ESCRIBE AQUI EL TEMA SOBRE EL QUE QUIERES LEER EN MI BLOG:
Búsqueda personalizada

martes, diciembre 21, 2010

Los 12 Síntomas. “Hacer Dieta sin Recuperación”

El Síndrome de la Intoxicación Sin Comida (Borrachera Seca)

Los 12 Síntomas. “Hacer Dieta sin Recuperación”



No es lo mismo estar en abstinencia física que estar en recuperación.

Estar en abstinencia física, significa simplemente dejar de consumir carbohidratos, dejar de comer compulsivamente, dejar afuera los alimentos que nos despiertan la compulsión, abstenernos del primero bocado compulsivo y pesar o medir.

Recuperación significa aprender a vivir en abstinencia física mediante un continuo crecimiento emocional y espiritual, que permita alcanzar madurez en las tres áreas que nos integran; física, emocional y espiritual. En otras palabras: la suma de la abstinencia física y la madurez constituyen la recuperación.

Muchos comedores compulsivos (alcohólicos) dejan de comer (beber) pero no crecen emocional ni espiritualmente.

Aunque permanezcan abstemios en el área física continúan siendo unos bebes emocional y espiritualmente. Estas personas padecen lo que se llama “El Síndrome de la Intoxicación sin Comida” (Borrachera Seca).

Este síndrome es una forma de neurosis que padece el comedor compulsivo (alcohólico) que esta en abstinencia física, quien solo se conforma con dejar de comer (beber). Impide la plenitud de vida del comedor compulsivo (alcohólico), provoca que persistan sus problemas familiares, laborales y sociales, y que continúen la insatisfacción y la infelicidad. Así mismo, constituye una de las principales causas de recaídas de los comedores compulsivos (alcohólicos).



Lograr la abstinencia física es tan solo el fin del principio

El verdadero camino hacia la recuperación comienza en el momento cuando se alcanza una absoluta convicción de la abstinencia física, cimiento donde se construirá el edificio de la recuperación.

Es muy importante que un comedor compulsivo (alcohólico) en recuperación aspire verdaderamente a la recuperación y no se quede en la mediocre conformidad de la abstinencia física. Si es difícil dejar de comer, es mucho más difícil crecer emocionalmente y espiritualmente, para alcanzar la madurez. No se olvide que la combinación de abstinencia de comida (alcohol) mas la madurez emocional y espiritual del individuo es lo que constituye verdaderamente la recuperación.

En esta ocasión solo presentamos la lista de los síntomas y explicaremos, breve y rápidamente, cada uno de ellos:



1. Inmadurez e infantilismo:

Detención del crecimiento emocional y persistencia de las dependencias. Es el síntoma esencial de la intoxicación seca (borrachera seca). La incapacidad de crecer emocionalmente. Aunque ya no come (bebe), el comedor compulsivo (alcohólico) sigue siendo un niño en su manera de pensar, de manejar sus emociones y de actuar. Al seguir siendo un niño en lo emocional, no podrá comprometerse como un adulto responsable que pueda alcanzar sus objetivos de vida. Como buenos bebes emocionales estos comedores compulsivos (alcohólicos) siguen dependiendo de figuras tales como su madre, su padre, sus hermanos, su esposa, sus amigos, su jefe, etcétera. Esta dependencia impide que obtengan dos condiciones fundamentales en la recuperación que son la autonomía y la responsabilidad. Al estar atados emocionalmente a otras personas, continúan culpando a estas de sus fracasos existenciales y siguen jugando el papel de victimas y en la auto-conmiseración.



2. Actitud permanente de deshonestidad ante si mismo y los demás.

La deshonestidad es un mal hábito que adquiere el comedor compulsivo (alcohólico) durante el desarrollo de su enfermedad. Engaña, miente, inventa pretextos, promete y no cumple, hace trampa, no respeta las reglas del juego, pide prestado y no paga, ofrece mordidas para evitar ser detenido y practica otro tipo de corruptelas, etcétera. Esta inercia de deshonestidad permanece aun después que el comedor compulsivo (alcohólico) deja de comer (beber). Le sigue mintiendo a su esposo/a, continua sin pagar sus deudas, persisten las promesas incumplidas, entre otros. Con frecuencia sigue mintiendo a su terapeuta o dice mentiras en su grupo. Le cuesta mucho trabajo la práctica cotidiana de la honestidad. Lo mas grave del caso es que muchas de estas mentiras el se las cree, persistiendo esta actitud de evadir su propia realidad y no aceptarla.



