bajar de peso.

“Adelgacé, claro, llegué a la talla perfecta: 2, y entonces me invitaron a ser modelo. Todo estaba bien y, claro, era bien vista por todo mundo. A esa edad esas cosas te fascinan”, expresa.

Sin embargo, el fantasma no se había ido. La obsesión por comer estaba vigente, pero ella no era la única: había otras chicas en el medio que padecían lo mismo. “Entre las duras dietas, daba unas comilonas que, lógicamente me hicieron aumentar mucho de peso”, dice.

Así que a los 14 años eran atracones de comida y luego laxantes y diuréticos. En un lapso de dos semanas, Sol podía subir y bajar 10 kilos de peso. “Era impresionante, porque un día me veían gorda y la siguiente vez, ya estaba flaca”, comenta.

A los 19 años se le diagnosticó anorexia y bulimia porque entonces, aunque se daba los atracones, vivía entre largos lapsos de ausencia de alimento y, además, le dio obsesión por el ejercicio.

Todos esos cambios drásticos de alimentación, dietas, pastillas para adelgazar, laxantes, diuréticos y exceso de ejercicio, dieron resultado: Sol perdió su periodo menstrual, el cabello se le caía a mechones y subió de peso. En tres meses subió seis tallas, relata.

A los 21 años tuvo que ser internada de emergencia por una descompensación de pérdida de potasio.

“Pensé que ésa iba a ser la única vez que iba a estar en un hospital por esa razón. Pero al mes y medio, me ingresaron por el mismo motivo”, dice.

Una solución mental

Comedores Compulsivos Anónimos (CCA/OA) ha sido la solución de muchos. Aunque el proceso no es inmediato, cada individuo marca su propio tiempo.

“Nosotros hemos encontrado que la solución para detener el avance de esta enfermedad progresiva es la práctica de los ‘12 pasos’”, explica Daniel, que a sus 46 años, tiene ahora una percepción diferente de la vida.

Los comedores compulsivos mantienen la teoría de que su adicción es igual a la de un alcohólico o drogadicto, y que lo principal para comenzar en estos grupos es aceptar sin vergüenza que hay un problema y que tiene solución. Los “12 pasos” son el núcleo del programa de CCA/OA para la recuperación personal de comer compulsivamente, y están basados en las experiencias de los primeros miembros de Alcohólicos Anónimos (AA).

De acuerdo con Daniel, los “12 pasos” describen actitudes y actividades que los miembros originales creen fueron importantes para ayudarles a lograr la sobriedad. “Estos 12 pasos no son obligatorios, cada quién tiene la decisión de aplicarlo con sinceridad en su vida”, comenta Daniel.

Agrega que este grupo no tiene nada que ver con religiones, ni con reglas que deban cumplirse al pie de la letra. “Esto tiene que ver con lo físico, emocional y mental”, dice este hombre que, aunque acudió muchos años a CCA, su tiempo para salir del problema fue largo.

En Comedores Compulsivos los asistentes se reúnen para platicar de sus experiencias, contar sus frustraciones y, algunos de ellos, cuentan sus historias de éxito porque lograron reducir su peso.

Cuentan con un “padrino” o “madrina” que les ayuda a superar los momentos de angustia cuando están en la fase inicial de su interés por cambiar sus hábitos de alimentación.

A quienes padecen de este impulso por comer, dice Daniel, les cuesta trabajo comprender que pueden llegar a ser “personas normales”. Y mucho de esta adicción también tiene relación con la falta de educación sobre el tema.

“No hay nada peor que vivir en la ignorancia. Estos grupos también te ayudan a informarte y, entonces, ya no puedes seguir comiendo de la misma manera”, asegura.

Satisfacción por comer lo necesario

El día que el médico le dijo que ya no era necesario pincharse el dedo todos los días para medir la cantidad de azúcar en su sangre y que no recibiría más inyecciones de insulina porque su diabetes había “desaparecido”, Daniel no lo podía creer. Hasta ese entonces se dio cuenta que aquellos “12 pasos” habían dado resultado.

“Mi peso no decía mucho porque físicamente seguía gordo, pero entonces decidí que continuaría con esa disciplina porque si había logrado erradicar la diabetes, podía lograr más”, expresa.

Daniel cuenta que acudió a AAC/OA por órdenes de su empleador, debido a que estaba a punto de perder su seguro médico por sus problemas de obesidad. Aunque sentía depresión y culpabilidad de quien come en exceso, dudaba que en este grupo fuera a encontrar la solución. “Mi gordura comenzaba a crear problemas, no sólo en mi trabajo sino también con mi familia: en la calle me señalaban por gordo y mis hijos eran los que sentían el dolor”, explica.

Daniel llegó a pesar casi 400 libras; rompía sillas, le era imposible entrar en su auto y en las reuniones había que tener una ración específica para él. “Era una situación vergonzante”, cuenta.

Actualmente Daniel tiene un peso de 180 libras, es un hombre alto y quien lo ve, jamás podría imaginar que alguna vez fue obeso.

“Mi vida es otra. Mi relación familiar es armoniosa; ahora tengo que reparar algunos daños que les ocasioné a causa de mi adicción por la comida”, concluye.

Un articulo interesante: una vision de los grupos de doce pasos en chile

Articulo extraido de

http://www.latercera.cl/medio/articulo/paraimpresion/0,0,38039818_90162750_119117314,00.html

ADICTOS ANÓNIMOS

Sanación en secreto

Son miles los adictos en Chile que a diario luchan por mantener bajo control su enfermedad. Una vía son los grupos de apoyo que les permiten mantenerse ?limpios?. A ellos acuden desde alcohólicos y comedores compulsivos hasta adictos al amor. Pero como su nombre lo indica: son anónimos. Sólo quienes necesitan ayuda conocen su paradero.

AUNQUE NO EXISTEN CIFRAS sobre cuántos adictos asisten en nuestro país a grupos de apoyo para combatir su enfermedad, lo concreto es que son cientos los hombres y mujeres de todas las edades, estratos sociales y profesiones que luchan a diario por mantenerse "limpios". Con frecuencia esta etapa es posterior a la terapia y constituye una herramienta eficaz que emplea el adicto para "salir del infierno", como ellos le llaman a la enfermedad en bruto, cuando está fuera de control. El sistema de trabajo que se desarrolla adentro de estas agrupaciones es a través del conocido método de los 12 pasos, que comenzó a emplearse hace 50 años en Estados Unidos para la rehabilitación de alcohólicos y que hoy se utiliza en el mundo entero para tratar todo tipo de adicciones.

Pero ¿quién es un adicto? La psiquiatría y la psicología la definen de manera más o menos similar. Describen al enfermo como una persona que presenta conductas dependientes que derivan en consecuencias negativas tanto en quien las padece como en su entorno más cercano. Y aunque no todas las adicciones son iguales, ya que pueden ser psicológicas o químicas, sus resultados son igual de catastróficos.

Para los adictos, las metas de mejoría que manejan no son a largo plazo. Un simple día sin beber, fumar, consumir cocaína, comer compulsivamente o evitar a la persona que gatilla sus demonios constituye un acto heroico para el enfermo. Por esa razón, cada vez que el grupo de apoyo inicia una sesión la primera frase que recitan es: "felices 24 horas sin…". El ambiente que se respira en cada uno de estos lugares, que funcionan gratuitamente a diario o semanalmente, es el de la complicidad que otorga el dolor compartido. Las miradas se asemejan, se agrupan, se buscan.

Wildo Iglesias es un adicto que hasta el día de la entrevista llevaba tres años y seis meses "limpio". Su adicción es al sexo pagado, pero el compromiso que adquirió con él y el grupo de apoyo al que asiste lo ha hecho convertirse en uno de los pocos adictos anónimos que se atreven a hablar de su enfermedad. "Al interior de los cuartos (nombre que reciben los centros de apoyo de N.A.) el adicto no puede mentir, porque entre nosotros no tiene sentido engañarse. Uno va allá para trabajar la rehabilitación de esta enfermedad, que es espiritual. Porque lo que siente el adicto es un vacío interno que busca llenar con lo que sea. El punto es que con esta enfermedad se pierde el sentido de la proporción y cuando se recae, la primera reacción es buscar mucho de lo que falta para saciarse", dice.

Ya sea en Narcóticos, Alcohólicos o Adictos al Sexo Anónimos el tema es el mismo: mantener bajo control la enfermedad, porque eliminarla resulta imposible. En cada reunión estos grupos desarrollan el programa de los 12 pasos y hablan sobre las dificultades que debieron enfrentar para evitar una recaída. Existen cuartos de NA que funcionan durante horas de oficina y algunos que han comenzado a abrir sus puertas cada fin de semana en la noche. Rommy, empresaria, quien también forma parte de Narcóticos Anónimos, señala que habilitaron estos centros debido al aumento de adicciones en ciertos sectores de la capital, como es el caso del área sur de Santiago. En esos lugares, en particular, se tocan temas fuertes. Allí por lo general acuden quienes están viviendo el infierno. Los que funcionan durante el día son más bien para contener a oficinistas, estudiantes y trabajadores en proceso de rehabilitación. Al del sector oriente asisten muchos profesionales y empresarios. Lo importante es que se cumplen los objetivos del programa y se respeta el anonimato. "Ahí todos vamos a tratar de mantener bajo control la adicción que sufrimos. A ellos acuden desde alcohólicos hasta jugadores compulsivos. La eficacia del método sirve para todos", destaca.

