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lunes, septiembre 07, 2009

¿es la obesidad contagiosa?

Mas abajo incluyo dos artículos que hablan sobre si la obesidad es contagiosa o no.

Esta es mi reflexión tras leerlos.

Dejando a parte cuestiones genéticas y hereditarias ¿hasta que punto la obesidad es contagiosa? Leer estos artículos me da mucho que pensar. Creo que las personas intercambiamos ideas y actitudes de manera inconsciente, y que somos permeables a los hábitos. Siempre nos ofrecen de comer, siempre nos llevan a comer a algún sitio especial. Trasmitimos los unos a los otros la manera de comer.

Desde mi óptica como persona con un trastorno de la alimentación como es la compulsión por la comida ¿hasta que punto han influido mis amistades en mi manera de comer y en que desarrollara un trastorno alimenticio?

Tenia un grupito de amigos, con los cuales, después de hacer deporte, íbamos a degustar las mejores viandas en tamaño industrial, para reponer fuerzas. De adolescente recuerdo salir mucho a macdonalds y hamburgueserias.

Igual que los alcohólicos tienen compañeros de borrachera ¿tenia yo compañeros de atracones? Se de algunas compañeras de oa que si.

El ámbito social claro que me ha influido, pero no es el único factor, hay mucho mas dentro de mi y de quien soy. Ahora que estoy abstinente de comer compulsivamente, he de mirar quien pongo a mi lado, igual que un drogadicto desintoxicado deja de estar rodeado de personas que toman drogas, yo tengo que dejar de lado personas que intenten trasmitirme maneras dañinas de comer para mi.

Y ahoras los articulos:


Un estudio revela que la obesidad se 'contagia' entre los amigos

Articulo original en : http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=428439&idseccio_PK=1021

• Una persona tiene un 37% más de riesgo de engordar si su cónyuge es obeso
• La convivencia con quien tiene exceso de peso convierte los kilos de más en aceptables

En lo que algunos especialistas han calificado de "uno de los estudios más excitantes que han aparecido en la sociología médica en décadas", The New England Journal of Medicine ha publicado esta semana un informe en el que describe cómo las relaciones sociales contribuyen altamente a que se extienda la obesidad.
Según las conclusiones de la investigación, una persona tiene un 37% más de posibilidades de engordar si su cónyuge es obeso o se convierte en obeso, porcentaje que sube al 40% si es un hermano, al 57% si es un amigo y al 171% si es un amigo íntimo. El mismo proceso se da para adelgazar, aunque lo que se propaga es la obesidad porque es la tendencia generalizada.

COMO UN INCENDIO FORESTAL
Es decir, que la obesidad se transmite a través de las redes sociales casi como un virus, o mejor, como una moda. Si, por cualquier motivo, una persona engorda, su situación lleva a que ganar peso sea más aceptable para las personas de su alrededor. Visto así, cada obeso es un potencial hacedor de más obesos. "Lo que se extiende es una idea. A medida que la gente de tu alrededor gana peso, tu actitud hacia ello cambia y puedes seguir la tendencia. Una vez empieza el proceso, es difícil de detener, se puede extender como un incendio forestal", explica el doctor Nicholas A. Christakis, un médico de la Harvard Medical School y uno de los principales responsables del estudio. "Tú te formas una idea de lo que es un cuerpo aceptable según lo que hay a tu alrededor" , afirma.
Para llegar a estas conclusiones, Christakis y sus colegas han estudiado los datos de una red social formada por 12.067 personas entre 1971 y el 2003. El análisis es muy complejo, ya que llega hasta terceros grados de relación (por ejemplo, el amigo del amigo del cónyuge), y concluye que alguien desconocido puede acabar afectando a tu propio peso si en medio ha hecho engordar a una persona cercana. Este proceso de contagio social explicaría porqué en países como EEUU --y, en general, en todo Occidente-- la obesidad aumenta cada año de una forma imparable.

EL COLEGA FLACO
Según Christakis, las conclusiones de su estudio no implican que este contagio social sea la única causa de la obesidad. Una persona gana peso por factores muy variados, que van desde la predisposición genética a unas franjas de peso determinadas hasta una dieta poco equilibrada, pasando por el sedentarismo y la falta de ejercicio físico. Ahora bien, en el momento en que la obesidad entra en una red social es cuando puede transmitirse por contagio.
Como era de esperar, estas conclusiones han recibido críticas por parte de otros especialistas en obesidad, ya que acusan al informe de estigmatizar a los gordos. Algo así como que si quieres evitar engordar tienes que buscarte un círculo social de flacos. "Creo que existe un gran riesgo de culpar a los obesos todavía más por cosas que están causadas por un terrible entorno", afirma Kelly D. Brownell, especialista en obesidad de la Universidad de Yale. Christakis rechaza esta interpretación. No se trata de romper con tus amigos o tu pareja obesa, dice, sino de encontrar un amigo flaco que influya en el comportamiento del obeso.

La obesidad es socialmente contagiosa, según un nuevo estudio

Articulo original: http://www.solociencia.com/medicina/07082206.htm

(NC&T) El estudio, realizado por Nicholas Christakis de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, y James Fowler, de la Universidad de California en San Diego, sugiere que la obesidad es "socialmente contagiosa", extendiéndose de persona a persona en una red social.



El estudio, el primero en examinar este fenómeno, ha desvelado que si una persona se vuelve obesa, aquellas otras personas estrechamente relacionadas con ella tendrán una mayor probabilidad de volverse obesas también. Lo sorprendente es que el mayor efecto se observa entre amigos, y no entre personas que comparten los mismos genes o el mismo hogar.