3. Amargura e insatisfacción emocional por persistencia de los resentimientos.

A pesar de que ya no come (bebe), el comedor compulsivo (alcohólico) no logra alcanzar esa plenitud de vida donde dienta la satisfacción por vivir. Esta descontento, inconforme, con muchas áreas de amargura en su vida y sin poder saborear las mieles de la recuperación. Dejar de comer (beber), para el, constituye una obligación mas que una convicción y la recaída suele ser frecuente entre los insatisfechos existenciales. Además guarda aun muchos resentimientos de su vida pasada que no ha podido superar. Esta enojado con la gente y con el mundo. Son los tipos intoxicados sin comida (borrachos secos) encadenados al pasado que no pueden aplicar el solo por hoy.



4. Permanente sentimiento de culpabilidad con autodevaluacion, minusvalía y tendencia al autocastigo.

Estos comedores compulsivos son los que arrastran un lastre terrible de culpabilidad acumulado en el pasado y que no se han logrado perdonar. Siguen sintiéndose culpables de muchas situaciones, como la muerte de un ser querido, la enfermedad de alguno de sus hijos o el fracaso de otros, etcétera. Son personas con muy baja autoestima y con una tendencia muy grande hacia el perfeccionismo. Como no se perdonan a si mismos (aunque los demás ya los hayan perdonado) se sienten menos que los demás y con sentimientos de autodevaluacion personal. Para liberarse de esa carga, desarrollan una necesidad neurótica de expiación por lo que caen en conductas autodestructivas, se sabotean el éxito y no se sienten merecedores de la felicidad. Estas tendencias autodestructivas pueden provocarles una recaída.



5. Egocentrismo, autosuficiencia neurótica, mal manejo de la agresividad y tendencia a la omnipotencia.

El egocentrismo en el comedor compulsivo (alcohólico) es la compensación neurótica de un complejo de inferioridad y una baja autoestima que, como a todos los emocionalmente infantiles, los conduce a una actitud de sobre compensación y entonces quieren llamar la atención de los demás. Por eso cuando se intoxican (emborrachan) se convierten en el bufoncito de la fiesta. Una vez que dejan de comer (beber), su egocentrismo lo dirigen a los miembros de su familia o a sus compañeros de grupo, en su trabajo o a las personas en general, desarrollando actitudes conflictivas con mal manejo de la agresividad, que frecuentemente llega a ser ingobernable entrando en continuos conflictos con los demás e incapacitándose para la recuperación. La autosuficiencia neurótica se refiere al autosuficiente productivo que es consecuencia de la madurez, sino al que sigue pensando que no necesita ayuda de los demás y que el solo se las puede arreglar, lo que lo conduce irremediablemente a decisiones equivocadas para la resolución de sus problemas existenciales. Cuando la autosuficiencia neurótica se exacerba en exceso se convierte en omnipotencia, la cual es el defecto de carácter más grave en el que puede caer un comedor compulsivo (alcohólico). La omnipotencia es una forma patológica de la soberbia. Un complejo de superioridad que disfraza un profundo sentimiento de inferioridad que quiere ser compensado.



6. Medios permanentes: actitud de temor ante retos de la vida con angustia y tensión continuas.

Muchos comedores compulsivos (alcohólicos) viven eternamente angustiados. De hecho ya vivían en tensión desde antes de comer (beber) y aquello que los llevo a su compulsión por la comida (alcoholismo) fue la necesidad de aliviar sus tensiones por medio de la comida (alcohol). Estos individuos son generalmente muy inseguros, aprehensivos, que viven en constante estado de tensión y que desarrollan muchos miedos. Miedo a los problemas, miedo a los conflictos, miedo a las enfermedades, miedo a las responsabilidades, miedo a ser adultos, miedo al trabajo, miedo a los peligros cotidianos, miedo a la muerte, etcétera. No tienen la posibilidad de vivir en el presente, sino que viven instalados en el futuro. Se angustian por lo que no ha sucedido todavía. Esto obviamente afecta su salud, pues viven continuamente en tensión y bajo estrés prolongado, lo que les ocasiona síntomas diversos como dolor de cabeza, dolor de espalada, sudoración, trastornos del sueno y del apetito, entre otros. En ocasiones su angustia es tan severa que pueden padecer otros desordenes psiquiátricos tales como fobias, obsesiones, compulsiones o ataques de pánico. Este tipo de comedores compulsivos (alcohólicos) en recuperación, independientemente de su Programa de 12 Pasos deben recibir atención especializada por un psiquiatra.



7. Depresión cíclica o permanente con actitudes de pesimismo, desmotivación y baja energía.

Otro tipo de adictos en recuperación son los depresivos. Son personas muy vulnerables en el aspecto emocional que constantemente se sienten tristes, con baja energía, con incapacidad para disfrutar de las cosas, tendencia a la tristeza y la apatía, desmotivados existencialmente, con pocos deseos de vivir y, en ocasiones, con muchos deseos de morir. Tanto este síntoma como el anterior (angustia) corresponden a lo que se llama trastorno dual, es decir, el enfermo tiene otra enfermedad psiquiatrita además de su adicción, ya que tanto la angustia como la depresión son enfermedades que afectan la salud mental y por lo tanto requieren de atención médica especializada.