Mauricio Sanhueza, psicólogo clínico, enfatiza que "un adicto lo será toda su vida". Por esa razón, el programa de los 12 pasos le permite al enfermo mantenerse limpio. La metodología tiene varios componentes, pero el más importante es que le ayuda a la persona a darse cuenta de que su enfermedad es más fuerte que él. Por ese motivo, un adicto al alcohol debe entender que cada vez que toma un trago su vida se volverá inmanejable. "Quienes sufren algún tipo de adicción deben asumir que existen ciertas cosas con las que no podrán lidiar nunca más", aclara.

Sanhueza, además de atender en su consulta a adictos a drogas, al alcohol o la nicotina, entrega terapia psicológica a personas enfermas de adicción al amor y/o al sexo, que se consideran adicciones psicológicas. Desde su perspectiva "un adicto es cualquier persona que buscan tranquilidad, llenando su vacío con personas, lugares o cosas fuera de ellos".

Según el especialista, si bien la terapia para un adicto es una parte fundamental dentro del proceso de rehabilitación, una vez que esta concluye es fundamental que pertenezca a un grupo de apoyo, que tenga redes que lo protejan, que lo obliguen a seguir trabajando su enfermedad fuera de la consulta y con sus pares. Es un beneficio mutuo al trabajar en conjunto.

Los 12 pasos, por su estructura, garantizan un buen funcionamiento. "En estos lugares nadie es el jefe y quienes hacen de coordinador deben ir rotando su participación. Adentro no se aconseja, juzga o ruega a nadie para que asista. Tampoco se rescata a nadie. La persona sola debe tener ganas de sanarse", agrega.

A los primerizos, comenta Wildo Iglesias, quien es presidente del directorio de la Corporación de Narcóticos Anónimos, "se les entregan los teléfonos de las personas que conforman el grupo de apoyo. Esto con el objetivo de que frente a una posible recaída se recurra a su red para que lo ayude".



\ ADICTOS AL AMOR Y?


Hay conductas humanas que pueden transformarse en adictivas, como la comida, el sexo, el trabajo, las relaciones afectivas o el amor. "Lo que hay que hacer con las adicciones es calmar la herida. Un adicto al amor, por ejemplo, no busca un mal amor. Lo que sucede es que cada vez que se involucra afectivamente dice: ´esta vez va a ser distinto´. Y por ello, siempre busca una persona distinta a la anterior, pero las cosas siempre se dan de la misma manera, mientras él o ella sigan mirando el amor a través de la herida que no ha sanado. Es difícil explicar cómo funciona la lógica de las adicciones, pero aun sabiendo el dolor que genera la relación hay mucha gente que prefiere seguir sufriendo", explica Mauricio Sanhueza.

Los adictos al amor, al sexo, al juego o a la comida en rehabilitación deben permanecer entre seis meses y un año en abstinencia. "La idea es que sientan el dolor de lo que eso significa. Se trata de generar un estado similar al que sienten los alcohólicos cuando dejan de beber. Lo que sucede en estos grupos de apoyo y en conjunto con la terapia es que la persona logra asumir las cicatrices que lo avergüenzan, sanar su soledad en forma sana y trabajar los puntos de estos 12 pasos que les resulta difícil de enfrentar", agrega.

Pero el psicólogo sostiene que la voluntad no es suficiente para controlar una adicción. "Si la persona se conecta una vez con el alcohol, la droga o la persona que le gatilla su enfermedad, la voluntad no sirve. Lo que sucede es que cualquier adicción es un legítimo intento por buscar un alivio al estrés, pero se hace en el lugar equivocado. De esta manera, terminamos dejando que nos abusen y abusando de otros".

La adicción a la comida es una adicción solapada. En Chile existen muchas personas que sufren este mal y que no reconocen su enfermedad. Soledad es una comedora compulsiva anónima que comenzó asistiendo a un grupo de apoyo hace cuatro años.

"La primera vez que fui a Comedores Compulsivos Anónimos (CCA) escuché que lo que tenía era una enfermedad y no una simple falta de fuerza de voluntad. Me tomó bastante tiempo internalizarlo y aceptarlo. Por eso mismo dejé el programa por algún tiempo, hasta que llegué a un punto crítico donde sentí que no podía seguir viviendo de la manera en que lo estaba haciendo. Aceptar mi enfermedad dio un vuelco a mi vida. Permitió que cambiaran mis prioridades, me hizo ordenarme, salir de mi egocentrismo, darme cuenta de que se trataba de una enfermedad progresiva y mortal y no de un simple ´problema con el peso´", cuenta.

Para Soledad los CCA han sido el pilar en su recuperación. Allí dice que aprendió que es una adicta a la comida. "A través del programa me di cuenta de que tapo mis sentimientos y emociones comiendo, que prefiero vivir la vida con la cabeza metida en el refrigerador antes que aceptar mis responsabilidades, que no puedo parar de comer, especialmente ciertos alimentos como las harinas y el azúcar, que en mi caso disparan mi compulsión. Significa que paso mucho tiempo en el día pensando en comida, ya sea culpa por lo que me comí ayer o lo que quiero comer. Como escondida por vergüenza y me carga mi cuerpo. No acepto mi vida como es y creo que comiendo voy a solucionar las cosas. Pero también significa que existe un lugar donde me siento cómoda, ya que allí encuentro gente que comparte el mismo problema de adicción". \\

\ Por: Jacqueline Otey


lunes, octubre 15, 2007

En la vida de un comedor compulsivo, el razonamiento, como la mayoría de las personas lo utilizan, no es enteramente fiable

Esta es la enfermedad de la mentira y el autoengaño. He mentido a otros sobre cuanto, cuando y como he comido. He escondido comida. He olvidado que he comido comida. He dejado de comer y luego he vuelto al abrazo de la comida mintiéndome a mi mismo, pensando que esta seria la ultima vez.

Mi mente me pone trampas para que coma. Recibe todos los estímulos externos relacionados con la comida multiplicados por 10. Yo lo llamo “el radar”, siempre se donde hay comida. Es como una especie de sexto sentido, muy molesto por que siempre detecta mis alimentos compulsivos, que yo trato de ignorar, y que con el trabajo del programa y la ayuda de dios, lo logro.

Se que no me puedo fiar de mi mente. Siempre tengo mi mente y mis emociones en entredicho. No me hago caso, por que tiendo a ser muy dramático, y sobresentir mis emociones por que soy hipersensible. Además en malas épocas puedo tener subidones y bajones emocionales. Puedo pasar, cuando estoy comiendo compulsivamente, de la depresión mas profunda, a la euforia más extrema.

Además, yo no puedo vivir como lo hacen los demás. Por que mi mente no funciona igual. Soy comedor compulsivo, estoy enfermo, soy un enfermo emocional, y como tal, mi mente y mis emociones son diferentes a los de una persona normal. Y como tal he de vivir de acuerdo a otro modo de vida que me aleje de mi enfermedad y minimicé sus síntomas.

Los clichés y modos de vida modernos de nuestra sociedad occidental capitalista a mi me han llevado a la autodestrucción. Pero tengo que vivir inmerso en esta sociedad, pero he escogido ser una isla de paz y de serenidad en medio de la locura. He dejado de perseguir fantasmas por que la frustración de no alcanzarlos nunca destruía mi autoestima y mi mente.

Ahora que se que jamás seré el mas guapo, el mas rico, el más delgado, puedo aceptarme tal como soy y empezar a disfrutar lo que tengo y no vivir llorando lo que no tengo.

Ya no quiero el coche ultimo modelo y la novia rica y guapa ni unos abdominales de vértigo. Ahora quiero lo que tengo y soy feliz con ello. Si quiero más intento ser realista y trazar un plan para conseguirlo y luego trabajar día a día, un solo día a la vez. No exigirlo a la vida sin trazar un plan. Nadie me va a dar nada, no voy a lograr sueños imposibles solo exigiendo, todo requiere mi esfuerzo, un día a la vez. Incluido mi recuperación, hasta comprarme un ordenador portátil ultimo modelo, hasta tener buenas relaciones con mis compañeros y jefes en el trabajo.

Las personas normales viven midiendo a las personas por quien son y lo que tienen. Basan su autoestima en quien son y cuanto tienen. Yo he aprendido a mirar en mi interior, y a partir de ahí, aprendí a mirar en el interior de los demás. Ya no quiero ser rico por que tendría un montón de enemigos y seria infeliz. Ahora prefiero un peor trabajo con menos dinero, pero mejor ambiente de trabajo. La sinceridad, y la humildad es la clave, algo que se ha perdido en estos días locos de vértigo en las ciudades modernas.

Recuerdo con 14 años decirle a un amigo que a mi jamás me abrazaría una chica como aquella a la que mirábamos los dos. Odiaba mi cuerpo. Tenía mi autoestima por los suelos. Hoy siento que mi vida ha dado un vuelco. Cuando he renunciado a ello, he trabajado lo mejor que he podido y dios me ha concedido lo que quería y a lo que renuncie. Hoy si tengo el coche que quiero, es un coche bueno, no un deportivo.

Hoy tengo brazos en quien abrazarme y no son los de una modelo. Hoy tengo sufíciente dinero para vivir y estar tranquilo. Hoy soy feliz en la moderación del punto medio en todo lo que hago vivo y digo. Ya no vivo presa del exceso. Estoy aparte del exceso. Me he apartado del mundanal ruido, y la recompensa es una gran tranquilidad que ha parado los atracones.

