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jueves, octubre 18, 2007

Un articulo interesante: una vision de los grupos de doce pasos en chile

Articulo extraido de

http://www.latercera.cl/medio/articulo/paraimpresion/0,0,38039818_90162750_119117314,00.html

ADICTOS ANÓNIMOS

Sanación en secreto

Son miles los adictos en Chile que a diario luchan por mantener bajo control su enfermedad. Una vía son los grupos de apoyo que les permiten mantenerse ?limpios?. A ellos acuden desde alcohólicos y comedores compulsivos hasta adictos al amor. Pero como su nombre lo indica: son anónimos. Sólo quienes necesitan ayuda conocen su paradero.

AUNQUE NO EXISTEN CIFRAS sobre cuántos adictos asisten en nuestro país a grupos de apoyo para combatir su enfermedad, lo concreto es que son cientos los hombres y mujeres de todas las edades, estratos sociales y profesiones que luchan a diario por mantenerse "limpios". Con frecuencia esta etapa es posterior a la terapia y constituye una herramienta eficaz que emplea el adicto para "salir del infierno", como ellos le llaman a la enfermedad en bruto, cuando está fuera de control. El sistema de trabajo que se desarrolla adentro de estas agrupaciones es a través del conocido método de los 12 pasos, que comenzó a emplearse hace 50 años en Estados Unidos para la rehabilitación de alcohólicos y que hoy se utiliza en el mundo entero para tratar todo tipo de adicciones.

Pero ¿quién es un adicto? La psiquiatría y la psicología la definen de manera más o menos similar. Describen al enfermo como una persona que presenta conductas dependientes que derivan en consecuencias negativas tanto en quien las padece como en su entorno más cercano. Y aunque no todas las adicciones son iguales, ya que pueden ser psicológicas o químicas, sus resultados son igual de catastróficos.

Para los adictos, las metas de mejoría que manejan no son a largo plazo. Un simple día sin beber, fumar, consumir cocaína, comer compulsivamente o evitar a la persona que gatilla sus demonios constituye un acto heroico para el enfermo. Por esa razón, cada vez que el grupo de apoyo inicia una sesión la primera frase que recitan es: "felices 24 horas sin…". El ambiente que se respira en cada uno de estos lugares, que funcionan gratuitamente a diario o semanalmente, es el de la complicidad que otorga el dolor compartido. Las miradas se asemejan, se agrupan, se buscan.

Wildo Iglesias es un adicto que hasta el día de la entrevista llevaba tres años y seis meses "limpio". Su adicción es al sexo pagado, pero el compromiso que adquirió con él y el grupo de apoyo al que asiste lo ha hecho convertirse en uno de los pocos adictos anónimos que se atreven a hablar de su enfermedad. "Al interior de los cuartos (nombre que reciben los centros de apoyo de N.A.) el adicto no puede mentir, porque entre nosotros no tiene sentido engañarse. Uno va allá para trabajar la rehabilitación de esta enfermedad, que es espiritual. Porque lo que siente el adicto es un vacío interno que busca llenar con lo que sea. El punto es que con esta enfermedad se pierde el sentido de la proporción y cuando se recae, la primera reacción es buscar mucho de lo que falta para saciarse", dice.

Ya sea en Narcóticos, Alcohólicos o Adictos al Sexo Anónimos el tema es el mismo: mantener bajo control la enfermedad, porque eliminarla resulta imposible. En cada reunión estos grupos desarrollan el programa de los 12 pasos y hablan sobre las dificultades que debieron enfrentar para evitar una recaída. Existen cuartos de NA que funcionan durante horas de oficina y algunos que han comenzado a abrir sus puertas cada fin de semana en la noche. Rommy, empresaria, quien también forma parte de Narcóticos Anónimos, señala que habilitaron estos centros debido al aumento de adicciones en ciertos sectores de la capital, como es el caso del área sur de Santiago. En esos lugares, en particular, se tocan temas fuertes. Allí por lo general acuden quienes están viviendo el infierno. Los que funcionan durante el día son más bien para contener a oficinistas, estudiantes y trabajadores en proceso de rehabilitación. Al del sector oriente asisten muchos profesionales y empresarios. Lo importante es que se cumplen los objetivos del programa y se respeta el anonimato. "Ahí todos vamos a tratar de mantener bajo control la adicción que sufrimos. A ellos acuden desde alcohólicos hasta jugadores compulsivos. La eficacia del método sirve para todos", destaca.

Mauricio Sanhueza, psicólogo clínico, enfatiza que "un adicto lo será toda su vida". Por esa razón, el programa de los 12 pasos le permite al enfermo mantenerse limpio. La metodología tiene varios componentes, pero el más importante es que le ayuda a la persona a darse cuenta de que su enfermedad es más fuerte que él. Por ese motivo, un adicto al alcohol debe entender que cada vez que toma un trago su vida se volverá inmanejable. "Quienes sufren algún tipo de adicción deben asumir que existen ciertas cosas con las que no podrán lidiar nunca más", aclara.