8. Ingobernabilidad sexual y sentimental.

El perfil psicológico del adicto se caracteriza por la dificultad que tiene para manejar tanto impulsos de tipo sexual como de carácter sentimental. Desde antes de iniciar a comer (beber) el comedor compulsivo (alcohólico) ya presenta estas tendencias. Siendo una persona insegura y con baja autoestima tiene muchos problemas para involucrarse con el sexo opuesto. Es por eso que recurre a la muleta emocional de la comida (alcohol) u otras drogas para poderse dar valor y desinhibirse. Bajo el efecto de la comida (alcohol) se atreve a hacer cosas que no hace abstemio pero mal planeadas y peor manejadas. Cuantos comedores compulsivos (alcohólicos) se le han declarado a un hombre o mujer totalmente intoxicados (borrachos) y después se arrepienten o cuantos otros han aceptado firmar un acta de matrimonio en estado de intoxicación con la comida (ebriedad). Por otro lado, en estado de intoxicación con la comida (alcohólica) se desencadenan los impulsos sexuales mas primitivos dando lugar a conductas indeseables como violencia sexual (violación, estupor, sadismo) o conducta homosexual. Muchos comedores compulsivos (alcohólicos) que ya no comen (beben), continúan secos porque persisten en actitudes de violencia sexual, machismo o celos patológicos. No se puede hablar de recuperación cuando el comedor compulsivo (alcohólico) en recuperación sigue controlando, amenazando, golpeando o celando a su cónyuge. Se presentan también problemas de eyaculacion precoz, impotencia o frigidez. La infidelidad con la pareja y la tendencia a la promiscuidad sexual es otra manifestación de intoxicación sin comida (borrachera seca) a nivel sexual y sentimental. Muchos de estos ingobernables sexuales terminan desarrollando una adicción sexual o co-dependencia sentimental hacia su pareja.



9. Negación de su realidad no intoxicada con comida (alcohólica) con persistencia de los mecanismos de racionalización y proyección.

Aunque se mantiene en abstinencia fisica, este intoxicado sin comida (borracho seco) sigue estando en negación. Y aunque ya no niega su compulsión por la comida (alcoholismo), sigue negando una serie de defectos de carácter, que no alcanza a visualizar ni aceptar y que le impiden un óptimo crecimiento emocional. Este tipo de comedores compulsivos (alcohólicos) suelen molestarse mucho cuando alguien los confronta con sus zonas erróneas y suelen cambiar de grupo frecuentemente porque se dicen atacados desde la tribuna. También rechazan cualquier tipo de psicoterapia profesional argumentando ignorancia de los médicos y psicólogos respecto a la compulsión por la comida (alcoholismo) y al Programa de 12 Pasos. Siguen buscando culpables de todo lo malo que les pasa.



10. Sustitución de la comida (alcohol) por otras sustancias o conductas adictivas.

Muchos comedores compulsivos (alcohólicos) dejan de comer (beber), pero sustituyen su conducta compulsiva hacia la comida (alcohol) por otro tipo de drogas como los enervantes o los barbitúricos. Muchos otros dejan de comer (beber), pero en su lugar empiezan a desarrollar conductas tales como el juego compulsivo, el sexo compulsivo o la adicción al trabajo, A veces caen en la automedicación de pastillas tranquilizantes o se hacen adictos al tabaco. A veces los comedores compulsivos en recuperación olvidan que el tabaquismo también es una adicción que enferma y mata igual numero de personas que el comer compulsivamente (alcoholismo). No hay que olvidar que en la compulsión por la comida (alcoholismo), la conducta de comer (beber) excesivamente, es tan solo el síntoma de un trastorno mas profundo caracterizado por una estructura patológica de naturaleza adictiva cuyo origen es genético y que lo convierte en adicto potencial a cualquier tipo de sustancia o de conducta que le provoque una estimulación ene el centro de recompensa del cerebro. Esta estructura enferma del comedor compulsivo (alcohólico) también lo conduce a un mal manejo de todas aquellas situaciones existenciales que le generan angustia o estrés. A esto se llama la ingobernabilidad emocional.