Gracias a dios y a oa por ello.

viernes, octubre 05, 2007

Cada reunion de oa es una verificacion de que dios puede devolverme el sano juicio (y no, no soy un fanatico religioso...)

Dios me habla a través de otros compañeros en recuperación. Mi fe se nutre de la fe de otros, y dios llega hasta mi a través de los brazos de mis hermanos y hermanas en oa. Es en sus palabras donde yo veo la sensatez y la serenidad que a mi me hace falta para avanzar en mi recuperación. Es en el testimonio de un recién llegado o de un compañero en recaída, donde recuerdo lo mal que estuve y me da la motivación para no volver a querer a estar asi.

Es en oa donde mi cabeza se pone en su sitio y se libera del asalto continuo de la comida que hay en nuestra sociedad hoy día, y en la que tengo que vivir inmerso quiera yo o no quiera por que es lo que hay.

Es que es la noche al día. Sentirme querido, aceptado, escuchado, valorado, apoyado, y mil buenos sentimientos mas, donde antes solo había soledad, miedo, desesperación y odio hacia mi mismo. No concibo vivir sin Oa, no podría vivir como lo hacia antes. No podría estar otra vez perdido en tinieblas sin la luz de la fe para guiarme.

Cada vez que voy a una reunión, se renueva mi compromiso con el programa de los 12 pasos. Se me recargan las ganas de vivir. La compulsión desaparece. En cada reunión aprendo algo nuevo de las personas que comparten.

En una reunión, igual que cuando uso la herramienta del teléfono, o la de la escritura, vacío mi interior. Me descargo, me desahogo. Suelto lo que me pasado, lo comparto con otras personas que me comprenden, por que viven y sienten mi misma enfermedad que es un trastorno de la alimentación.

Asi puedo verme a mi mismo desde fuera a través de los ojos de otros, y puedo sentir su calida mano que me guia en el camino de mi recuperación. Ellos saben ver en mi interior, lo que yo no veo en mi, los signos ocultos de esta enfermedad tan astuta y sigilosa. Así allí cuidan de mi, por que en los grupos cuidamos los unos de los otros, y la mano de dios esta de tras, por que el que una simple llamada de teléfono a tiempo evite un atracón es un milagro.

La fe se trasmite con el ejemplo. Muchas veces como comedor compulsivo y como obeso había pues mirado con desgana maneras de adelgazar, nutricionistas, dietas, pastillas, nada funciono, excepto el vegetarianismo. Cuando llegue a oa, y vi lo que otros tenían (recuperación fisica, mental, y espiritual) yo también lo quería. Quería esa serenidad, ese sano juicio, esa paz interior, esa calma, es abstinencia, esa calidad de vida que mi enfermedad había destruido. Si ellos podían, yo también podía, incluso me ayudaban a hacerlo, me enseñaban como. Y poco a poco mi cabeza se fue poniendo en orden, empecé a cuidar de mi mismo, mi vida fue a su cauce. Cada reunión fue un ladrillo de una nueva vida que construí para mi, mucho mejor que la anterior.

Por todo esto cada reunión me da la misma vida. Cada vez que me he perdido una reunión la recaída se ha acercado, por que la voz de la recuperación se calla y entra la voz de la comida. Asi pues hoy día no concibo mi vida sin Oa, y no concibo vivir sin ir a las reuniones, y sin creer en mi recuperación y en el programa de doce pasos.

lunes, octubre 01, 2007

Guia para salir de una recaida (primera parte): completada

Sesión de Estudio

UNA GUIA PARA RECUPERARSE

DE UNA RECAIDA

(Primera parte) Por Sherry Schultz.







Sherry Schultz es una terapeuta certificada en adicción. Ha trabajado exhaustivamente con grupos de recaída en centros de tratamiento interno de químico‑dependencia; actualmente se encuentra trabajando con pacientes en terapia externa y como coordinadora de pos‑tratamiento.

Una recaída que con lleva al uso activo de la comida compulsiva puede ser desmoralizadora para una persona en recuperación. ¿Cómo puedes levantarte de nuevo y recobrar tu energía para volver al camino de la recuperación? Esta Guía te ayudará a entender cuáles fueron los errores y cómo regresar a la trayectoria correcta. Te ayudará a formar tu guía‑plan de prevención de recaída, para evitar que repitas los mismos patrones auto-destructivos una y otra vez.

No todo aquél que está recuperándose de la adicción a la comida compulsiva recae, pero el peligro siempre existe. Aún cuando la recaída sea parte de la enfermedad, hay mucho que se puede hacer para evitarla Y si tú has recaído ‑una o más veces ‑ no necesitas volver a hacerlo jamás. Esta guía de trabajo puede conducirte, de un estado de recaída, a un estado de recuperación.

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Definiendo la recaída

La primera definición de recaída es general y puede aplicarse a cualquier enfermedad: Recaer es retroceder a un estado anterior o regresar a la fase activa de una enfermedad después de una recuperación parcial.

Pon atención a esa frase: "después de una recuperación parcial". Si no se ha tenido alguna recuperación de una enfermedad, no se puede recaer.

La segunda definición es más específica en la enfermedad de comida compulsiva. Una recaída en la comida compulsiva activa es un regreso a pensamientos, actitudes, sentimientos, emociones y comportamientos que conducen de nuevo a la adicción activa.

Para un CC, el regreso a estos caminos, significa un eventual regreso a comer compulsivamente.

Mira más de cerca esa segunda definición y notarás que, primero, una persona regresa a sus viejos patrones de pensamiento y de sentimiento ‑ las viejas actitudes y conductas ‑ y luego regresa a comer compulsivamente. Mucha gente en recuperación estaría bien dispuesta a admitir que a veces recae en patrones antiguos de conducta y en viejas formas de pensar. Esto es frecuentemente llamado "pensamiento o a‑pestamiento" y, a menos que esto cambie, usualmente conduce a usar lo anterior de nuevo. Aquéllos que están trabajando un buen programa de recuperación se dan cuenta con rapidez de que han descarrilado en los viejos moldes y saben qué hacer para situarse de nuevo en las vías.

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Propósito de esta guía de trabajo

Esta guía te ayudará a enrielarte y a practicar la prevención de recaídas todo el tiempo. Esta guía de trabajo te pedirá que identifiques los factores que probablemente contribuyeron a tu recaída.

Por último, la guía te ayudará a formular planes propios de prevención de recaída para que de esta forma no tengas que repetir, una y otra vez, las cosas que para ti han sido autodestructivas.

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¿Qué hacer antes de iniciar este procedimiento?

Quizás esta sea tu primera recaída. 0 bien, posiblemente has recaído muchas veces. De cualquier forma, la recuperación es posible. Depende de ti. Unas palabras de precaución: Este proceso requiere de mucho trabajo, honestidad y compromiso para poder volver a la recuperación y, aún más importante, para mantenerte en recuperación. ¿Estás dispuesto a hacer lo que sea necesario? Si tu respuesta es sí, estás listo para seguir adelante. Sí tu respuesta es no, aún no has hecho ese compromiso.

Hay otra cosa que debes considerar antes de comenzar, Necesitas hacer un verdadero esfuerzo para aceptar tu recaída como parte de tu adicción y perdonarte. Un exceso de culpa y vergüenza por esa recaída sólo te puede estorbar. El mejor plan consiste en ser honesto y estar dispuesto a aceptar las formas en que fuiste responsable; pero, a partir de ahora, comprometerte a llevar a cabo los cambios necesarios para prevenir una futura recaída.

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Historia de una Recaída

Algunas veces, examinar una recaída y las circunstancias y eventos que la rodean, puede ayudar a entender qué es lo que la ocasionó. De hecho, cada recaída tiene su propia historia. A continuación mostraremos un ejemplo, la historia de Manuel, para ayudarte a comenzar a pensar sobre tu propia historia de recaída.

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Historia de la Recaída de Manuel

Mi nombre es Manuel y soy Comedor compulsivo. Fui a tratamiento hace aproximadamente un año, más que nada porque mi familia me estaba presionando. Al salir del tratamiento, no estaba seguro sobre ir o no a Comedores Compulsivos Anónimos, pero de cualquier modo decidí intentarlo. Al principio, asistí a más o menos tres juntas por semana, que aparentemente me ayudaron. Al paso del tiempo, me pareció aburrido escuchar las mismas historias una y otra vez, por lo que dejé de asistir tan frecuentemente.

Conseguí un trabajo de medio tiempo para pagar algunas de mis deudas. Muchas veces me sentía muy cansado para asistir. Ni siquiera se me ocurría comer compulsivamente, así es que finalmente dejé de ira las juntas.

Mi familia estaba muy contenta por el simple hecho de que yo no estuviera comiendo compulsivamente y de que cumpliera con mis responsabilidades en la casa. Al principio, la situación estaba muy cómoda en casa. Pero, después de un tiempo, mi esposa empezó a pedir que me ocupara de más quehaceres. Comenzamos a tener peleas ridículas y uno de nuestros hijos empezó a tener problemas en la escuela. Un fin de semana, mi esposa estaba en su trabajo y yo estaba pintando. Lo había estado haciendo todo el día y me encontraba cansado. Cuando ella llegó a casa, comenzó a encontrarle peros a todo lo que había yo hecho. Finalmente, se acercó y dijo que le parecía haber dejado un pastel en el refrigerador y no estaba. Me enojé mucho porque no me lo había comido. Tuvimos una pelea. Aventé mi brocha y salí a caminar.

