ESCRIBE AQUI EL TEMA SOBRE EL QUE QUIERES LEER EN MI BLOG:
Búsqueda personalizada

sábado, octubre 29, 2011

Un alto en mi vida ingorbernable

Cuando mi vida se pone ingobernable, siento que me llevo al extremo de saltarme el lema de “ni demasiado hambriento, ni demasiado cansado, ni demasiado enfadado, ni demasiado solo.”. Yo siempre recaigo en uno de estos extremos. Ahora veo como cada uno de estos demasiados hace referencia a uno de mis defectos de carácter: gula, pereza, ira… Son los sentimientos que llevados al extremo me hacen recaer. Tengo que cuidarme de ellos. Es todo un logro para mí, pararme y decir alto, y cambiar de actitud respecto a lo que estoy haciendo. Primero lo hice con la gula. Tome como costumbre, cuando sentía hambre o ganas de comer, pararme y preguntarme si realmente tengo hambre física o es gula, hambre emocional, comer para tapar emociones que no quiero sentir. Si es esto ultimo, lo que he de hacer es renunciar a ello, y usar las herramientas del programa para procesar mis emociones, no comérmelas. También necesito tomarme la vida con más tranquilidad. El ir demasiado rápido, el stress, a mi se me acumula en forma de negatividad que si no proceso adecuadamente con las herramientas del programa, puedo pasar a querer taparlo con comida. Soy un comedor emocional, y como tal, cuidar de mis emociones es vital para mi. Entonces trato de tener un buen ambiente sano emocionalmente en mi vida. A veces necesito pararme ir respirar. Hacer las cosas en silencio. Concentrarme. Dejarlo ir. Pararme y escribirlo para sacarlo de mí. Antes de llegar a Oa no sentía nada, solo tristeza y depresión que mitigaba con comida. En Oa aprendí a identificar que sentía en cada momento, y que hacer para que todo este mundo de emociones que tengo en mi interior no me desborde. Me han enseñado una serie de procesos y mecanismos, las herramientas, para saber digerir mis emociones y no tener que taparlas comiendo compulsivamente. Me han enseñado también a cuidar de mí. A no llevarme a los extremos. En los extremos de cansancio, hambre y enfado o soledad, es cuando surge la excusa para comer compulsivamente. Las coartadas en mi mente. Pensamientos como “con lo mal que lo estoy pasando encima no puedo comer un poco de esto tan rico, me hará sentir mejor”. Y luego no es un poco, es un infinito que me destruye. Es en ese momento cuando he de declarar un alto, salir de mi y mi ombligo, y escribir y llamar para pedir ayuda.

Etiquetas: ,