11. Espiritualidad ausente o muy empobrecida, con soberbia intelectual, tendencia al materialismo y nula o poca fe.

Muchos comedores compulsivos (alcohólicos) se recuperan físicamente, logran una mejor gobernabilidad de sus emociones y alcanzan una mejoría en su funcionamiento y adaptación social, pero no experimentan ese despertar espiritual que es una condición fundamental para alcanzar una recuperación integra. No hay que olvidar que la esencia del Programa de los 12 Pasos es fundamentalmente espiritual y que además de la recuperación psicofísica y social debe de haber una conversión espiritual, esto es, la recuperación de la fe. De la fe en si mismo, en los demás, en el mundo y en un poder superior que todo mundo tiene incluyendo los agnósticos. Hoy en día la complejidad de la sociedad con su variedad de ideologías, la influencia de los medios de comunicación, la radio, la televisión, el teléfono, la red electrónica, la música y las películas, junto con las demandas inhumanas de mantener una posición social. La rapidez de las competencias comerciales y empresarias, las fuerzas políticas, sociales y culturales, crean un ambiente caótico y estresante, empujando a la persona muchas veces a la ansiedad, la depresión, la agresividad, la violencia y a otros desequilibrios emocionales y de comportamiento. Los medios de comunicación muchas veces crean una imagen falsa de la realidad, manteniéndonos ocupados sin tiempo para orar o para nosotros mismos, cayendo a un alimento espiritual raquítico. Bajo estas circunstancias el cuerpo corre mayor riesgo de enfermarse debido a la energía que gasta en mantener un equilibrio a la sobredemanda que se le exige ejecutar. He aquí que se originan los dolores o achaques en diferentes partes de cuerpo y que a la larga pueden dar origen a tumores o a la desintegración de laguna fibra en algún órgano del cuerpo. Estos síntomas que acabamos de mencionar muestran su origen en un desequilibrio psicológico, emocional y corporal que tienen su origen en la falta de alimento espiritual. Dicho de otra forma, la falta de cuidado de nuestra alimentación espiritual crea un desequilibrio severo en la dimensión emocional, mental y corporal de nuestro organismo. Las crisis familiares y sociales que vivimos en estos tiempos complejos son el resultado del descuido espiritual al desequilibrarse el individuo, la familia sufre y en consecuencia la comunidad y el sistema ecológico. En otras palabras la crisis interna crea una crisis externa y cósmica. La espiritualidad ausente o empobrecida es también reflejo de una soberbia intelectual y de autosuficiencia existencial de ciertos comedores compulsivos (alcohólicos) en recuperación que han alcanzado un buen nivel cultural, de riqueza, de poder o de prestigio. Esta falta de humildad los hace caer en una soberbia progresiva que puede degenerar en uno de los mas graves síntomas de la intoxicación sin comida (borrachera seca) que es la omnipotencia. El que padece de omnipotencia piensa que solo el mismo es su Poder Superior.



12. Comportamiento inadecuado en su grupo de recuperaron tanto con sus compañeros como con los principios del programa.

La falta de crecimiento emocional provoca una distorsión del entendimiento, a tal punto, que el comedor compulsivo (alcohólico) en recuperación distorsiona la filosofía y los principios del Programa de 12 Pasos lo que da lugar a un comportamiento inadecuado en su grupo. Eso lo lleva a interpretar muy a su modo y conveniencia los principios básicos del programa, los cuales enfoca más hacia la compensación de sus carencias neuróticas que al bienestar común, la unidad y el servicio. Lejos de convertirse en un testimonio de recuperación y sano juicio, en su manera de comportarse con los demás, se convierte en el típico miembro del programa inconforme y conflictivo con todo lo que se hace en el grupo. Las conductas erráticas de estos intoxicados sin comida (borrachos secos) son las luchas de poder, las envidias, los resentimientos hacia otros compañeros, el exhibicionismo, las criticas malsanas, los chismes y las politiquerías. Otros en cambio manifiestan su intoxicación sin comida (borrachera seca) adoptando una conducta extremadamente pasiva en su grupo (no pasan a compartir, ni leen la literatura, ni cooperan con el servicio y solo se concretan a escuchar pasivamente, beber café y criticar a los demás) o teniendo motivaciones neuróticas para asistir a la reunión para hacer negocios con los compañeros del grupo, pedir dinero prestado (y no pagar) o involucrarse emocional o sexualmente con compañeros o compañeras del sexo opuesto.

La recuperación integral de la compulsión por la comida (alcoholismo) y otras adicciones constituye un proceso largo y complicado que todo enfermo en recuperación debe tener en cuenta. El alcanzar la recuperación implica la práctica de cualidades tales como la libertad, la responsabilidad, la honestidad y la humildad desarrolladas en un marco de disciplina, paciencia, perseverancia, determinación de cambio y mente abierta. Una vez alcanzada la inercia de la recuperación, se logra un fenómeno de crecimiento emocional y espiritual progresivo que no tiene límites y que conducirá a la persona al objetivo final del tratamiento que es alcanzar la felicidad.