Entonces pensé que si ella creía que yo había estado comiendo, más me valdría comer. Hubo mucha tensión en casa durante algunos días.

Entonces, una noche, rumbo a casa después del trabajo, me metí a una pastelería y pedí un pastel. Ni siquiera se me ocurrió que no debería comerlo, hasta que ya había comido la mitad. Pero, como para entonces ya era demasiado tarde, ¡pues pedí otro! Sólo comí dos pastelitos esa noche, pero después de unos días, regresé y pedí otro par de pastelitos. Poco después, llegó mi día de pago, así es que regresé por otro par de pastelitos. En esa ocasión me quedé comiendo toda la noche. He estado comiendo desde entonces.

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Ejercicio 1

Analizando la Recaída

¿Cuáles son, algunos de los factores que puede‑ haber contribuido a la recaída de Manuel'? Haz una lista en los espacios que están en seguida.

A continuación, escribe la historia de tu propia recaída. Incluye los eventos que te llevaron a ella y lo que ocurrió después. Si has tenido más recaídas en el pasado, menciónalas brevemente, pero mantén tu enfoque sobre la más reciente o la actual.

“Viaje a mi ciudad, volví a mi tierra, otra vez. Y allí me estaba esperando mi pasado, aguardándome a llevarme de vuelta al infierno de la compulsión por la comida del que había salido.

Me dijeron este verano en el trabajo que tenia que coger 15 días de vacaciones por fuerza. Soy consciente de que en vacaciones mis hábitos alimenticios se alteran, así que tenía mucho miedo de las vacaciones. No quería vacaciones. La semana antes de irme el miedo y la angustia era tal, que tuve una recaída emocional. Una compañera con la que hable por teléfono me hizo volver a la realidad y huir del miedo a recaer, que se convertía en miedo a viajar a mi ciudad.

Ese miedo lo tenia en parte, por que se, he notado, que mis recaídas son estaciónales. Recaigo en vacaciones, cuando mi rutina que me mantiene abstinente cambia y me quedo en el aire. Recaí el puente de la hispanidad del año pasado, en navidades tuve un resbalón pero aguante, en semana santa recaí, y me costo salir hasta mayo, hasta que llego agosto y recaí otra vez como paso a contar otra vez. Quizás ya estaba tocado y este año ha ido de recaída en recaída, por que no he tenido una abstinencia larga, solida y duradera, si no constantes devaneos con la comida.

La primera semana en mi ciudad fue bien. Estaba lejos de casa de mi madre, el lugar que tantos atracones me ha visto darme. Vivía con mi novia en un apartamento en la playa. Iba a los grupos. Estaba abstinente, vivo y disfrutando.

A la mitad de la segunda semana cometí el error de comer en casa de mi madre. Aquella casa tiene el poder sobre mí en cuanto a comida se refiere. Es entrar por la puerta y ya estoy comiendo. Rompí inconscientemente algo que me había dicho a mi mismo. No puedo volver a comer allí, puedo visitar esa casa entre la hora de la comida y la hora de la cena, pero nunca jamás puedo comer allí, por que es billete directo de ida a la recaída. Y aun así, por ajetreo de las vacaciones me plantee una comida allí.

Luego tuve una pequeña pelea con mi pareja, que me altero las emociones, no fue nada grave, pero como comedor compulsivo que soy, soy muy sensible, y le di mas importancia de la que tuvo.

Cuando me quise dar cuenta le estaba cogiendo comida a ella a escondidas. Dándole vueltas a la cocina y a las cosas para que no me pillara, ocultándome para comer. Todo empezó por un alimento que probé, la leche con canela y limón, la horchata, líquidos azucarados, que ahora se que me son muy compulsivos y que por aquel entonces no sabia, por que nunca antes los había tomado estando en OA.

Volvimos de viaje, y la primera mañana de estar de nuevo en casa, me encontré la nevera totalmente desprovista. Pensé en desayunar fuera de casa, y madrugue, y fui a gastarme el suelto que tenia a una tienda de ultramarinos, en dulces que comí andando hacia el trabajo.

Entonces comenzó la locura. La espiral de degeneración de atracones y descontrol. Han sido unas semanas muy extrañas en las que he ejercido mi enfermedad en toda su extensión. Como no llevo nunca suelto, compro en los supermercados con tarjeta de crédito, lo que me hace comprar mayor cantidad.

Me he visto haciendo cosas que no había hecho nunca antes, incluso las reuniones no me ayudaban. Ha tiempo en otras recaídas, iba a una reunión y salía de allí abstinente. Pero ahora no. He tenido tanto mono, me he obsesionado tanto, que he salido de una reunión y me he ido derechito a un supermercado.

Otra dificultad añadida ha sido que en mi trabajo no paran de traer comida. Han cogido la costumbre de traer pasteles por la mañana para desayunar, y eso hace que la tentación se potencie. Siempre tengo compulsivos a mano durante mi jornada de trabajo, y tengo la sensación de que vivo rodeado de veneno, como si fuera a trabajar a una central nuclear pero sin traje de protección, vamos que me siento muy expuesto y débil a la comida allí. Sabía que si recaía, mi trabajo seria mi perdición por que allí estoy rodeado de alimentos compulsivos. Afortunadamente he encontrado la manera de contrarrestar la voz de la comida en la oficina, hacer que la voz de oa sea más fuerte, teniendo literatura en mi mesa, y leyendo cada poco que tengo un segundo libre en el trabajo. Así puedo ir saliendo adelante en la oficina.

El malestar físico que me causa un atracón es tal que he llegado a aborrecer ciertas clases de comida. Es como si amase y odiase el acto de comer al mismo tiempo. Después de un atracón me quedo como si me hubieran dado una paliza, totalmente hecho polvo. Mi vientre se abulta y me siento llenísimo, es como si cargara un ladrillo en mi estomago.

Después toda la boca me sabe a barro, se me queda seco y nada de lo que coma me sabe bien, solo el dulce me quita ese mal sabor de boca que me dura un tiempo. Por otro lado, el malestar de estomago es terrible, me dan punzadas como si fueran puñalada, y no paro de ir al baño cada dos por tres hasta que me vacío y saco todo lo malo que he comido de mi. También me duele el dineral que me gasto en comida. Cuando tengo fuerzas que salen del programa, que tengo en mente mientras estoy comiendo mal, pido ayuda, y he tirado la comida. Y me duele tirar comida, mi interior no quiere, quiere comérsela, pero si tiro la comida y no me la como la cosa va bien, por que esa comida es basura y no la quiero en mi vida. Pero me duele tirar comida que es cara. He de pensar que ese dinero me lo podía gastar en llamar a compañeros del programa y estaría mucho mejor invertido.

La recaída me ha llevado a la autocompasión, a apiadarme de mi por que pobrecito tengo una enfermedad grave. He sentido impotencia ante mi enfermedad, un cansancio de estar enfermo, por sentirme menos que otras personas, y esto me ha llenado de negatividad. Me he sentido muy limitado por la enfermedad, por que he sido consciente de mis limitaciones como comedor compulsivo, especialmente los viajes. Veo fotos de amistades que viajan mucho, escucho como los compañeros de trabajo viajan donde les apetece, se recrean en la gastronomía, tienen una vida social intensa llena de viajes, comidas y encuentros, y yo no puedo, por la comida, por que todo lo que me aleja de las reuniones me acerca a los atracones, y me siento menos persona, harto de estar enfermo, impotente ante mi enfermedad, menos vivo. Y todo esto me acerca un poco mas a la recaída, no puedo pensar de esa manera, no puedo pensar en todo lo que he perdido a causa de la comida, los atracones y la obesidad, si no pensar en todo lo que he ganado, la gente que he conocido, y todo lo que he vivido, la gente maravillosa que he conocido, lo que he crecido interiormente, la causa que he encontrado, lo que he ayudado y me ayudan.

El último atracón de esta recaída sucedió como sigue. Era un día de diario que tenia que trabajar. Llevaba apenas dos días abstinente. Me levante tarde y aun medio dormido me sonó el móvil dos veces. Era mi novia, que estaba preocupada por mi. La verdad es que me agobie un poco, con llamadas a esa hora de la mañana. Cuando llegue al trabajo la llame y estuve hablando con ella.

A la hora de comer, un poco antes de irme de la oficina, me volvió a llamar. Me sentí revuelto, emocionalmente inestable, agobiado, por tenerla tan detrás de mí. No nos peleamos (de hecho no nos peleamos mucho), pero ella sabia que estaba en recaída y se preocupa tanto por mi que a veces parece que me estaba controlando. Hablando con ella yo intentaba cortarla, le decía que tenía que irme a comer, que no podía hablar más con ella, que se me pasaba la hora libre, y ella aun así seguía hablando más y más. Me notaba mal, y le daba vueltas a todo buscando que yo me encontrase bien para ella recuperar la confianza en nuestra relación y en nosotros.

Me dieron las 2 y media hablando por teléfono. Cuando quise ir a casa a comer según mi plan de comidas, ya no me daba tiempo. Además tenia que ir al banco a solucionar una gestión en mi hora de comida, una gestión urgente.

Fui al banco y no pude hacer la gestión, y me encontré con dinero en el bolsillo. Entre en un supermercado para comprar algo para comer, y no había allí nada abstinente para mi. Acabe en un restaurante donde había ido otras veces a comer con los compañeros del trabajo, pero esta vez fui solo. Pedí un menú que caía dentro de mis alimentos no compulsivos, pero me pusieron pan. Y me lo comí. Y luego pedí postre, una Mouse de fresa. Ya estaba comiendo dulce y harina. Lo había probado. El atracón estaba servido.