Según los investigadores, si alguien a quien usted considera amigo se vuelve obeso, las probabilidades para usted de padecer obesidad subirán a un 57 por ciento. Entre amigos mutuos, el efecto es aún más fuerte, con las probabilidades aumentadas en un 171 por ciento.

Christakis y Fowler también estudiaron la influencia de hermanos, cónyuges y vecinos. Entre hermanos, si uno se vuelve obeso, la probabilidad de que el otro también llegue a serlo es del 40 por ciento; entre los esposos, es de un 37 por ciento. No se detectó efecto entre los vecinos, a menos que también fueran amigos.


Los círculos amarillos corresponden a personas obesas, y los verdes a personas de peso normal. Las líneas indican conexiones de amistad y parentesco.


Los investigadores analizaron datos de un período de 32 años, abarcando a 12.067 adultos, que eran objeto de evaluaciones médicas periódicas como parte de un extenso estudio sobre el corazón.

Christakis y Fowler fueron capaces de cartografiar una red social densamente interconectada entre los sujetos bajo estudio.

Tomó dos años elaborar el mapa de esta red e incluir en el mismo la información del índice de masa corporal de los participantes. Entre las primeras curiosidades que los investigadores notaron fue que, encajando con los hallazgos de otros estudios que señalan la existencia de una epidemia de obesidad en Estados Unidos, la red aumentaba con el paso del tiempo.

También advirtieron de inmediato la existencia de agrupaciones de individuos gruesos y agrupaciones de individuos delgados. El análisis estadístico reveló que estos agrupamientos no pueden ser atribuidos sólo a la formación selectiva de lazos entre las personas de pesos similares. No es el hecho de que a los obesos o a los no obesos les guste hacer amigos entre las personas de peso similar. Más bien hay una relación directa, de tipo causal.

El análisis posterior también sugirió que la influencia de las personas sobre el estatus de obesidad de los demás no puede ser reducida meramente a similitudes en los estilos de vida y el medio, como, por ejemplo, personas compartiendo juntas los mismos alimentos, o relacionándose en las mismas actividades físicas. No sólo tuvieron los hermanos y los cónyuges menos influencia que los amigos, sino que la geografía tampoco desempeña ningún papel. El estremecedor impacto de los amigos parece ser independiente de si viven en la misma región o no.

"Cuando estudiamos el efecto de la distancia, nos encontramos con que el amigo que vive a 500 millas tiene tanto impacto sobre la obesidad de una persona que aquel que vive en la casa de al lado", explica Fowler, que es profesor de ciencias políticas en su universidad, y experto en redes sociales.

En parte porque el estudio también identifica un mayor efecto entre las personas del mismo sexo, los investigadores creen que las personas afectan no sólo al comportamiento de los demás sino que también, de una forma más sutil, a sus normas de conducta o escalas de valores.

"Lo que parece estar sucediendo es que una persona que se vuelve obesa promueve probablemente un cambio en las normas acerca de qué se considera como un peso corporal aceptable. La gente se va convenciendo de que ese sobrepeso es aceptable, ya que las personas con la que se relaciona tienen ese sobrepeso, y este cambio de mentalidad se va propagando", explica Christakis.

"Se trata de una cuestión sobre las ideas de las personas acerca de sus cuerpos y su salud", explica Fowler. "De manera consciente o inconsciente, la gente se guía por otras personas cuando tiene que decidir cuánto puede comer, qué nivel de ejercicio físico debe mantener, y cuál es el límite máximo de peso que no ha de superar. Los efectos sociales, en mi opinión, son mucho más fuertes que lo que se había creído hasta ahora. Ha habido una intensa dedicación a la tarea de hallar genes responsables de la obesidad y de procesos físicos que conducen a la obesidad, y lo que nuestro estudio sugiere es que se debería dedicar igual atención a examinar la vertiente social del problema".

Las implicaciones que el estudio tiene para las políticas dirigidas a combatir el problema de la obesidad, son profundas. Los efectos de Red Social detectados en la propagación de la obesidad, según los resultados de este estudio, alcanzan tres grados de separación, es decir, hasta los amigos de los amigos de nuestros amigos, de modo que cualquier intervención de salud pública que pretenda reducir la obesidad debería tener en cuenta esta circunstancia.

Es obvio que hay casos de obesidad de índole exclusivamente metabólica, en los que ni las dietas para adelgazar ni una férrea voluntad para hacer ejercicio físico y seguir una dieta equilibrada, logran mitigar de manera satisfactoria el problema, a veces solucionable tan sólo mediante el paso por el quirófano (bypass gástrico o cirugía bariátrica), un recurso sin duda mucho más drástico que una simple liposucción. Sin embargo, no es menos cierto que la percepción social de la obesidad desempeña un papel fundamental en el estilo de vida que cada persona acaba llevando, y también en su escala de valores sobre peso y salud.

Por otra parte, tampoco debemos hundirnos en el pesimismo creyendo que nuestros amigos nos engordan: "Cuando ayudamos a alguien a perder peso, no estamos ayudando sólo a una persona, estamos ayudando a perder peso a varias personas", subraya Fowler. "Es importante recordar que nuestro estudio no sólo muestra que ganar peso es socialmente contagioso, sino que también lo es perderlo".

1 Comentarios:

Anonymous GORDOS NUNCA MAS escribio...

INTERESANTE LAS NOTAS Y TU REFLECCIÓN, PERO CREO QUE LA PALABRA NO ES "CONTAGIOSA", ES REPRODUCTIVA, SE REPRODUCE EN EL OTRO SIEMPRE Y CUANDO EL OTRO TENGA TENDENCIA A LA OBESIDAD, SI NO SOLO SE LE TRASLADARÁ LA MALA FORMA DE COMER Y LA MALA ALIMENTACIÓN

30 septiembre, 2009 23:01  

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