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miércoles, abril 15, 2009

Sobre la herramienta del telefono

Sobre la herramienta del teléfono, me he dado cuenta que a muchas personas en oa nos paraliza de llamar la vergüenza. La vergüenza es una mezcla de miedo, pereza y autocompasión. ¿Como voy yo a llamar para pedir ayuda, guía, orientación? Nosotros en el programa tenemos 8 herramientas que usamos para recuperarnos, pero la enfermedad tiene todo un compendio de defectos de carácter que tienen el fin de hacerme sufrir, mantenerme en la enfermedad y al final, llevarme a comer compulsivamente. Los defectos de carácter, como el miedo, benefician a la enfermedad, por que es por ellos por donde entra el sufrimiento que luego quiero tapar comiendo. No hacer cosas por miedo es dejarse vencer por la enfermedad.

Además tenemos que pensar que cuando llamamos, no es una molestia. A todos nos cuesta llamar. Ponemos mil excusas, que si el móvil esta caro, que si no se que voy a decir, que si que van a pensar de mi, que si voy a molestar. Uno, para móvil caro, para eso están las tarifas planas. Yo tengo una de ventipocos euros y hablo todo lo que quiero y más. Ya no me vale de excusa poner el dinero (avaricia) para no llamar. Sobre molestar, yo siempre pregunto: ¿puedes hablar ahora? Y ya me dicen si o no, y si no pueden pregunto cuando pueden, o que me llamen cuando puedan. Y no pasa nada. Si estoy en una urgencia, llamo a otra compañera y luego la otra persona me llamara de vuelta.

Por otro lado es bueno pensar que la otra persona va a recibir de ti también, vais a compartir y ambas personas al teléfono salen beneficiadas. Le estas haciendo un favor a la persona a la que llamas, muchas veces llevas una voz del programa, salís de vuestra vida y por ese momento compartís recuperación. Quizás era lo que le hacia falta a la persona a la que llamas justo en ese momento, salir un poco de su vida de la situación enfermiza en la que estaba y escuchar la voz de una compañera. A lo mejor ni tienes que hablar tú y es la otra persona la que te habla y tu solo tienes que escuchar. Esto no es para nada molestar, todo lo contrario es un beneficio mutuo.

En cuanto a horarios, yo era de atracones nocturnos asi que tengo a compañeras autorizadas a llamarme de madrugada si lo desean. Lo que sea antes que comer. Hasta la ultima consecuencia. Una vez me vi solo por los vestíbulos de una gran estación de trenes a las 5 de la mañana esperando el primer tren de la mañana, con dinero en el bolsillo y parándome delante de todas las maquinas. Pude llamar y salir del paso hablando con una compañera, que ella me había llamado a mi a las 2 de la mañana. Como sabia que estaba despierta la llame de vuelta cuando me hizo falta. A mi no me importa que me llamen a la hora que sea cuando sea quien sea. Si es para oa y para mi recuperación siempre estoy disponible. Es mi compromiso, darme a los demás comedores compulsivos hace que me refuerce en mi recuperación. Mi teléfono siempre esta abierto. A día de hoy me llaman más que yo llamo, y ese es el milagro, ya no me cuesta llamar. Me llaman. :-) (pero también yo llamo cuando lo necesito, que conste)

Las personas al otro lado del teléfono no mordemos. Somos personas con la enfermedad de comer compulsivamente igual que quien llama. No nos cerremos esa vía de recuperación. Yo cuando un día hablo con dos o tres personas de oa (que es mi media más o menos) es como si hubiera ido a una reunión. El miedo a montar en bicicleta se pierde montando en bici. La primera vez que uno llama y ves que no pasa nada, si no que encima te sientes mejor, se quita el miedo a llamar. En cuanto al miedo, como se que el miedo favorece a mi enfermedad, cuando una cosa me da miedo, me tiro de cabeza a hacerla con toda la fe del mundo en que eso es lo que a mi enfermedad no le viene bien, y si a mi mente enferma no le viene bien, es que me va a recuperar. El miedo es la brújula de lo que tengo que hacer para recuperarme. La enfermedad usa el miedo contra mi para mantenerme paralizado y que no haga las cosas que me recuperan. Todos tenemos miedo al principio, de las herramientas, de las otras personas en los grupos, pero es ficticio. Es lo que usa la enfermedad para intentar que no me ponga en marcha, vaya que la heche de su trono en mi cabeza.

El teléfono es una herramienta de recuperación. Repito alto y claro. Herramienta de recuperación. Algo que uso o que hago para recuperarme. Si nos las uso no me recupero. Así de sencillo. Por otro lado la enfermedad es fría, despiadada, cruel. No da tregua ni cuartel. Ni piedad ni ninguna clase de descanso. Necesito todas y cada unas de las herramientas de recuperación funcionando a pleno rendimiento para mantener a la enfermedad a ralla en mi cabeza enferma. Todas, las ocho. Si me permito el lujo de negarme una de ellas, me estoy cerrando puertas a mi mismo, maneras de mejorar. Además cuanto mas las use y cuanto mas numero de ellas use, mas rápido me recupero. Pero como todo, hay que empezar poco a poco, ir asimilando en tu vida, dia a dia, poquito a poquito, el uso de las herramientas. Esa resistencia que notamos al uso de las mismas, es la enfermedad tratando de aferrarse a ti para no irse.