Llegue al trabajo y las mismas galletas que esa mañana no había querido, me estaban allí esperando. Me las comí a puñados, de 4 en cuatro, dando viajes a la cocina, ocultándome de los compañeros, la locura.

Salí rezándole a dios por no darme un atracón, pero yo sabia lo que iba a pasar, era superior a mis fuerzas. Como un zombie entre en un supermercado y gaste mucho dinero en comida compulsiva. Aun así logre no gastar el dinero efectivo que tenia destinado a esa gestión. Pague con tarjeta.

Mientras caminaba hacia casa comiendo por el camino, pensaba me meto con esto en el cuarto me lo como todo hasta que reviente y lo vomite todo, a ver si así le cojo asco y no quiero repetir un atracón jamás. Un pensamiento totalmente demente y de tintes bulímicos. Era presa de mi compulsión enferma.

Me encerré en el cuarto. Devore la mitad de la comida y ya no podía mas. Tuve un momento de lucidez, pensé que no podía destruirme mas así, y lo que hice fue salir a la calle y tirarlo todo, incluido los restos, en bolsas de basura bien cerradas. Tire comida entera sin abrir o apenas picoteada. Pero no quería destruirme más. Además sentirme tan lleno me hacia sentir muy mal. No podía pensar y me sentía fatal, a punto de vomitar.

Y ya no comí más, hasta el día de hoy. Que estoy otra vez abstinente y considero que he salido de la recaída, otra vez.

Esta recaída me ha enseñado, que tengo nuevos alimentos compulsivos que antes no conocía. He constatado varias cosas que había escuchado en las reuniones. La primera que la enfermedad es degenerativa y si no se detiene va a peor. Esta ha sido mi peor recaída de todas las que he vivido. Se que la siguiente será peor, y no quiero pasar por eso por que me puedo llegar a matar a mi mismo, o destruir la calidad de vida que he logrado.

También he aprendido, que las recaídas en mi caso son estaciónales, he avanzado en mi enfermedad de estar comiendo siempre, como al principio de mi historia, a recaer puntualmente, sobre todo cuando viajo. Estos viajes coinciden que son en épocas de vacaciones y a mi ciudad. Sobre todo por que allí esta la casa de mi madre, y esa casa es entrar por la puerta y estar comiendo mas automáticamente. Tengo que tener mucho cuidado con las diferentes épocas de vacaciones (navidad, semana santa, verano, puentes) por que es cuando recaigo, cuando me sacan de mi rutina.

Logre tener 5 o 6 meses de abstinencia por que aguante las navidades pasadas, así que ahora siento que ya he aprendido a tener una rutina que me mantenga abstinente, tengo que aprender a viajar de manera abstinente. Y sobre todo renunciar a volver a mi ciudad y a casa de mi madre por mi propio bien, sobre todo hasta que este mucho mas recuperado y me sienta con fuerzas para enfrentarme a ello, cosa que hoy día no.

Cada día que paso soy mas consciente de mi enfermedad, del daño que me hago con ella, pero también de que hay un camino, y que estoy en el sitio correcto para recuperarme.”


Identificando los factores de una recaída

¿Qué hace recaer a la gente? No existe una respuesta sencilla o definitiva para esta pregunta. Las razones varían, dependiendo de personalidades y circunstancias individuales. Rara vez es una sola razón por la que se recae. Generalmente, la recaída es ocasionada por una combinación de f actores. Asimismo, parece ser que la gente recae por no haber hecho lo que podría haber prevenido esa recaída. Como se diría en C.C..A., por no utilizar las herramientas ni el Programa.

Un factor común parece ser el no aceptar la propia enfermedad. Un hombre estuvo en veintitrés centros de tratamiento sin haber logrado mantenerse sobrio por más de un año a la vez. Sin embargo, finalmente adquirió sobriedad y la mantuvo, ha estado sobrio por más de diez años. Cuando se le preguntó cuál había sido la causa del cambio, respondió "Realmente no sé; supongo que finalmente me rendí”. Las personas que no aceptan el hecho de que son alcohólicas y que no sienten el dolor que su adicción ocasiona, generalmente no llevan a cabo lo que necesitan para recuperarse.

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Ejercicio 2

Factores que te pueden conducir a recaer

Algunas veces las personas preparan el escenario para su recaída porque no asisten a suficientes juntas de Recuperación (o porque no asisten del todo). 0 quizá vayan a juntas, pero no las utilizan efectivamente para obtener ayuda. Existen muchos factores que pueden ocasionar recaídas. El ejercicio que damos a continuación te puede ayudar a aprender cuáles son los factores que provocaron la recaída. Lee las siguientes listas. Después subraya aquéllas que consideres puedan aplicarse en tí.

No asistir a suficientes juntas de Recuperación ( o a ninguna).

No usar las juntas de Recuperación de manera efectiva.

‑ Ir al tipo inadecuado de juntas, por ejemplo, asistir solamente a juntas abiertas.

. No hablar en las juntas o no ser abierto con respecto a tus problemas.

No apadrinarse.

-No ser honesto.

-Utilizar excusas; racionalizar; engañar a otros y a ti mismo.

‑ Esconder o enmascarar tus verdaderos sentimientos.

-Sentirte omnipotente; tener el ego inflado.

‑Sentirte poderoso, en control; sentirte ilimitado y capaz de manejar cualquier problema.

Sentirte diferente a los demás: "No estoy tan mal como éste o aquél".

‑Necesitar tener siempre la razón; miedo a equivocarte.

‑Ser arrogante; sentir que "la tienes hecha".

‑No enfrentar el enojo, el resentimiento o la culpa.

‑Tragarte tu enojo o negar que existe.

- No estar dispuesto a lidiar con emociones destructivas.

‑Ser complaciente, satisfecho de tí mismo.

Olvidar tus limitaciones.

‑Tener un sentido falso de seguridad.

‑Sentirte deprimido y no hacer algo al respecto.

Sentir lástima de tí mismo.

Enfocarte en lo negativo.

-Olvidar ser agradecido.

‑Ser perfeccionista o trabajar excesivamente.

‑No permitirte errores.

Agotarte.

‑Ser impaciente.

‑Buscar resultados inmediatos,

‑Siempre querer que las cosas se hagan a tu manera.

‑No usar tu tiempo con cordura.

‑Tener demasiada falta de estructura

Vivir en el pasado o en el futuro y no en el presente.

‑ Ser crítico y enjuiciador de tí mismo y de los demás.

‑ Imponerte metas inalcanzables.

‑Expectativas irreales.

‑ Comunicación deficiente.

‑Ser deshonesto contigo mismo y con otras personas en cuanto a tus sentimientos.

‑ Falta de disposición o incapacidad para compartir con otros.

‑Aislarle y sentirte solo.

‑No disfrutar tu sobriedad.

‑No tomar responsabilidad; en vez de esto, culpar a los demás.

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Ejercicio3

Encontrar los factores de recaída más significativos para ti

Una vez que en el Ejercicio 2 hayas encontrado algunos de los factores que contribuyeron a tu recaída, utiliza el espacio a continuación para enumerar seis de los factores más significativos para ti, en su orden de importancia. Por ejemplo, si sientes que has estado cargando con resentimientos y el no haberlos resuelto fue la causa primordial de tu problema, pon esto al principio:

1.-Olvidar mis limitaciones: olvide que no puedo comer en casa de mi madre, por que allí se me alteran las emociones y siempre hay mucha comida, nada mas entrar en esa casa ya estoy comiendo mas.

2.- No asistir a suficientes juntas de Recuperación: empecé a asistir a dos reuniones en vez de a tres, y para colmo viaje, a donde los grupos tenían menos recuperación.

3.-No apadrinarse: tengo padrino, pero no lo uso lo suficiente esta herramienta, vive lejos de mí y el contacto es muy difuso puesto que vive en otro país. Siento que como padrino necesito alguien en cuyo ejemplo me pueda fijar, y que vea en las reuniones.

4.- No usar las juntas de Recuperación de manera efectiva, por orgullo y por lujuria. Por darme vergüenza el reconocer que había recaído ante otras personas de oa, no quise hablar de mi recaída. Y también para que una persona que me atraía en el pasado no supiese que había recaído y me viese como uno mas en recaída, ya que yo quería estar abstinente como ella para acercarme mas espiritualmente a su persona, por que admiro su recuperación, lo que se mezcla también un poco con la lujuria.

5.-Sentir lastima de mi mismo: Se que en mi enfermedad tengo limitaciones, que son sacrificios que hago en pos de mantener mi abstinencia intacta. Cuanto tengo que hacer esta clase de cosas, como no ir a una boda, por ejemplo, o no comer en ciertos eventos sociales, o no estar disponible a ciertas horas y días de la semana por que estoy en una reunión, me ataca la autocompasión, el pobrecito de mi. Que no puedo llevar una vida normal, y que tengo esta enfermedad. En mi última recaída me canse de estar enfermo, me harte de la enfermedad. Quería no estar enfermo, quería no tener que trabajar por recuperarme, necesitaba unas vacaciones de mi enfermedad, que esta obviamente no me iba a dar. Así pues me relaje, baje la guardia y caí.

