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viernes, octubre 05, 2007

Cada reunion de oa es una verificacion de que dios puede devolverme el sano juicio (y no, no soy un fanatico religioso...)

Dios me habla a través de otros compañeros en recuperación. Mi fe se nutre de la fe de otros, y dios llega hasta mi a través de los brazos de mis hermanos y hermanas en oa. Es en sus palabras donde yo veo la sensatez y la serenidad que a mi me hace falta para avanzar en mi recuperación. Es en el testimonio de un recién llegado o de un compañero en recaída, donde recuerdo lo mal que estuve y me da la motivación para no volver a querer a estar asi.

Es en oa donde mi cabeza se pone en su sitio y se libera del asalto continuo de la comida que hay en nuestra sociedad hoy día, y en la que tengo que vivir inmerso quiera yo o no quiera por que es lo que hay.

Es que es la noche al día. Sentirme querido, aceptado, escuchado, valorado, apoyado, y mil buenos sentimientos mas, donde antes solo había soledad, miedo, desesperación y odio hacia mi mismo. No concibo vivir sin Oa, no podría vivir como lo hacia antes. No podría estar otra vez perdido en tinieblas sin la luz de la fe para guiarme.

Cada vez que voy a una reunión, se renueva mi compromiso con el programa de los 12 pasos. Se me recargan las ganas de vivir. La compulsión desaparece. En cada reunión aprendo algo nuevo de las personas que comparten.

En una reunión, igual que cuando uso la herramienta del teléfono, o la de la escritura, vacío mi interior. Me descargo, me desahogo. Suelto lo que me pasado, lo comparto con otras personas que me comprenden, por que viven y sienten mi misma enfermedad que es un trastorno de la alimentación.

Asi puedo verme a mi mismo desde fuera a través de los ojos de otros, y puedo sentir su calida mano que me guia en el camino de mi recuperación. Ellos saben ver en mi interior, lo que yo no veo en mi, los signos ocultos de esta enfermedad tan astuta y sigilosa. Así allí cuidan de mi, por que en los grupos cuidamos los unos de los otros, y la mano de dios esta de tras, por que el que una simple llamada de teléfono a tiempo evite un atracón es un milagro.

La fe se trasmite con el ejemplo. Muchas veces como comedor compulsivo y como obeso había pues mirado con desgana maneras de adelgazar, nutricionistas, dietas, pastillas, nada funciono, excepto el vegetarianismo. Cuando llegue a oa, y vi lo que otros tenían (recuperación fisica, mental, y espiritual) yo también lo quería. Quería esa serenidad, ese sano juicio, esa paz interior, esa calma, es abstinencia, esa calidad de vida que mi enfermedad había destruido. Si ellos podían, yo también podía, incluso me ayudaban a hacerlo, me enseñaban como. Y poco a poco mi cabeza se fue poniendo en orden, empecé a cuidar de mi mismo, mi vida fue a su cauce. Cada reunión fue un ladrillo de una nueva vida que construí para mi, mucho mejor que la anterior.

Por todo esto cada reunión me da la misma vida. Cada vez que me he perdido una reunión la recaída se ha acercado, por que la voz de la recuperación se calla y entra la voz de la comida. Asi pues hoy día no concibo mi vida sin Oa, y no concibo vivir sin ir a las reuniones, y sin creer en mi recuperación y en el programa de doce pasos.

1 Comentarios:

Blogger koper escribio...

ya tengo ganas de asistir a una reunion...

incluso de conocerte en persona

30 octubre, 2007 00:59  

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