Sanhueza, además de atender en su consulta a adictos a drogas, al alcohol o la nicotina, entrega terapia psicológica a personas enfermas de adicción al amor y/o al sexo, que se consideran adicciones psicológicas. Desde su perspectiva "un adicto es cualquier persona que buscan tranquilidad, llenando su vacío con personas, lugares o cosas fuera de ellos".

Según el especialista, si bien la terapia para un adicto es una parte fundamental dentro del proceso de rehabilitación, una vez que esta concluye es fundamental que pertenezca a un grupo de apoyo, que tenga redes que lo protejan, que lo obliguen a seguir trabajando su enfermedad fuera de la consulta y con sus pares. Es un beneficio mutuo al trabajar en conjunto.

Los 12 pasos, por su estructura, garantizan un buen funcionamiento. "En estos lugares nadie es el jefe y quienes hacen de coordinador deben ir rotando su participación. Adentro no se aconseja, juzga o ruega a nadie para que asista. Tampoco se rescata a nadie. La persona sola debe tener ganas de sanarse", agrega.

A los primerizos, comenta Wildo Iglesias, quien es presidente del directorio de la Corporación de Narcóticos Anónimos, "se les entregan los teléfonos de las personas que conforman el grupo de apoyo. Esto con el objetivo de que frente a una posible recaída se recurra a su red para que lo ayude".



\ ADICTOS AL AMOR Y?


Hay conductas humanas que pueden transformarse en adictivas, como la comida, el sexo, el trabajo, las relaciones afectivas o el amor. "Lo que hay que hacer con las adicciones es calmar la herida. Un adicto al amor, por ejemplo, no busca un mal amor. Lo que sucede es que cada vez que se involucra afectivamente dice: ´esta vez va a ser distinto´. Y por ello, siempre busca una persona distinta a la anterior, pero las cosas siempre se dan de la misma manera, mientras él o ella sigan mirando el amor a través de la herida que no ha sanado. Es difícil explicar cómo funciona la lógica de las adicciones, pero aun sabiendo el dolor que genera la relación hay mucha gente que prefiere seguir sufriendo", explica Mauricio Sanhueza.

Los adictos al amor, al sexo, al juego o a la comida en rehabilitación deben permanecer entre seis meses y un año en abstinencia. "La idea es que sientan el dolor de lo que eso significa. Se trata de generar un estado similar al que sienten los alcohólicos cuando dejan de beber. Lo que sucede en estos grupos de apoyo y en conjunto con la terapia es que la persona logra asumir las cicatrices que lo avergüenzan, sanar su soledad en forma sana y trabajar los puntos de estos 12 pasos que les resulta difícil de enfrentar", agrega.

Pero el psicólogo sostiene que la voluntad no es suficiente para controlar una adicción. "Si la persona se conecta una vez con el alcohol, la droga o la persona que le gatilla su enfermedad, la voluntad no sirve. Lo que sucede es que cualquier adicción es un legítimo intento por buscar un alivio al estrés, pero se hace en el lugar equivocado. De esta manera, terminamos dejando que nos abusen y abusando de otros".

La adicción a la comida es una adicción solapada. En Chile existen muchas personas que sufren este mal y que no reconocen su enfermedad. Soledad es una comedora compulsiva anónima que comenzó asistiendo a un grupo de apoyo hace cuatro años.

"La primera vez que fui a Comedores Compulsivos Anónimos (CCA) escuché que lo que tenía era una enfermedad y no una simple falta de fuerza de voluntad. Me tomó bastante tiempo internalizarlo y aceptarlo. Por eso mismo dejé el programa por algún tiempo, hasta que llegué a un punto crítico donde sentí que no podía seguir viviendo de la manera en que lo estaba haciendo. Aceptar mi enfermedad dio un vuelco a mi vida. Permitió que cambiaran mis prioridades, me hizo ordenarme, salir de mi egocentrismo, darme cuenta de que se trataba de una enfermedad progresiva y mortal y no de un simple ´problema con el peso´", cuenta.

Para Soledad los CCA han sido el pilar en su recuperación. Allí dice que aprendió que es una adicta a la comida. "A través del programa me di cuenta de que tapo mis sentimientos y emociones comiendo, que prefiero vivir la vida con la cabeza metida en el refrigerador antes que aceptar mis responsabilidades, que no puedo parar de comer, especialmente ciertos alimentos como las harinas y el azúcar, que en mi caso disparan mi compulsión. Significa que paso mucho tiempo en el día pensando en comida, ya sea culpa por lo que me comí ayer o lo que quiero comer. Como escondida por vergüenza y me carga mi cuerpo. No acepto mi vida como es y creo que comiendo voy a solucionar las cosas. Pero también significa que existe un lugar donde me siento cómoda, ya que allí encuentro gente que comparte el mismo problema de adicción". \\

\ Por: Jacqueline Otey


1 Comentarios:

Anonymous Anónimo escribio...

Buen artículo.

Algo sobre los 12 Paos en:

www.12pasosrecuperación.blogspot.com

Nagual Juan

19 junio, 2008 22:35  

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