6.-Agotarme: A parte de cansarme de mi enfermedad como ya he expuesto, el ejercicio físico y el cansancio agotador me abren el apetito. No es que confunda cansancio con hambre, es que después de haber adelgazado y de comer limpiamente, tengo pocas reservas, y a la mínima que quiero comer el cuerpo me pide mas alimento. No puedo estar muchas horas sin comer y haciendo ejercicio (aunque sea leve como caminar) por que controlar ese hambre desbocada tras unas horas de mas es difícil. En los viajes tener que caminar largas distancias se acentúa aun mas, y por eso he recaído en el pasado.

7-Sentirme diferente de los demás: Ser consciente de mis limitaciones como comedor compulsivo me hace protegerme de aquellos peligros que me pueden llevar a recaer. Viajar me acerca a la recaída, demasiados eventos sociales con comida me acerca a la recaída, los cambios emocionales me acercan a la recaída, quedarme solo con comida a la mano que nadie me va a decir nada si me la como me acerca a la recaída. Lo que mas me hace sentirme diferente de los demás es que ellos pueden comer lo que quieren y yo no. Pueden tener una vida social intensa y yo no, necesito vivir de forma mas tranquila para que no se active la enfermedad. Otras personas pueden salir hasta altas horas de la mañana, y yo he de cuidarme de mis ciclos de sueño y comidas. Sentirme diferente y limitado, me recuerda la marginación que sentí en mi niñez por ser el “gordito”, y este dolor me ha llevado a recaer.

8-Enfocarme en lo negativo: Esto es olvidar mi actitud agradecida y es ir en contra de mi despertar espiritual. Si estoy negativo empiezo a sentir el dolor y este me empieza a sobrepasar. La depresión se empieza a acercar. Cuando no puedo gestionar el dolor emocional que recibo, como por que soy adicto a la c

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Hacer el inventario.

Detente aquí por un momento y toma un inventario de lo que has hecho hasta ahora. Si has realizado un esfuerzo honesto al completar los primeros tres ejercicios, ya te encuentras en el camino hacia la recuperación.

Anteriormente, se habló sobre la necesidad que tienen las personas en recuperación de practicar la prevención de una recaída. El siguiente ejercicio probablemente será el más difícil, pero también es el más crítico. Por lo mismo, olvida el perfeccionismo y haz lo mejor que puedas. Recuerda también que la práctica lleva a la perfección, así es que quizá quieras revisar o retrabajar tus planes de recuperación de vez en cuando, conforme vayas progresando y cambiando.

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Ejercicio 4

Hoja de Trabajo de Recuperación

La Hoja de Trabajo de Recuperación que aparece en seguida se divide en cinco tareas; A, B, C, D y E. Por favor revisa las instrucciones cuidadosamente antes de comenzar cada tarea.

Instrucciones

A. Comienza con el primer factor identificado en el Ejercicio 3, como un problema que contribuyó a tu recaída,

Utiliza solamente un problema porcada hoja de trabajo.

B. Escribe ejemplos de las formas en que este problema te ocasionó dificultades (cómo te comportaste, o qué es lo que te ocurrió) y por qué se convirtió en un disparador de tu recaída. Si tu problema consistió en falta de asistencia a juntas, algunos ejemplos podrían ser:

‑ Me empezaron a aburrir las juntas de recuperación.

-Comencé a sentirme demasiado cansado para asistir.

‑Mi familia quería que dejara de asistir a tantas juntas, para poder pasar más tiempo en casa.

-Conseguí un segundo empleo y dejé de asistir a las juntas que acostumbraba ir.

C. La clave aquí consiste en ser muy específico al escribir las cosas o cambios que puedes hacer para prevenir que el disparador de recaída te ocasione problemas. A menudo, la persona que identifica el problema como falta de asistencia a juntas escribe "Asistiré a más juntas". Suena maravilloso, ¿verdad? Sin embargo, miles de personas CC, en un momento dado, dicen que necesitan ir a más juntas; muchas de ellas ni siquiera comienzan a hacerlo. Otras comienzan, pero no continúan. ¡Muy bien! Así es que estás de acuerdo en que necesitas ir a más juntas. ¿Qué vas a hacer para llevar esto a cabo? Podrías, por ejemplo:

‑Hacer planes para ir con un amigo o amiga a la junta de los martes y compartir el automóvil.

‑Comprometerte a asistir a cuatro juntas por semana y reportarte cada fin de semana con tu madrina o padrino.

-Ofrecerte a preparar el café en tu Grupo uno o varios días a la semana durante los próximos dos meses.

‑Mantener un registro semana de las juntas a las que has asistido y escribir lo que has aprendido de cada una de ellas.

‑ Marcar en tu calendario la fecha de cada junta a la cual planeas asistir y, al final de las semanas, pon un círculo alrededor de cada fecha en que lo llevaste a cabo.

D. Ahora, después de haber hecho y revisado tu lista en el Punto C de la Hoja de Trabajo de Recuperación, elige uno de los cambios que puedes llevar a cabo de inmediato. Hazlo por lo menos durante una semana y luego escribe sobre tu progreso (o tu falta de éste). Te será más provechoso si compartes estos planes de recuperación, especialmente éste, con un padrino o madrina o con tu Grupo.

E. Es esencial pedir ayuda en recuperación. A menudo, hacerles saber a los demás (padrino, madrina, amigos, compañeros de trabajo, familiares) que tienes un problema con un factor de recaída en particular y contarles tu plan te puede dar la oportunidad de recibir su ayuda. Puedes pedirles que te ayuden a estar más consciente de cosas que no siempre puedes ver en ti mismo. Pero de ninguna manera esto implica que debas responsabilizar a otros de tu recuperación.

¡Es tiempo de comenzar! Llena la Hoja de Trabajo de Recuperación que está a continuación. Después, utilizando papel blanco, llena por lo menos dos hojas de trabajo adicionales sobre dos de los factores de recaída contenido en tu lista Ejercicio 3 (Ve el Ejemplo de Hojas de Trabajo de Recuperación contenido al final de este artículo si necesitas ayuda para comenzar).

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Hoja de Trabajo de Recuperación

A. Selecciona un problema que sea un disparador de recaída importante para tí y escríbelo a continuación.

B. Anota algunas de las cosas que hiciste (o que te ocurrieron) que te hacen estar consciente de que este disparador es un problema.

C. Se especificó al anotar lo que puedes hacer, o los cambios que puedes llevar a cabo, para prevenir que este disparador de recaída te ocasione problemas futuros.

D. ¡Comienza de inmediato! Anota un cambio que puedas hacer inmediatamente. Luego, describe lo que cambiaste y el resultado de ese cambio.

E. Haz una lista de personas importantes en tu vida, que necesitan estar enteradas de que el disparador de recaída que anotaste en el Punto A te representa un problema. De ser posible, escribe lo que ellas deben hacer si te ven cayendo en antiguos patrones de comportamiento.

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Ejemplo de Hojas de Trabajo de Recuperación

La Hoja de Trabajo de Jaime

A. Selecciona un problema que sea un disparador de recaída importante para ti y escríbelo a continuación.

La complacencia.

B. Anota algunas de las cosas que hiciste (o que te ocurrieron) que te hacen estar consciente de que este disparador es un problema.

1. Comencé a pensar que no era comedor compulsivo

2. Dejé de asistir a juntas de C.C.A.

3. Pensé que todo iba bien y que no tenía problemas.

4. Empecé a recordar los viejos tiempos y a creer que realmente no fueron tan malos.

5. Pensé que podía estar con comedores normales, sin recaer.

C. Sé específico al anotar lo que puedes hacer, o los cambios que puedes llevar a cabo, para prevenir que este disparador de recaída te ocasione problemas futuros.

1. Me apadrinaré antes de que finalice este mes.

2. Haré un compromiso con mi padrino, en el cual me comprometeré a asistir a por lo menos cuatro juntas semanales.

3. Terminaré mi asociación con mis compañeros de parranda de comida y otros adictos activos,

4. Leeré meditaciones al comienzo de cada día para encontrar ayuda y recordarme que soy comedora compulsiva

5. Haré una lista de todas las consecuencias negativas que he sufrido debido a la comida compulsiva.

D. ¡Comienza de inmediato! Anota un cambio que puedas hacer inmediatamente. Después, describe lo que cambiaste y el resultado de ese cambio.

Hice una lista de todas las consecuencias negativas que he sufrido debido a la comida compulsiva. Me sentí mal porque la lista era más grande de lo que pensé (mi familia me ayudó a hacerla). Decidí poner la lista en un lugar donde la pueda ver todos los días.

E. Haz una lista de personas importantes en tu vida que necesitan estar enteradas de que el disparador de recaída que anotaste en el punto A te representa un problema. De ser posible, escribe lo que ellas deben hacer si te ven cayendo en antiguos patrones de comportamiento.

1. Mí esposa. Quiero que me diga si piensa que estoy actuando en forma arrogante.

2. Mis hijos. Quiero que me digan si me ven actuando distinto en algo.

3. Mí padrino. Quiero que me confronte cuando piense que me estoy volviendo demasiado seguro de mí mismo.

4. Mi grupo. Quiero que me digan sí me ven muy complacido de mí mismo,

5. Mi compañero de trabajo. Uno de mis compañeros de trabajo está en el Programa. Quiero que me diga si ve señales de cualquier "pensamiento apestamiento» en mis acciones o palabras.

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Hoja de Trabajo de Juana

A. Selecciona un problema que sea un disparador de recaída importante para ti y escríbelo a continuación.

No enfrentar mi enojo.

B. Anotar algunas de las cosas que hiciste (o te ocurrieron) que te hacen estar consciente de que este disparador es un problema.

1. Siempre dije que me sentía bien, cuando en realidad estaba enojada.

2. Me tragaba mi enojo hasta que cualquier mínima cosa me hacía explotar y luego me sentía culpable,

3. Tenía miedo de dejarme sentir el enojo, porque no sabía de lo que sería capaz.

4. Les gritaba a mis hijos, cuando en realidad estaba enojada con mi jefe.

E. Siempre me sentía presionada. En ocasiones sufría de dolor de cabeza y un terapeuta me dijo que posiblemente la causa era mí enojo reprimido

C. Sé específico al anotar lo que puedes hacer, o cambios que puedes llevar a cabo, para prevenir que este disparador de recaída te ocasione problemas futuros.

1. Un terapeuta me sugirió que mantenga un registro de mis sentimientos y que escriba cómo me siento, por lo menos tres veces al día.

2. Puedo admitir cuando estoy enojada y decirles a otros el motivo de mí enojo.

3. Puedo ofrecer disculpas cuando les grite a personas inocentes.

4. Cuando sienta ganas de explotar, puedo dar un paseo, hacer ejercicio o participar en otra actividad física.

5. Asistiré a muchas juntas de Décimo Paso y hablaré sobre mi enojo. También haré un Cuarto Paso dentro de un mes y luego haré un Quinto Paso con mi madrina.

D. ¡Comienza de inmediato! Anota un cambio que puedas hacer inmediatamente. Después, describe lo que cambiaste y el resultado de ese cambio.

Empecé un registro de mis sentimientos, Escribí en él todos los días, inmediatamente después del desayuno, comida y cena, para no olvidar hacerlo. Al principio fue muy difícil, pero resultó más fácil después de hacerlo unos días.. Me sorprendió ver que sentía enojo a menudo.

E. Haz una lista de personas importantes en tu vida que necesitan estar enteradas de que el disparador de recaída que anotaste en el punto A te representa un problema. De ser posible, describe qué deben hacer si te ven cayendo en antiguos patrones de comportamiento.

1. Mi madrina. Quiero que me diga sí piensa que estoy reprimiendo mí enojo, especialmente si aparento estar sintiendo alguna otra emoción.

2. Mi esposo. Quiero que no se sienta atacado cuando le diga que estoy enojada con él. Quiero que sepa que expresar mi enojo es importante para mi recuperación.

3. Mi madre. Quiero que esté dispuesta a dejar que exprese mí enojo con ella Quiero que me diga sí parezco estar culpándola, sin hablar sobre mí enojo.

4. Mis hijos. Quiero que me digan si parezco estar enojada y no lo estoy admitiendo

5. Mí amiga Ana. Quiero que me permita llamarle cuando necesite hablar sobre mi enojo.

(Continuará)

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Hoja de Trabajo de Recuperación

A. Selecciona un problema que sea un disparador de recaída importante para tí y escríbelo a continuación.

Olvidar mis limitaciones

B. Anota algunas de las cosas que hiciste (o que te ocurrieron) que te hacen estar consciente de que este disparador es un problema.

Creer que yo puedo vivir y comer como los demás.

Dejarme arrastrar a demasiadas diversiones y ocio, robando tiempo para trabajar por mi recuperación.

Creer que si como un poquito nada mas no me va a pasar nada.

C. Se especificó al anotar lo que puedes hacer, o los cambios que puedes llevar a cabo, para prevenir que este disparador de recaída te ocasione problemas futuros.

Llamar antes de comer cualquier alimento compulsivo, o cuando siento tentaciones. Facilitarme el poder llamar teniendo llamadas a móviles más baratas.

Centrarme, recordar, o incluso listar, todo lo que gano cuando hago un sacrificio para preservar mi abstinencia (sacrificios como no ir a viajes, o a eventos con comida, o a noches de juerga).

D. ¡Comienza de inmediato! Anota un cambio que puedas hacer inmediatamente. Luego, describe lo que cambiaste y el resultado de ese cambio.

He contratado una nueva línea de teléfono mas barata, para poder llamar a compañeros de oa pasando por la encima de la excusa del dinero.

E. Haz una lista de personas importantes en tu vida, que necesitan estar enteradas de que el disparador de recaída que anotaste en el Punto A te representa un problema. De ser posible, escribe lo que ellas deben hacer si te ven cayendo en antiguos patrones de comportamiento.

Mi novia: quiero que me vigile cuando estoy lejos de oa y metido en mi vida social, para que me diga o me haga ver cuando puedo empezar a comer cosas que no debo. Y si me las quiero comer que me diga que no. Asi mismo quiero que no traiga alimentos compulsivos mi casa.

Mis compañeros de oa: quiero que me vigilen mi compartir para que me hagan ver cuando mi vida se va demasiado a juergas y salidas a comer.

A. Selecciona un problema que sea un disparador de recaída importante para tí y escríbelo a continuación.

No asistir a suficientes juntas de Recuperación:

B. Anota algunas de las cosas que hiciste (o que te ocurrieron) que te hacen estar consciente de que este disparador es un problema.

Deje de ir a tres reuniones por semana y fui solo a dos.

Viaje y me aleje de mis reuniones habituales, yendo a otras donde hay menos recuperación.

C. Se especificó al anotar lo que puedes hacer, o los cambios que puedes llevar a cabo, para prevenir que este disparador de recaída te ocasione problemas futuros.

Volver a ir a tres reuniones por semana

Alternar oa con otras reuniones de 12 pasos.

Llamar y apadrinar para mantenerme en contacto con el programa en los dias que no hay reuniones, especialmente cuando noto que me hace mas falta.

D. ¡Comienza de inmediato! Anota un cambio que puedas hacer inmediatamente. Luego, describe lo que cambiaste y el resultado de ese cambio.

Para compensar mi menor asistencia a las reuniones he empezado a volcarme más en otras herramientas. Ahora tengo dos ahijadas, y he empezado a llamar de nuevo, gracias a un nuevo móvil con llamadas mas baratas.

E. Haz una lista de personas importantes en tu vida, que necesitan estar enteradas de que el disparador de recaída que anotaste en el Punto A te representa un problema. De ser posible, escribe lo que ellas deben hacer si te ven cayendo en antiguos patrones de comportamiento.

Mi novia: quiero que me avise si ve que dejo de ir a las reuniones.

Mis compañeros de Oa: quiero que me llamen por telefono si veo que dejo de asistir a reuniones.

A. Selecciona un problema que sea un disparador de recaída importante para tí y escríbelo a continuación.

No apadrinarse ( o no usar lo suficiente la herramienta del apadrinamiento)

B. Anota algunas de las cosas que hiciste (o que te ocurrieron) que te hacen estar consciente de que este disparador es un problema.

Deje de estar en contacto con mi padrino.

C. Se especificó al anotar lo que puedes hacer, o los cambios que puedes llevar a cabo, para prevenir que este disparador de recaída te ocasione problemas futuros.

Volver a tomar el contacto regular con mi padrino.

Buscar una persona cerca de mi que pueda apadrinarme.

Usar la herramienta del apadrinamiento a la inversa, es decir, apadrinar yo.

D. ¡Comienza de inmediato! Anota un cambio que puedas hacer inmediatamente. Luego, describe lo que cambiaste y el resultado de ese cambio.

He cogido dos ahijadas para ejercer la herramienta del apadrinamiento, ellas mantienen mi cabeza pegada al programa. Fueron ellas las que me pidieron a mi que fuera su padrino, no yo. Eso para mi significa que aun tengo suficiente recuperación como para que otros se fijen en mi como ejemplo, que no todo esta perdido y que tengo que seguir adelante.

E. Haz una lista de personas importantes en tu vida, que necesitan estar enteradas de que el disparador de recaída que anotaste en el Punto A te representa un problema. De ser posible, escribe lo que ellas deben hacer si te ven cayendo en antiguos patrones de comportamiento.

Mis ahijadas: quiero tener un estrecho contacto con ellas, y sentir que las ayudo y que a la vez me ayudo a mi mismo mientras les muestro el camino de la recuperación.

Mis compañeras de Oa: quiero encontrar unas personas cercanas en los grupos a los que asista, que me sienta identificado con ella y que me quiera apadrinar.

Mi actual padrino: Me gustaría volver a tener contacto telefónico pero se que no es posible hasta que yo tenga una línea de teléfono fija. Me gustaría tener contacto mas constante.

A. Selecciona un problema que sea un disparador de recaída importante para tí y escríbelo a continuación.

No usar las juntas de Recuperación de manera efectiva, por orgullo y por lujuria

B. Anota algunas de las cosas que hiciste (o que te ocurrieron) que te hacen estar consciente de que este disparador es un problema.

Darme cuenta que no estaba compartiendo de manera sincera, ni hablando de lo que me pasaba por miedo a reconocer que estaba en recaída.

Recaer justo después de salir de una reunión. Salir de una reunión y comprar alimentos compulsivos para una semana, engañándome a mi mismo pensando que eran versiones Light de mis alimentos compulsivos en una transición a dejarlos.

C. Se especificó al anotar lo que puedes hacer, o los cambios que puedes llevar a cabo, para prevenir que este disparador de recaída te ocasione problemas futuros.

Compartir de manera sincera y directa en las reuniones.

Asistir a reuniones diferentes con gente diferente.

Negar mi lujuria destructiva y enfocarme en una lujuria constructiva con mi actual pareja.

D. ¡Comienza de inmediato! Anota un cambio que puedas hacer inmediatamente. Luego, describe lo que cambiaste y el resultado de ese cambio.

He comenzado a identificar en mi impulsos lujuriosos similares a la compulsión por la comida. Cuando estos vienen a mi cabeza, se que no tengo que escucharlos igual que no me escucho cuando mi mente pide alimentos compulsivos.

Estoy construyendo una bonita relación con mi actual pareja basada en los pilares de la sinceridad y la fidelidad.

He asistido a reuniones diferentes a las que voy habitualmente cuando lo he necesitado.

E. Haz una lista de personas importantes en tu vida, que necesitan estar enteradas de que el disparador de recaída que anotaste en el Punto A te representa un problema. De ser posible, escribe lo que ellas deben hacer si te ven cayendo en antiguos patrones de comportamiento.

YO: quiero que la lujuria deje de guiar mis acciones de manera inconsciente.

Mi novia: quiero que me trate bien y que se esfuerce igual que yo en construir nuestra relación, para así olvidarme de otras personas y pensar que nuestra relación es un acierto.

A. Selecciona un problema que sea un disparador de recaída importante para tí y escríbelo a continuación.

Sentir lastima de mi mismo

B. Anota algunas de las cosas que hiciste (o que te ocurrieron) que te hacen estar consciente de que este disparador es un problema.

No ir a eventos sociales ni practicar mis aficiones todo lo que me gustaría por miedo a recaer en mi enfermedad, y por no enfrentarme a la comida.

Empezar a quejarme a las personas que me rodean de las circunstancias de mi vida en tono negativo y pragmático.

Ver fotos de personas conocidas divirtiéndose y pensar que yo no puedo sentirme igual de vivo que esas personas.

C. Se especificó al anotar lo que puedes hacer, o los cambios que puedes llevar a cabo, para prevenir que este disparador de recaída te ocasione problemas futuros.

Ver los sacrificios no como un sacrificio si no como un placer, y sentir que son una pequeña victoria sobre la enfermedad. Decirme a mi mismo que otros no son capaces de hacer estos sacrificios para estar abstinentes.

Ver mis fotos de lo que he hecho en mi vida y pensar que yo también he disfrutado y vivido.

D. ¡Comienza de inmediato! Anota un cambio que puedas hacer inmediatamente. Luego, describe lo que cambiaste y el resultado de ese cambio.

Hable con una compañera por teléfono y me hizo ver que lo que yo consideraba un sacrificio y me hacia sentir inferior, en realidad era una victoria por que otras personas en oa no lograban hacer lo que yo.

He visto mis amplias galerías de fotos, he recordado los momentos buenos de mi vida (lejanos o cercanos) y he pensado que yo también he vivido y disfruto de mi vida hoy lo que puedo y lo que mi poder superior me deja. Acepto que vivir mas rápido e intensamente me llevaría a recaer, que vivo en un termino medio y que tengo que dar gracias por ello, por que mas me podría llevar a perderme en la comida y no poder vivir nada de nada.

E. Haz una lista de personas importantes en tu vida, que necesitan estar enteradas de que el disparador de recaída que anotaste en el Punto A te representa un problema. De ser posible, escribe lo que ellas deben hacer si te ven cayendo en antiguos patrones de comportamiento.

Mis amigos: quiero poder disfrutar de mis aficiones con ellos sin tener que preocuparme de la comida.

Mis compañeras de Oa: quiero poder tener vida social con mi gente de oa además de las reuniones, hacer cosas juntos.

A. Selecciona un problema que sea un disparador de recaída importante para tí y escríbelo a continuación.

Agotarme

B. Anota algunas de las cosas que hiciste (o que te ocurrieron) que te hacen estar consciente de que este disparador es un problema.

Camine de madrugada con sueño y hambre durante largos periodos de tiempo.

C. Se especificó al anotar lo que puedes hacer, o los cambios que puedes llevar a cabo, para prevenir que este disparador de recaída te ocasione problemas futuros.

Llevar comida conmigo, evitar tener que salir de noche de manera descontrolada y sin transporte. Ser consciente de que una juerga no merece una recaída, y si he de renunciar a salir de noche, hacerlo, para mejorar mi descanso, y para mantener mis horarios de comida.

D. ¡Comienza de inmediato! Anota un cambio que puedas hacer inmediatamente. Luego, describe lo que cambiaste y el resultado de ese cambio.

Una noche que quedamos para salir con mi cuñado y sus amigos, me lleve comida mía previendo comer fuera. Efectivamente fuimos a un restaurante que por la comida, por las cantidades, y por el ambiente, me resulto muy compulsivo, así que me salí de allí y pude comer mi comida abstinente en paz y tranquilidad.

E. Haz una lista de personas importantes en tu vida, que necesitan estar enteradas de que el disparador de recaída que anotaste en el Punto A te representa un problema. De ser posible, escribe lo que ellas deben hacer si te ven cayendo en antiguos patrones de comportamiento.

Mi novia: quiero que me vigile para que me advierta acerca de cuando cometo excesos de estar demasiadas horas despierto y sin comer hasta altas horas de la noche.

Mis amigos: quiero construir con ellos maneras de disfrutar tiempo libre sin tener que estar despierto de madrugada.

Mi jefe: quiero no tener que extender mi jornada de trabajo de manera inútil, solo cuando sea necesario. Afortunadamente mi jefe me comprende y me respeta en esto.

A. Selecciona un problema que sea un disparador de recaída importante para tí y escríbelo a continuación.

Sentirme diferente de los demás

B. Anota algunas de las cosas que hiciste (o que te ocurrieron) que te hacen estar consciente de que este disparador es un problema.

Renunciar a eventos sociales / mis aficiones / viajes por miedo a la recaída.

Cansarme de ser comedor compulsivo y querer tomarme unas vacaciones de la enfermedad, querer no trabajar y no sentirme enfermo.

C. Se especificó al anotar lo que puedes hacer, o los cambios que puedes llevar a cabo, para prevenir que este disparador de recaída te ocasione problemas futuros.

Cuando renuncie a un evento social con personas de fuera del programa, reemplazarlo con otro evento social con personas del programa. Así sustituyo situaciones de peligro, por situaciones en las que mi programa se potencia.

Asumir que el programa para mi es como respirar, si dejo de hacerlo me mato lentamente. No puedo tener vacaciones del programa, la enfermedad siempre va a estar ahí, si me relajo la dejo entrar en mi cabeza.

D. ¡Comienza de inmediato! Anota un cambio que puedas hacer inmediatamente. Luego, describe lo que cambiaste y el resultado de ese cambio.

Admito que soy diferente a los demás, y saco fuerza de ello. Soy diferente, especial, soy un comedor compulsivo en recuperación, llevo en mi interior la dualidad de la recaída y la abstinencia. En abstinencia mi persona brilla con la luz de la recuperación del despertar espiritual y esto me hace ser una persona única, especial que esta de parte de los vencedores.

He dejado de comer mucho en restaurantes con personas de fuera del programa, para empezar a comer siempre los sábados tras el grupo con las compañeras de oa.

E. Haz una lista de personas importantes en tu vida, que necesitan estar enteradas de que el disparador de recaída que anotaste en el Punto A te representa un problema. De ser posible, escribe lo que ellas deben hacer si te ven cayendo en antiguos patrones de comportamiento.

Mis compañeras de Oa: quiero que estando con ellas me siento comprendido y aceptado, que no soy diferente ni estoy marginado, que soy valido y que estoy avanzando en mi recuperación en comunidad con mi grupo, que en el fondo son mi familia que me quiere y me apoya.

A. Selecciona un problema que sea un disparador de recaída importante para tí y escríbelo a continuación.

Enfocarme en lo negativo

B. Anota algunas de las cosas que hiciste (o que te ocurrieron) que te hacen estar consciente de que este disparador es un problema.

Cuando me vi de nuevo en recaída se me vino el mundo encima y me deje arrastrar por la negatividad. De repente me volví muy negativo, me quejaba por todo, y sentía mucha angustia interior. Me expresaba en términos victimitas a las personas que me rodeaban, buscando confesarme, compresión y apoyo, como dando pena. Todo en mi era lastima por mi mismo y negatividad.

C. Se especificó al anotar lo que puedes hacer, o los cambios que puedes llevar a cabo, para prevenir que este disparador de recaída te ocasione problemas futuros.

Escribir agradecimientos. Cuando un pensamiento negativo me sobrepase, escribirlo, luego darle la vuelta escribirlo en positivo, y luego llamar a una compañera de oa para leérselo.

Vigilar como me hablo a mi mismo en mis pensamientos, hablarme siempre en positivo. Disfrutar de las pequeñas cosas, dando gracias por cada segundo de vida que disfruto.

D. ¡Comienza de inmediato! Anota un cambio que puedas hacer inmediatamente. Luego, describe lo que cambiaste y el resultado de ese cambio.

Nunca deje de escribir agradecimientos, aun en los días de recaída, lograba sacar lo bueno de cada jornada.

E. Haz una lista de personas importantes en tu vida, que necesitan estar enteradas de que el disparador de recaída que anotaste en el Punto A te representa un problema. De ser posible, escribe lo que ellas deben hacer si te ven cayendo en antiguos patrones de comportamiento

Mis compañeros de trabajo, mis compañeros de oa, mi pareja: quiero que me adviertan de palabra cuando me noten que me expreso de manera negativa y empiezo a aislarme.